El estudio STEP-HAWK demostró que incrementar la dosis del análogo de GLP-1 de 2.4 a 7.2 miligramos no aumenta significativamente los efectos adversos y si contribuye a la pérdida de peso.
La obesidad continúa siendo una epidemia global que requiere abordajes innovadores y multidisciplinarios.
Un reciente estudio presentado en el Congreso de la Asociación Americana de Diabetes en Chicago ha arrojado resultados prometedores sobre el uso de semaglutida en dosis más altas para el tratamiento de esta enfermedad multifactorial.
Los datos actuales sobre obesidad son preocupantes tanto a nivel global como local. "Desafortunadamente estamos creciendo y tenemos cifras de más de un 50% de la población viviendo con sobrepeso y obesidad. En este momento más o menos una de cada 11 personas en el mundo vive con obesidad", explica la Dra Pilar Ruíz, endocrinologa en una entrevista de la revista Medicina y Salud pública.
En el contexto colombiano, la situación no es menos grave: "En Colombia desde hace más de 10 años sabemos que el 56% de la población vive en rangos de sobrepeso u obesidad".
La obesidad se diagnostica utilizando parámetros científicos específicos. "La obesidad se cataloga o se diagnostica con un criterio de relación a la estatura que cada uno tiene. Entonces existe un concepto que se llama índice de masa corporal en el que nosotros hacemos un cálculo matemático entre el peso dividido por la estatura del cuadrado", detalla la experta.
Los rangos establecidos son claros: "Cuando esa relación nos da por encima de 25, hablamos del sobrepeso. Y cuando esa relación está por encima de 30, hablamos de obesidad. Y la obesidad a su vez se divide en varias categorías, de uno hasta cinco, hablando de más alto mayor severidad".
El avance más significativo presentado en Chicago involucra el uso de semaglutida, un análogo de GLP-1, en dosis considerablemente más altas que las utilizadas tradicionalmente.
"La semaglutida para el tratamiento de obesidad se ha venido utilizando en dosis de 2.4 miligramos para personas para control de peso. En el Congreso de la Asociación Americana de Diabetes en Chicago se presentó el estudio STEP-HAWK en el que se utilizó semaglutida a 7.2 miligramos".
Los resultados fueron extraordinarios: "Se encontró un mayor beneficio en cuanto a pérdida de peso tanto en personas con obesidad y diabetes como en personas con obesidad sin diabetes".
La efectividad del tratamiento con dosis más altas se manifestó rápidamente. "Este cambio se vio rápido, los estudios fueron cortos y en este lapso se vio como pasábamos de perder entre un 6 y un 7% del exceso de peso hasta una pérdida de más del 20% del peso".
Un aspecto crucial del estudio fue la seguridad del tratamiento: "Lo que se vio es que incrementar de la dosis de 2.4 a 7.2 miligramos no incrementó de manera significativa los efectos adversos ni tampoco la necesidad de suspender el tratamiento".
La especialista introduce un concepto fundamental para entender el impacto de la obesidad: "La adiposopatía es una definición en la cual hablamos del impacto que tiene el tejido adiposo en el generar una condición inflamatoria crónica en todo el organismo de generar enfermedad. La inflamación crónica generada por un tejido adiposo no funcional va a llevar a condiciones de enfermedad cardiovascular e incluso de cáncer".
Sumado a eso, enfatiza que el tratamiento exitoso de la obesidad requiere un abordaje integral: "La pérdida de peso implica muchos factores, no solamente el medicamento, implica acompañamiento en asesoría nutricional, en la asesoría actividad física, en apoyo emocional y de conductas y además la identificación de otras condiciones de salud o enfermedades que puedan estar favoreciendo el ganar peso o el no poder perder peso".
Sobre la importancia del equipo médico, añade: "El papel es todo. Es la base de tener buenos resultados, resultados efectivos y seguros".
La especialista advierte sobre los riesgos de la automedicación con estos nuevos fármacos: "Automedicarse no solamente nos puede aumentar los riesgos, efectos secundarios o interacciones de medicamentos, sino que además va a ser menos efectivo que guiarse por un grupo de especialistas y de médicos y de asesores que realmente te puedan ayudar a alcanzar los objetivos de pérdida de peso saludable".
Respecto a la relación entre los nuevos medicamentos y las intervenciones quirúrgicas, la experta aclara: "En la medida en que existen medicamentos que ofrecen mejores resultados y mayores pérdidas de peso, las intervenciones quirúrgicas pueden ayudar a personas que requieran unas pérdidas de peso más altas. Yo pienso que son complementarias. No es que venga una a reemplazar a la otra, sino que seguramente se van a seleccionar pacientes para cada estrategia terapéutica".
Respecto a cuándo considerar opciones de cirugía bariátrica, la especialista explica que existen parámetros claramente establecidos por organizaciones internacionales: "Las indicaciones de cirugía digamos que están muy claras, incluso existe la Federación Internacional de Cirugía Bariátrica, la Asociación Americana de Diabetes en conjunto con el grupo europeo y en Colombia también tenemos unas guías de obesidad".
Los criterios específicos para considerar cirugía bariátrica incluyen pacientes con índices de masa corporal elevados o aquellos que presentan comorbilidades asociadas: "En general hablamos que las personas que tienen un índice de masa corporal por encima de 40 o tienen enfermedades relacionadas al exceso de peso como diabetes, hipertensión, problemas del corazón son las personas que más se benefician de estrategias de cirugía".
La especialista también destaca la complementariedad entre los nuevos tratamientos farmacológicos y la cirugía bariátrica: "Incluso hay personas que han sido llevadas a cirugía bariátrica y pueden recuperar algo de peso en las que funciona el medicamento, como hay personas que pierden peso, lo que requieren perder solo con medicamentos y pueden postergar o incluso no requerir una cirugía".
La obesidad trasciende los aspectos estéticos y representa una amenaza real para la salud integral de las personas. La especialista es enfática al explicar las múltiples comorbilidades asociadas:
"Lo más importante es el impacto en nuestra salud física y emocional. Y cuando hablamos de comorbilidades ya tú lo mencionas de hipertensión, diabetes, infartos, eventos cerebrales va
sculares, enfermedades articulares, dolor de las articulaciones y cáncer y también cambios emocionales relacionados a depresión, ansiedad, entre otras".
El impacto en la longevidad es particularmente alarmante y constituye uno de los aspectos más preocupantes de esta epidemia global: "La obesidad, el impacto que tiene en nuestra calidad de vida e incluso en estudios que han mostrado que nos quita años de vida, o sea, nos disminuye la expectativa de vida".
Un aspecto fundamental abordado fue la necesidad de cambiar la percepción social sobre la obesidad: "Hay estigmas desde la propia persona que se siente muchas veces discriminada, angustiada o frustrada cuando ven que los resultados no son los que esperan. También hay estigmas desde la sociedad, hay estigmas desde lo laboral".
La solución, según la especialista, radica en la educación: "Lo primero es educación, es entender que es una enfermedad que tiene múltiples factores más allá de la visión moralista de solo alimentación o falta de voluntad".
La obesidad trasciende los aspectos estéticos y tiene consecuencias graves para la salud: "Lo más importante es el impacto en nuestra salud física y emocional. Y cuando hablamos de comorbilidades ya tú lo mencionas de hipertensión, diabetes, infartos, eventos cerebrales vasculares, enfermedades articulares, dolor de las articulaciones y cáncer y también cambios emocionales relacionados a depresión, ansiedad, entre otras".