Picazón, irritación e inflamación en la vulva: Así podría manifestarse la dermatitis vulvar

La picazón vulvar puede ser síntoma de múltiples afecciones que requieren tratamientos diferentes, y sin un diagnóstico preciso existe el riesgo de usar productos que contengan precisamente los irritantes que deben evitarse.

Laura Guio

    Picazón, irritación e inflamación en la vulva: Así podría manifestarse la dermatitis vulvar

    La dermatitis vulvar es una afección cutánea que provoca irritación, picazón e inflamación en la vulva, la zona de los genitales externos femeninos. 

    Según especialistas, esta condición puede presentarse en cualquier persona con vulva, aunque es más frecuente en dos grupos específicos: niñas que aún no han atravesado la pubertad y mujeres posmenopáusicas.

    La razón está vinculada a los niveles de estrógeno. En ambos grupos etarios, estos niveles son más bajos, lo que provoca que la piel vulvar sea más delgada, seca y susceptible a lesiones e irritación. La dermatitis vulvar incluye tanto la dermatitis atópica (eccema vulvar) como la dermatitis de contacto.

    Los síntomas que no deben ignorarse

    El síntoma principal de la dermatitis vulvar es la picazón o prurito vulvar, que puede variar de leve a severa. Sin embargo, esta no es la única manifestación de la condición.

    Las pacientes también pueden experimentar sensación de ardor, escozor o piel que se siente "cruda". Pueden aparecer parches cutáneos más gruesos que la piel circundante o áreas que lucen rojizas o más oscuras, dependiendo del tono de piel natural. En algunos casos, la piel dañada produce líquido que posteriormente se seca, generando una sensación de humedad.

    Sumado a eso, muchas mujeres reportan dolor vulvar durante las relaciones sexuales, al insertar un tampón o durante exámenes pélvicos ginecológicos. Los síntomas tienden a empeorar durante la noche, en el período menstrual, durante el coito, o cuando se tiene calor o se está sudando.

    Las causas detrás de la irritación

    La piel vulvar es particularmente delicada y proporciona una barrera más frágil frente a irritantes y alérgenos que otras partes del cuerpo. La dermatitis vulvar se desarrolla cuando la piel entra en contacto con productos que la irritan o provocan una reacción alérgica.

    Entre las sustancias más comunes que pueden desencadenar la condición se encuentran jabones, baños de burbujas, champús, desodorantes, perfumes y duchas vaginales. También los productos de higiene menstrual como compresas, protectores de bragas y tampones pueden ser causantes, así como la ropa interior de materiales sintéticos como el nailon.

    Otros desencadenantes incluyen detergentes para ropa, papel higiénico perfumado, aceite de árbol de té, espermicidas, ciertos medicamentos, níquel y diversos tintes. Las personas con incontinencia fecal o urinaria tienen mayor riesgo, ya que la acumulación de orina y heces en la piel puede generar irritación constante.

    Diagnóstico

    Diagnosticar la dermatitis vulvar requiere descartar otras condiciones que comparten síntomas similares, como liquen plano, liquen escleroso, psoriasis, atrofia vaginal, vaginitis, vulvodinia o incluso cáncer vulvar.

    El proceso diagnóstico comienza con una evaluación exhaustiva del historial médico, antecedentes familiares de afecciones cutáneas, asma y enfermedades autoinmunes. El proveedor de salud indagará sobre los síntomas, su frecuencia, gravedad y los factores que los agravan.

    El examen físico incluye inspección de la vulva y vagina para identificar signos de daño cutáneo e inflamación. Puede realizarse un análisis del flujo vaginal para descartar infecciones por hongos o bacterianas. En algunos casos se aplican pruebas de parche para identificar alérgenos específicos, o incluso una biopsia si el cuadro clínico empeora rápidamente o no responde al tratamiento.

    Tratamiento

    El tratamiento de la dermatitis vulvar se basa en dos pilares fundamentales: evitar las sustancias desencadenantes y practicar un cuidado vulvar adecuado. Los cambios en el estilo de vida son esenciales y siguen la filosofía de que "menos es más".

    Las recomendaciones incluyen lavar la vulva con jabón suave sin perfume y agua tibia no más de una vez al día, utilizando las manos en lugar de toallitas. Es importante secar la zona con palmaditas suaves en lugar de frotar. Se recomienda usar ropa interior 100% algodón o incluso no usar ropa interior, evitando telas sintéticas y prendas ajustadas.


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