Se establece que se desconocen los factores de riesgo que pueden provocar este tipo de escenarios
El COVID-19 continúa enseñando a la comunidad médica y científica cuánto pueden sus coronas provocar escenarios adversos que resultan en ocasiones en fatalidades, más allá de la edad del paciente.
Se conoce -aunque poco- que el virus puede provocar complicaciones graves que incluyen enfermedad cerebrovascular -que incluye coagulopatía sistémica- debido a que se cree que este tiene un vínculo directo con la enzima convertidora de la angiotensina-2 (ACE2) -péptido clave en el daño vascular y renal- en pacientes más jóvenes, pero los autores establecen que los factores de riesgo que conducen a un accidente cerebrovascular isquémico son inconsistentes y no está aún claro su relación con la gravedad de COVID-19.
Esta vez se reportó que un hombre de 39 años- descrito como sano y activo- que desarrolló disfasia repentinamente en su hogar y que por las pasadas dos semanas, había tomado la decisión de aislarse por decisión propia porque presentaba síntomas de fiebre, dificultad respiratoria y vómitos.
Una ecografía Doppler reveló evidencia de trombosis de placa carotídea. Mientras, los análisis de sangre revelaron evidencia de diabetes mellitus grave no diagnosticada y niveles de lípidos anormales.
No obstante, este hombre luego del complicado cuadro clínico que presentaba debido al COVID-19 grave, desarrolló un accidente cerebrovascular isquémico y falleció.
Los autores del caso establecieron que no está claro aún si las comorbilidades del paciente propiciaron el desarrollo de una trombosis de grandes vasos mediante un mecanismo aterosclerótico y que para establecer la posible asociación, se necesitan más estudios prospectivos que permitan el desarrollo de una estrategia cuantitativa que permita una mejor toma de decisiones en este tipo de casos.
“Este caso se suma al creciente registro de informes que describen casos de pacientes jóvenes que sufren cerebrovascular eventos tromboembólicos durante la infección por COVID-19, incluyendo un número limitado que sufre infartos cerebrales”, sostiene el reporte de caso.
“Este caso figura como único al tratarse de un paciente tan joven que ha presentado este tipo de fatalidades con una clara evidencia de diabetes mellitus, que su vez pudiera ilustrar un vínculo potencial entre los factores de riesgo vascular y las complicaciones cerebrovasculares de COVID-19 incluso en estos pacientes. Este caso debe impulsar una mayor investigación sobre los posibles mecanismos para las complicaciones cerebrovasculares de COVID-19 y cómo estos pueden interactuar con algún estado aterosclerótico”, concluyen.
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