Esta enfermedad afecta a un 3 o 4 por ciento de la población boricua
La dermatitis atópica es una enfermedad que no tiene cura; sin embargo, los avances en la medicina han permitido que mediante fármacos biológicos se pueda controlar el eczema que es el principal aliciente de esta enfermedad.
Lo anterior, supone una esperanza para los pacientes que padecen esta grave enfermedad cutánea y que tiene gran prevalencia en Puerto Rico.
En entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), el dermatólogo, Dr. José González Chávez, explicó la prevalencia de esta enfermedad que tanto afecta a los boricuas debido a la zona geográfica en la que están ubicados.
“Esta enfermedad afecta a un 3 o 4 por ciento de la población. Afecta su vida diaria porque estos pacientes no pueden padecer solo de enfermedades de la piel, condiciones respiratorias, condiciones oftálmicas”.
Según MayoClinic, la dermatitis atópica (eccema) es un trastorno que provoca enrojecimiento de la piel y picazón. Es frecuente en niños, pero puede manifestarse a cualquier edad. La dermatitis atópica es duradera (crónica) y suele exacerbar periódicamente. Puede manifestarse junto con asma o con rinitis alérgica (fiebre del heno).
Los signos y síntomas de la dermatitis atópica (eccema) varían ampliamente de una persona a otra y comprenden:
El Dr. González Chávez explicó en qué consisten las dianas farmacológicas para los pacientes con este trastorno, las cuales se plantean como una eficaz opción para contrarrestar la picazón y ardor que son los principales síntomas de la dermatitis atópica.
"Los tratamientos biológicos atacan exactamente el problema de inmunidad que estos pacientes heredan, o sea que la terapia va dirigida prácticamente a donde se originan aquellas sustancias que ocasionan que se manifieste la enfermedad. En pocas palabras, si tú eres capaz de que con una inyección que actúa como una vacuna, bloqueas aquellas proteínas que son las que atacan la piel y la inflaman, tú puedes lograr eso con estos medicamentos”.
Estos tratamientos marcan un hito en la dermatología clínica y trazan un nuevo horizonte terapéutico para tratar esta grave enfermedad de la piel.
“Los tratamientos anteriores eran tratamientos inespecíficos, parcialmente efectivos en algunos casos, con efectos secundarios serios. Tú ahora ofreces una de las alternativas de terapia que pueden cambiar la vida del paciente con pocos efectos secundarios y con muy buenas posibilidades de control a largo plazo. Yo creo que esto está cambiando la vida de los pacientes”, precisó el dermatólogo.