Tiene un fuerte componente genético, puede asociarse a dermatitis atópica y suele empeorar con la piel seca o en climas de baja humedad.
La queratosis pilaris, a menudo descrita como "piel de gallina" permanente, es una de las afecciones dermatológicas más comunes a nivel global. Pese a su impacto estético, caracterizado por protuberancias ásperas y enrojecidas, los especialistas recalcan su carácter absolutamente inofensivo y no contagioso.
Estas suelen aparecer con mayor frecuencia en la parte superior de los brazos, los muslos, las mejillas o los glúteos. Por lo general, las protuberancias no producen dolor ni picazón.
La raíz del problema es la acumulación de queratina, una proteína dura destinada a proteger la piel. En personas con queratosis pilar, esta proteína forma un tapón que obstruye la apertura de los folículos pilosos, creando así las características protuberancias.
Si bien la ciencia no ha podido establecer la causa exacta de esta acumulación, la evidencia apunta a un fuerte componente genético. Es frecuente que varios miembros de una misma familia la presenten, aunque es más frecuente en niños pequeños.
Esta, a menudo, es asociada a otras condiciones como la dermatitis atópica.
El mensaje clave de los profesionales es claro: no existe una cura. Sin embargo, se puede manejar eficazmente para mejorar significativamente la apariencia de la piel.
El pilar del tratamiento se basa en una hidratación intensa y constante con emolientes, complementada en algunos casos con cremas medicadas (queratolíticas) recetadas por un dermatólogo para exfoliar suavemente la zona y destapar los folículos.
La mejor noticia llega con el tiempo. En la gran mayoría de los casos, la afección tiende a atenuarse de manera espontánea y puede desaparecer por completo alrededor de los 30 años.
Generalmente no requiere tratamiento médico, pero sí hay preocupación por el estado de la piel especialmente en niños, si las lesiones causan incomodidad significativa, picazón intensa o el impacto en la autoestima es considerable, se recomienda consultar con un profesional de la salud mental y un dermatólogo.
Esta afección, aunque puede afectar estéticamente, no representa ningún riesgo para la salud.