El COVID-19 continúa sacando lo mejor de los médicos del país dentro de un panorama no muy alentador.
Belinda Z. Burgos González
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
El COVID-19 continúa sacando lo mejor de los médicos del país dentro de un panorama no muy alentador.
Y es que cada vez más se enfrentan a escenarios quirúrgicos y clínicos retantes en presencia de un enemigo invisible, tal cual sucedió esta vez con un paciente endovascular que llegó a la sala de emergencias del Hospital San Lucas con una ruptura en una aneurisma aorto abdominal y un resultado positivo a COVID-19.
O se intervenía o el paciente sucumbía ante la pérdida de sangre. Así fue el caso de este hombre de 60 años fumador que presentaba dolor abdominal. La aneurisma descubierta era de 8 centímetros y presentaba una ruptura, según el Dr. Rafael Santini, cirujano vascular del Hospital San Lucas de Ponce.
“De esos que llegan al hospital con este cuadro, la mitad muere, alrededor del 75%. Tenía una aneurisma aorto abdominal rota. Y debo añadir que el paciente era COVID19 positivo. Fue un cuadro un poco estresante. Tenía una emergencia por aneurisma rota, donde el paciente podría morir si no era intervenido y también tenía coronavirus”, sostuvo.
“El paciente fue traído directamente a sala de operaciones para no exponer a nadie. Nos armamos de todo un equipo de protección. Hicimos la cirugía con este paciente con COVID19 intubado, con las presiones bajas porque estaba sangrando activamente, y pudimos hacerle una reparación de aneurisma endovascular denominado un EVAR, donde a través de la ingle, sin tener que dar ninguna incisión, se coloca como un tubo grande con una malla dentro de la aorta y se tapa el hueco por donde está sangrando y el paciente se recupera”, añadió.
La reparación endovascular de aneurisma (EVAR) es una cirugía donde se repara un aneurisma en la aorta (vaso sanguíneo más grande del cuerpo) para evitar que estalle. Un aneurisma a su vez es un ensanchamiento o abultamiento de la aorta. La técnica representa menos morbilidad del paciente y menos tiempo de ser intervenido en sala.
Gracias a la rápida labor de los médicos, el paciente sobrevivió ambos cuadros clínicos considerados peligrosos.
De otra parte el subespecialista sostuvo que durante este año ha visto a los pacientes endovasculares más descompensados como por ejemplo, que llegan tardíamente con oclusiones arteriales de las piernas, con gangrena en el pie, aquellos a quienes no se le puede ofrecer otra alternativa que no sea la amputación o, si llegan más complicados con cuadros clínicos de neumonía, enfermedad renal, entre otros.
Por tal razón, pronto estarán develando los datos de un estudio para probar el estatus clínico de esta población de pacientes.
“Queremos demostrar que el paciente está más días admitidos, que están más complicados como por ejemplo necesitará más transfusiones de sangre, si requerirá más cirugía, si necesitan más días en ventilador, entre otras variables. Estos pacientes están llegando más tarde a evaluarse por miedo al virus”, indicó.
“Esto ha representado un cargo más oneroso al sistema de salud puertorriqueño. No tengo la menor duda”, concluyó.
La posición del doctor Santini es la misma que han tenido los médicos puertorriqueños, quienes todos se han volcado en una sola voz a instar a los pacientes a continuar sus tratamientos y seguimientos médicos de las enfermedades crónicas, pues las mismas podrían ser catalítico ante la emergencia de salud pública por la que atraviesa Puerto Rico y el mundo entero.