El hígado graso, una condición creciente entre la población, puede verse exacerbado durante las festividades debido al consumo excesivo de alcohol y alimentos poco saludables.
En la temporada navideña, las celebraciones suelen venir acompañadas de excesos alimenticios y consumo de alcohol. Sin embargo, para las personas con hígado graso, conocido también como esteatosis hepática, esta época puede resultar aún más peligrosa.
En una entrevista exclusiva con la revista Medicina y Salud Pública, la Dra. Liliana Mejía, endocrinóloga, nos explica cómo el hígado graso afecta la salud y qué medidas tomar para prevenir complicaciones graves.
"El hígado graso es una enfermedad que se genera por una acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas, principalmente debido a malos hábitos de alimentación. Este exceso de grasa es más común en personas con diabetes tipo 2, colesterol alto, triglicéridos elevados, resistencia a la insulina y obesidad", señaló la Dra. Mejía.
El hígado graso puede pasar desapercibido en sus etapas iniciales, pero cuando se combina con el consumo desmedido de alcohol, los síntomas pueden intensificarse rápidamente. "Los síntomas son sutiles, como fatiga, dolor en el lado derecho del abdomen (hipocondrio derecho) y náuseas. Sin embargo, algunos pacientes no presentan ningún síntoma hasta que la enfermedad está avanzada", explicó la Dra. Mejía.
La falta de energía y el malestar abdominal son señales de que la condición está empeorando. En esos casos, es importante consultar con un médico para evitar complicaciones mayores.
Una de las preguntas más frecuentes en esta época de fiestas es sobre el impacto del alcohol en el hígado graso. La Dra. Mejía respondió con contundencia: "No hay un nivel seguro de consumo de alcohol en pacientes con hígado graso. Aunque algunas guías internacionales permiten cantidades muy pequeñas, como una copa de vino al día, la recomendación es evitar completamente el alcohol. Si tienes hígado graso, cualquier cantidad de alcohol puede empeorar la condición."
El alcohol, incluso en cantidades moderadas, eleva los triglicéridos y los ácidos grasos en la sangre, lo que agrava la acumulación de grasa en el hígado. Según la especialista, el consumo de entre 20 a 30 gramos de alcohol al día (equivalente a 2 o 3 copas de licor) puede generar un efecto negativo en personas con esta condición, desencadenando una serie de complicaciones como la esteatosis hepática, fibrosis, cirrosis e incluso cáncer de hígado.
En cuanto a las comidas típicas de las festividades, la Dra. Mejía destacó que aquellas con altos niveles de grasas saturadas y azúcares añadidos son especialmente perjudiciales para el hígado.
"Evitar alimentos como chicharrones, buñuelos, empanadas, y postres con cremas elaboradas con margarina o mantequilla es clave. Además, las bebidas azucaradas, como refrescos y jugos industrializados, también deben consumirse con moderación", recomendó.
Si bien el hígado es un órgano con capacidad de regeneración, la recuperación tras las festividades depende en gran medida de las decisiones que tome la persona después del exceso. La Dra. Mejía comentó que "si la persona hace un cambio en su estilo de vida, el hígado puede mejorar entre tres a seis meses. Esto implica reducir el consumo de grasas saturadas, eliminar los azúcares añadidos y realizar ejercicio regularmente".
El diagnóstico del hígado graso se basa en la historia clínica del paciente, los factores de riesgo y estudios como ecografías y análisis de sangre. "Si el paciente tiene factores de riesgo como diabetes tipo 2, obesidad o dislipidemia, es fundamental realizar un diagnóstico temprano para prevenir complicaciones", indicó la Dra. Mejía.
El ejercicio juega un papel fundamental en la mejora de la condición del hígado graso. "El ejercicio cardiovascular, como caminar, andar en bicicleta o nadar, es fundamental. Ayuda a reducir los triglicéridos, disminuye la grasa abdominal y mejora la función hepática", afirmó la Dra. Mejía. La clave es adoptar una rutina regular de actividad física que se disfrute y que sea sostenible a largo plazo.
Actualmente, no existen medicamentos específicamente aprobados para tratar el hígado graso, por lo que el tratamiento se basa principalmente en cambios en el estilo de vida, como la dieta y la actividad física. "La reducción de peso, la eliminación de grasas saturadas y azúcares añadidos, junto con el ejercicio, son fundamentales para tratar esta condición", concluyó la endocrinóloga.