El molnupiravir se desarrolló inicialmente como un inhibidor de la gripe y el virus sincitial respiratorio (otras dos importantes infecciones respiratorias agudas) por un equipo de la Universidad Emory en Atlanta, Georgia.
La multinacional Pfizer, coproductora con Biontech de una de las vacunas eficaces contra el coronavirus, ha anunciado este viernes que ha solicitado la autorización de un fármaco antiviral en forma de píldoras, denominado Paxlovid. Lo ha hecho tras comprobar en dos de las tres fases de los ensayos clínicos una eficacia del 89% en la reducción del riesgo de hospitalización y muerte de los infectados por covid, según la compañía. De acuerdo a los datos del estudio, los pacientes que recibieron el tratamiento entre los primeros cinco días tras la aparición de los síntomas, entre el 0,8% y el 1,6% sufrieron hospitalización después de 28 días y ninguno murió.
La compañía, en función de “la abrumadora eficacia demostrada en estos resultados”, según ha comunicado, ha decidido presentar los datos disponibles hasta ahora (a falta de la conclusión de una tercera fase de ensayo) para la autorización del uso de emergencia ante la autoridad competente de Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Frente a la eficacia preventiva de contagios y de evolución adversa del covid conseguida por las vacunas, el Paxlovid sería el segundo tratamiento para aquellos ya contagiados. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha comenzado la revisión continua del antiviral oral Molnupiravir, de la farmacéutica Merck, al considerar, según Marco Cavaleri, responsable de la estrategia vacunal de la EMA, que “los resultados preliminares de los estudios clínicos y de laboratorio sugieren que la medicina reduce la capacidad de multiplicación del virus y evita la hospitalización o muerte de los infectados”. Reino Unido ya lo ha autorizado.
El precio variará según la capacidad de los países
Albert Bourla, presidente y director ejecutivo de Pfizer, asegura que su propuesta de tratamiento “tiene el potencial de salvar la vida de los pacientes, reducir la gravedad de las infecciones y evitar hasta nueve de cada diez hospitalizaciones”. También ha anunciado que garantizará “un acceso equitativo y amplio a las personas en todas partes”, aunque no ha precisado el precio del fármaco. Según ha confirmado la empresa, se utilizará una tabla de precios escalonados para que los países con mayor nivel de ingresos paguen más que aquellos con menos recursos. Tampoco descarta contratar la fabricación en otros países.
De acuerdo a las conclusiones de la compañía, el Paxlovid “podría prescribirse como un tratamiento en el hogar para ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad, las hospitalizaciones y las muertes, así como la probabilidad de infección después de la exposición, entre los adultos”.
La compañía asegura que las píldoras han demostrado “una potente actividad antiviral in vitro contra variantes circulantes de preocupación, así como otros coronavirus conocidos, lo que sugiere su potencial como terapéutico para múltiples tipos de infecciones”. Mikael Dolsten, director científico y presidente de investigación de Pfizer, asegura que se trata de una “terapia oral innovadora”. La dosis administrada durante los ensayos ha sido de una dosis cada 12 horas durante cinco días.
Los ensayos se han completado desde el pasado 29 de septiembre con 1.219 adultos voluntarios y contagiados en Estados Unidos, Sudamérica, Europa, África y Asia. A todos se les detectó la covid durante los cinco días tras la aparición de los primeros síntomas. A este primer estudio le siguió otro con 1.881 pacientes. En todos los casos, la detección de efectos adversos fue del 2,1%.
Un inhibidor de la enzima que usa el virus para replicarse
El Paxlovid es un antiviral con inhibidores de la proteasa (enzima que rompe los enlaces de las proteínas) del SARS-CoV-2, el virus que causa la covid. Se ha diseñado específicamente para ser administrada por vía oral ante los primeros síntomas de infección o tras el conocimiento de una exposición directa. De esta forma, su uso, si se mantiene la eficacia mostrada en los estudios, evitaría el agravamiento de la enfermedad al bloquear la actividad de la enzima que necesita el coronavirus para replicarse. La administración con una dosis baja de ritonavir, otro medicamento inhibidor de la proteasa utilizado también con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), ayuda a retardar el metabolismo y que los efectos de los fármacos permanezcan activos durante más tiempo.
Pfizer ya ha comenzado a fabricar el medicamento y proyecta producir más de 180.000 paquetes de píldoras para finales de este año. La previsión, de ser autorizado el medicamento, es llegar a los 21 millones de cajas del fármaco en la primera mitad del próximo año y a 50 millones a finales de 2022.
Desde el comienzo de la pandemia se busca una simple píldora para combatir al coronavirus, pero hasta el momento, las terapias anticovid —como las de anticuerpos monoclonales y el remdesivir de Gilead, autorizado para su uso en la UE con el nombre de Veklury— han sido por vía intravenosa. Varios laboratorios trabajan en antivirales orales que imitarían al medicamento Tamiflu contra la gripe y evitarían que la enfermedad progrese etapas de gravedad.
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