Este caso destaca la importancia de precisar la lesión y el tratamiento a través de la cirugía.
La literatura médica indica que los quistes aracnoideos son enfermedades raras de la columna vertebral. Su etiología continúa siendo incierta y la explicación más aceptada es la existencia de áreas de debilidad en la duramadre espinal. Los síntomas dependen de su localización en el raquis. La resonancia magnética es usada para su diagnóstico.
Por otra parte, el ventrículo terminal se define como una alteración congénita que consiste en la aparición de una pequeña cavidad quística ependimaria ovalada que se localiza en el cono medular. Se forma durante la etapa de la embriogénesis como resultado de la diferenciación en la canalización y regresión de la médula espinal.
En un caso clínico recientemente reportado, un grupo de especialistas atendió a una paciente de 30 años, que se quejó de parestesias en las piernas más prominentes en la izquierda, desequilibrio y espasmos bilaterales durante los últimos 2 años. Los síntomas se agravaron durante el mes anterior, por lo que fue consultada en el servicio de urgencias.
La parestesia es un trastorno de la sensibilidad de tipo irritativo que se manifiesta con sensaciones anormales sin estímulo previo, como el hormigueo. Esta sensación suele darse en los brazos, manos, dedos, piernas y pies, aunque puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. La mayoría de las veces, esta sensibilidad anormal es transitoria y, a menudo, la describimos coloquialmente como que alguna parte del cuerpo “se nos ha dormido”.
El examen físico reveló entumecimiento en la pierna izquierda y leve desequilibrio en la marcha, pero sin debilidad en las piernas. Una resonancia magnética de columna toracolumbar con contraste mostró un gran quiste sin realce a nivel de T11 con compresión local del cono medular, la cual produce déficits segmentarios, paraparesia o cuadriparesia, hiporreflexia (cuando es aguda) seguida por hiperreflexia, respuestas plantares extensoras, pérdida del tono esfinteriano (con disfunción intestinal y vesical) y déficits sensitivos.
Debido a la progresión de los síntomas, la paciente fue llevada al quirófano para drenar el quiste. Bajo neuromonitorización intraoperatoria, se completó una laminectomía bilateral con durotomía, la cual es una cirugía para extirpar la lámina, en la línea media, con exposición de un cono medular desplazado súper dorsalmente debido a un quiste intramedular a tensión.
Tras el procedimiento, los especialistas lograron un drenaje adecuado, tras la descompresión del cono medular y mejor flujo de líquido cefalorraquídeo craneocaudal. La paciente mostró mejoría en los espasmos de las piernas con menos parestesias. Tres meses después, continuó mejorando su modo de andar con menos espasmos en las piernas.
Por esa razón, los especialistas indican que para pacientes con síntomas inespecíficos progresivos, déficit neurológico focal o disfunción del esfínter, el tratamiento quirúrgico es la opción más adecuada.
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