La causa más común del bocio en todo el mundo es la falta de yodo en la dieta.
Se entiende por bocio al aumento difuso o nodular del tamaño de la glándula tiroides. No siempre se asocia a enfermedad, ya que por ejemplo existe un bocio fisiológico en la pubertad y en el embarazo, si bien suele ser la afectación más frecuente de esta glándula con forma de mariposa que albergamos en nuestro cuello.
La doctora María Luisa de Mingo, jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz (Madrid) apunta a las siguientes causas del bocio:
1. Déficit de yodo. La tiroides necesita yodo para generar las hormonas tiroideas. Si no dispone de una cantidad de yodo suficiente, se produce una elevación de la hormona tirotropa u hormona estimulante del tiroides (TSH) que agranda la glándula para compensar.
2. Sustancias bociógenas (provocan elevación de TSH por alterar los niveles de yodo).
3. Consumo excesivo de yuca o de mijo (interfieren con la captación y la organificación del yodo, por lo que generan un aumento compensatorio de la TSH que incrementa el tamaño tiroideo).
4. De soja, aceites de girasol, de nueces, de cacahuete y de algodón (provocan pérdida fecal de yodo y por ello la elevación de la TSH)
5. Fármacos que alteran los niveles de yodo: tionamidas, compuestos yodados, sulfonilureas, salicilatos, litio, colchicina
6. Origen inflamatorio: tiroiditis o inflamaciones
7. Enfermedades autoinmunes (autoataque a la tiroides): tiroiditis Hashimoto y enfermedad de Graves-Basedow
8. Enfermedades infiltrativas en las que se acumulan sustancias en la tiroides (como por ejemplo, la hemocromatosis que deposita hierro en la tiroides)
9. Neoplasias benignas y malignas
Síntomas de bocio y posibles problemas
En este sentido, para que un paciente pueda sospechar de bocio, la especialista de Quirónsalud apunta que de tratarse de un bocio que no provoca alteración de la función tiroidea, los síntomas se deberán al tamaño que alcance la tiroides.
"Por eso, si el tamaño no es muy significativo, puede ser asintomático. En bocios grandes puede aparecer sensación de opresión cervical, disfagia (dificultad para tragar), disnea (dificultad para respirar), o voz disfónica (por atrapamiento del nervio recurrente que pasa por detrás del tiroides)", detalla la endocrinóloga.
Aparte de los síntomas compresivos explicados, dice que la evolución natural del bocio es la aparición de nódulos en su interior que pueden a la larga hacerse aútonomos (generar más hormona tiroidea de la necesaria favoreciendo el hipertiroidismo) o sufrir hemorragias por el crecimiento.
"Si el crecimiento del bocio llega a ser intratorácico, pueden aparecer cefaleas, congestión facial, e ingurgitación de la vena yugular por compresión de los vasos sanguíneos cervicales (aparece sobre todo si se mantiene los brazos elevados al menos un minuto y se le denomina signo de Pemberton)", agrega la jefa de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz.
Así, el bocio puede ser simple, difuso (sin nódulos) o nodular (con nódulos en su interior); y en el caso de que la función tiroidea sea normal se denomina 'bocio no tóxico', y este a su vez puede ser 'esporádico' (causa desconocida), o 'endémico' (por déficit de yodo). En último lugar, la especialista distingue también que si se acompaña de un exceso de hormona tiroideas se denomina 'bocio tóxico'.
Diagnóstico y tratamiento
Por otro lado, en caso de sospecha de bocio, la doctora María Luisa de Mingo enumera las principales pruebas que se suelen realizar en estos casos:
- Hormonas tiroideas: TSH y T4 libre
- Anticuerpos antitiroideos y anticuerpos antirreceptor TSH: para descartar procesos autoinmunes
- Ecografía cervical: valora el tamaño y la presencia de nódulos y sus características ecográficas para valorar si precisan biopsia
- Tomografía axial computarizada (TAC) y resonancia magnética nuclear (RNM): para bocios endotorácicos con objeto de evaluar la relación del bocio con las estructuras vecinas, especialmente de cara a cirugía.
"Si el bocio no es compresivo ni afecta a órganos vecinos, se hace seguimiento por ecografía. Si comprime o desplaza órganos vecinos, entonces es cuando se aconseja cirugía", concluye la experta del Hospital La Luz.
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