Fatiga, dolor muscular y alteraciones oculares podrían ser señales de alerta de un posible infarto

A veces, señales sutiles que pasamos por alto, como el cambio en el color de los ojos o la fatiga, pueden ser claves para escapar de una urgencia médica inesperada

Mariana Mejía

    Fatiga, dolor muscular y alteraciones oculares podrían ser señales de alerta de un posible infarto

    Chris Prewitt, un hombre de Ohio, Estados Unidos, experimentó un evento que desafía las estadísticas comunes sobre los ataques cardíacos. A los 48 años, sufrió un infarto, una década antes de la edad promedio para estos eventos en hombres, que según un informe de Circulation de 2018, es de 65,6 años y 72 años para las mujeres.

    Este caso muestra que, aunque la edad es un factor de riesgo a tener en cuenta, no es el único ni siempre el más determinante. Lo anterior en vista de que en oportunidades las personas suelen obviar situaciones que de entrada parecen normales pero en realidad son el síntoma de que algo no anda bien. 

    Ningún síntoma es menor 

    De hecho, en su relato, el paciente cuenta que el primer indicio de que algo fallaba fue una sensación de fatiga que describió como inusual. Este síntoma, aunque fácil de pasar por alto, ha sido identificado en un estudio publicado en Circulation en 2022 como un signo temprano común de insuficiencia cardíaca. Además, también notó un cambio en el color de sus ojos y experimentó síntomas similares a los de una gripe, incluyendo un dolor muscular inusual.

    Durante su estancia en el hospital, que duró cuatro días, Prewitt se enteró de que tenía antecedentes familiares de problemas cardíacos. Su abuelo materno había sido sometido a un par de bypasses a los 60 años, mientras que su abuelo paterno había fallecido de un paro cardíaco a los 49 años, información que desconocía hasta entonces.

    Información que se debe tener en cuenta 

    Prewitt, se considera un entusiasta del deporte, mismo que ha practicado durante gran parte de su vida, por lo que creía tener bajo control los factores de riesgo típicos asociados con las enfermedades cardiovasculares. 

    "Siempre me he preocupado por mi salud. He corrido maratones y cientos de carreras de 5 km y he practicado CrossFit durante un largo periodo de mi vida", declaró a Parade. Además, su familia sigue una dieta cuidadosa debido a intolerancias alimentarias, lo que le hacía pensar que estaba a salvo de problemas cardíacos.

    Sin embargo, lo que él desconocía era la existencia de antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, un factor que no había considerado. Este tipo de eventos pueden ocurrir a cualquier edad y en personas que, aparentemente, llevan un estilo de vida saludable. 

    Los factores de riesgo, aunque aumentan la probabilidad de sufrir una enfermedad, no garantizan su aparición ni su ausencia.

    La importancia de conocer los antecedentes familiares 

    Conocer los antecedentes familiares de enfermedades cardíacas puede ser una herramienta vital para la detección temprana y la prevención de complicaciones graves. Este conocimiento permite a las personas estar más alerta a los síntomas y buscar atención médica de manera oportuna, lo que puede ser crucial para evitar problemas mayores.


    La genética juega un papel significativo en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Estudios han demostrado que si un familiar cercano ha sufrido un infarto o alguna enfermedad cardíaca, el riesgo de que otros miembros de la familia desarrollen problemas similares es mayor. 

    La detección temprana es otro beneficio clave de conocer los antecedentes familiares. Al estar consciente de un mayor riesgo, las personas pueden optar por realizarse chequeos médicos regulares y adoptar cambios en el estilo de vida desde jóvenes. Estas medidas preventivas pueden ser decisivas para evitar complicaciones graves como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

    Fuente consultada aquí 



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