Los estudios de laboratorios no necesariamente muestran la existencia de la condición.
Las patologías tumorales continúan demostrando que sus presentaciones no son predecibles en todos los pacientes.
Y es que en Puerto Rico, una paciente de 76 años con historial de hipertensión, hiperlipidemia, diabetes tipo 2, anemia crónica y pérdida de peso no intencionada demostró a la ciencia que los tumores de cáncer pueden provocar otras raras afecciones.
Según la Dra. Milaris Sánchez Cordero, egresada de un internado rotatorio del Bayamón Medical Center y Puerto Rico Women's and Children’s Hospital y parte del equipo autor del caso, la paciente acudió a urgencias debido al progreso de su dolor abdominal por espacio de tres meses, e informó que no había visitado un médico primario por espacio de 10 años, y nunca había acudido a un especialista en gastroenterología.
“Durante la evaluación, la paciente refirió tener hematoquecia, sangre brillante, potencialmente relacionado a grandes hemorroides protuberantes, lo que causaba que ella no pudiera defecar de manera adecuada. En el examen físico la paciente tenía un abdomen completamente distendido, sensible y firme”, explicó la Doctora.
Dra. Milaris Sánchez Cordero, egresada de un internado rotatorio del Bayamón Medical Center y Puerto Rico Women's and Children’s Hospital, parte de los autores del caso. Foto: Suministrada por la especialista a la Revista de Medicina y Salud Pública.
Entre los estudios realizados a la paciente se le realizó una sigmocopía, donde se evaluó la parte del rectosigmoide, debido a que no pudieron avanzar debido a una masa completamente obstructiva. Igualmente, sostuvo que se halló material mucinoso en dicha área, característico a un diagnóstico de pseudomixoma peritoneal secundario.
El pseudomixoma peritoneal (PMP) es una rara enfermedad que se caracteriza por la presencia de mucina (un tipo de moco) en la cavidad abdominal (peritoneal). La causa más común de PMP es el cáncer de apéndice, aunque existen varios tipos de tumores, incluidos los no cancerosos, que pueden causar la afección, con una incidencia de 2 a 4 por millón de personas, etiología desconocida, según literatura, y con una prognosis limitada.
Los pacientes que desarrollan esta enfermedad pueden debutar en un principio de manera asintomática, lo que puede causar un retraso en el diagnóstico.
“En un inicio pensamos que nuestra paciente tenía una hepatitis crónica descompensada”, estableció.
Un estudio radiológico confirmó el diagnóstico del PMP. Este tipo de presentaciones son muy raras en literatura y su reto es no presentar síntomas específicos.
Los estudios de laboratorios no necesariamente muestran la existencia de la condición, y las imágenes radiológicas ayudarán a sugerir el diagnóstico, por lo cual el examen histopatológico es fundamental, insistió.
“A esta paciente solo se le pudo ofrecer tratamiento paliativo y fue enviada a hospicio debido a la extensión de la enfermedad y las complicaciones que presentó durante la misma. La paciente durante su transcurso desarrolló embolia pulmonar, trombosis de vena profunda en extremidades inferiores debido al estado hipercoagulable que desarrolló. Por esta razón es de suma importancia debido a la escasa información que existen de este tipo de enfermedad”, concluye, insistiendo en la investigación que se necesita sobre el PMP.
Entre los autores del caso se encontraron además los doctores Natalia Canevaro, Santiago Coste, gastroenterólogo, y Kathy Ann Caraballo Rivera.