La sobredosis de paracetamol puede provocar toxicidad hepática grave y daño renal, con síntomas que no siempre aparecen de inmediato, por lo que la atención médica precoz es clave incluso cuando el menor parece estar estable.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha emitido una advertencia tras detectar dos casos de sobredosis de paracetamol en solución oral en niños.
El organismo, dependiente del Ministerio de Salud, atribuye estos incidentes a una confusión en la dosificación, vinculada a diferencias en la concentración del fármaco entre países, lo que ha llevado a una administración masiva del principio activo.
Según la información recopilada por el Sistema Español de Farmacovigilancia (SEFV-H), el núcleo del problema reside en una discrepancia en la formulación del medicamento. "Los dos pacientes habrían recibido el medicamento en una concentración tres veces superior a la recomendada", detalla la alerta.
La AEMPS explica que este grave error se produjo porque, en los países de origen de los cuidadores, los jarabes pediátricos de paracetamol disponibles tienen una concentración de principio activo tres veces menor a la que se comercializa habitualmente en España. Esta diferencia llevó a que, al seguir instrucciones basadas en el producto extranjero, se administrara una dosis excesiva y potencialmente tóxica.
La sobredosis de paracetamol representa una emergencia médica por su potencial para causar daños graves. La AEMPS subraya que superar la dosis recomendada puede provocar "una toxicidad hepática potencialmente mortal", así como lesiones renales.
El peligro se acentúa porque los síntomas de intoxicación, que pueden incluir mareos, vómitos, falta de apetito, ictericia (coloración amarillenta de la piel) y dolor abdominal, no siempre son inmediatos.
"Estos signos pueden tardar varios días en manifestarse", advierte la agencia. Por este motivo, su recomendación es clara: se debe acudir a un centro sanitario de inmediato ante cualquier administración superior a la dosis recomendada, incluso si el niño no presenta síntomas en ese momento.
Una intervención médica precoz es crucial para neutralizar los efectos tóxicos y prevenir consecuencias fatales.
Ante esta situación, la AEMPS ha reforzado una serie de recomendaciones dirigidas a garantizar una administración segura. En primer lugar, recuerda a las familias la importancia de seguir estrictamente las indicaciones del prospecto médico que acompaña al medicamento adquirido en España y de consultar siempre con un profesional sanitario ante cualquier duda. Es fundamental utilizar exclusivamente los dispositivos de dosificación incluidos en el envase, como jeringas o cuentagotas, y nunca emplear cucharas u otros utensilios domésticos.
La agencia hace un énfasis especial en la necesidad de que los cuidadores, especialmente aquellos procedentes de otros países, comprendan con precisión la concentración del producto, el volumen exacto en mililitros a administrar y la frecuencia correcta, ajustada siempre al peso del niño. "Ha hecho énfasis sobre todo cuando los responsables de su cuidado proceden de otros países; ya que se pueden originar ligeras diferencias en la concentración del medicamento, como ha sucedido en estos dos casos", señala el comunicado.
Por otro lado, la AEMPS insta a los profesionales de la salud a considerar esta intoxicación en el diagnóstico diferencial de cualquier niño que presente síntomas compatibles y un historial de uso reciente de paracetamol.
Asimismo, pide que en las prescripciones se especifique siempre la cantidad exacta en mililitros, teniendo en cuenta la concentración disponible en el mercado español, que es de 100 miligramos por mililitro (mg/ml) para estas soluciones orales pediátricas.
Los medicamentos de venta común, como el paracetamol, requieren el mismo rigor en su administración que cualquier otro tratamiento. La seguridad de los más pequeños depende de una dosificación meticulosa y de una comunicación clara entre profesionales sanitarios, farmacéuticos y cuidadores.