Con la técnica se busca tratar las infecciones localizadas de injertos que se usan para hacer puentes en las extremidades inferiores en pacientes que acuden con gangrenas o con un flujo arterial insuficiente.
En entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), el Dr. Aihab Aboukheir, residente de cirugía general del Hospital San Lucas en Ponce Puerto Rico expuso la relevancia de la investigación que adelanta con su equipo de trabajo con el fin de alejar al paciente con enfermedad vascular periférica de la amputación.
Bajo la investigación “Human Thrombin-Gelatin Matrix with Rifampin: A Novel Technique For Treatment of Vascular Graft Infections”, se busca implementar una técnica para tratar las infecciones localizadas de injertos que se usan para hacer puentes en las extremidades inferiores en pacientes que acuden con gangrenas o con un flujo arterial insuficiente.
Aunque existen varias formas para realizar un puente, siempre, la mejor alternativa es acudir al mismo tejido del paciente, es decir por medio de una vena se conecta desde el área donde está llegando el flujo, que es usualmente cerca de la ingle, hasta el área donde se puede reestablecer ese flujo y así brincar o hacer un bypass del área donde hay una interrupción arterial.
“Esos injertos, cuando el paciente no tiene venas disponibles porque ya ha tenido una operación de corazón abierto, en la que ya se usaron las venas de las piernas, se debe acudir a un injerto y nosotros estamos tratando, de usar este tipo de injerto como última opción, porque estos tienden a infectarse y cuando un injerto se infecta, la posibilidad de que el paciente pierda la pierna es de un 50%”, explicó el Dr. Aboukheir.
La propuesta de este grupo de especialistas se centra en no retirar los injertos infectados y remplazarlos por algún tipo de bypass, permitiendo así que estos sean tratados con antibióticos, gracias a una nueva técnica que mezcla antibióticos con rifampicina, que pertenece a una clase de medicamentos llamados antimicobacterianos y es eficaz matando la bacteria que ocasiona la infección.
De esta manera, resulta para el paciente mucho más favorable, ubicarlos directamente en el área infectada, para no tener que sacarlo y poner otro injerto en un área menos común y que esa área quede en riesgo y este propensa a que ese injerto no funcione.
Existen dos tipos de infecciones que pueden afectar la salud del paciente, una de ellas es la prematura, que se presenta comúnmente durante los primeros 6 meses de uso del injerto y esta infección, usualmente es un injerto completo y no un tratamiento para un área específica, porque el injerto no ha tenido tiempo de incorporarse en la piel, y cuando se trata de esta infección hay que retirar completo el injerto y usar otro en otra área, por lo que nosotros en la investigación estamos tratando la infección de injertos tardíos
Estado de la investigación
Iniciando en 2016 y hasta 2021 se cuenta con la participación de 17 pacientes con infección de injertos, en los que se comparó el suministro de antibióticos con la combinación con antibiótico rifampicina, y adicional a ello, se probó usando unas piezas de cemento que también se colocan en el área de la infección, permitiendo realizar una comparación con estas intervenciones.
El estudio ya cumplió su primera fase, pero continúa recolectando data para evaluar bien la patencia de salvar el injerto sin tener que retirarlo. Tras los primeros hallazgos, se puede concluir que de los 17 pacientes que recibieron la aplicación de antibiótico en combinación con rifampicina, colocándola en el área de la infección, en el 80% se ha podido salvar el injerto y, de estos pacientes, el 93% han podido conservar su extremidad sin tener que amputarla.
Asimismo, un 86% de los pacientes después del tratamiento permanecieron libres de infección, mientras que un 28% ha tenido que volver a sala de operación.
Importancia del estudio
Cuando un paciente llega con injerto infectado, el principal procedimiento al que se acude en la medicina es retirar ese injerto y reemplazarlo ubicando uno nuevo en otra área para que el paciente no pierda la pierna.
Así, justamente lo que se busca con este estudio, es evitar que el paciente vaya nuevamente a cirugía, que se someta a nuevos procedimientos con complicaciones y dejar de intervenir la pierna debilitando al paciente, logrando identificar el área del injerto infectado y poner el antibiótico con la mezcla de rifampicina.
Casos reportados en la literatura clínica
La incidencia de la enfermedad vascular periférica es de 23.5 %, siendo muy común y en Estados Unidos se usan estos injertos aproximadamente en medio millón por año.
De igual forma, la infección es muy rara entre los pacientes, pero cuando se usan injertos, la infección se hace más probable.
Impacto de la condición en el paciente de Puerto Rico
“De los pacientes que nosotros evaluamos por infección de injerto un 94% padecían de presión alta, 70% diabetes y aproximadamente la mitad de ellos tienen condición crónica de riñón”, expuso el Dr. Aboukheir.
Lo que se destaca de esta investigación
Hay muy pocos estudios que evidencien beneficios para el paciente, para el año 2016, uno de ellos sumó una serie de casos, en los que se evaluaron 6 pacientes, a 3 de ellos tuvieron que sacarles el injerto entero para poder salvar la pierna.
Mientras que, para este estudio, se contó con la participación de 17 pacientes, con los cuales, al usar la mezcla de rifampicina, se evidenció un éxito bastante grande, así a un 80% se les salvó el injerto y no se les tuvo que sacar y también a un 93% de ellos, no se les tuve que amputar la extremidad.
Sin duda, una data que promete bastante salvando el injerto y salvándolo de la infección, porque si después de tratar el injerto ya no tiene infección el paciente no requiere intervención.
Hábitos que complican la condición
La enfermedad vascular es multifactorial, por lo que se destaca la importancia de manejar una buena dieta, practicar ejercicio, realizar cambios en el estilo de vida y no fumar.
Así mismo, el doctor Aihab Aboukheir manifestó, “la mejor forma de prevenir la infección de injerto es tratar de no realizar estas intervenciones, así q tratar de conseguir de cualquier manera que el bypass sea con el mismo material del paciente, puede ser una vena y usarla para el injerto, porque si se utiliza material que no es del mismo cuerpo del paciente, ya el mismo cuerpo va a generar una reacción o rechazo y va a combatir”.
El estudio “Human Thrombin-Gelatin Matrix with Rifampin: A Novel Technique For Treatment of Vascular Graft Infections”, en el que participan los doctores
Gabriel A Dieppa-Barnes MD, Patrícia Mulero-Soto MD, Aihab Aboukheir MD, Jose L. Ortiz Fullana MD, es claro en resaltar que los injertos deben utilizarse como la última opción para salvar la pierna de un paciente y que todas las infecciones que los médicos tratan tienen que ser tardías, después de aproximadamente casi 6 meses, porque es cuando realmente el injerto se incorpora el tejido.
“Lo que nosotros estamos tratando es una infección localizada, no un tratamiento para el injerto completo, es más bien una infección 100% localizada en algún punto de ese injerto y lo que buscamos es librarlo de la infección”, concluyó.