Estudio revela que miles de mujeres sin factores de riesgo tradicionales enfrentan peligro cardiovascular elevado debido a la proteína C reactiva ultrasensible, un indicador que la medicina actual subestima.
Una investigación revolucionaria que siguió a más de 12.500 mujeres durante tres décadas ha demostrado que la mitad de los infartos y accidentes cerebrovasculares afectan a personas que no presentan los factores de riesgo clásicos conocidos por la medicina.
El estudio, publicado en The European Heart Journal y presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, identifica un marcador inflamatorio clave que podría transformar la prevención cardiovascular femenina.
La investigación, se enfocó en mujeres que al inicio del estudio no mostraban hipertensión, colesterol alto, diabetes ni tabaquismo. Sin embargo, aquellas con niveles elevados de proteína C reactiva ultrasensible (PCRus) presentaron un riesgo significativamente mayor de eventos cardiovasculares.
La PCRus, un indicador de inflamación sistémica, demostró ser más preciso que los modelos tradicionales para predecir eventos cardiovasculares.
Las mujeres con niveles superiores a 3 miligramos por litro mostraron un 77% más de riesgo de enfermedad coronaria, 39% más probabilidad de ictus isquémico y 52% más posibilidades de cualquier evento cardiovascular, comparadas con quienes tenían valores inferiores a 1 mg/L.
"Las mujeres sin factores de riesgo tradicionales no se identifican mediante las ecuaciones de riesgo que usan los médicos en la práctica diaria", explicó Paul Ridker, investigador principal del trabajo.
Durante décadas, los estudios cardiovasculares se realizaron predominantemente en hombres, limitando la comprensión del riesgo femenino. Esta subrepresentación influyó en la elaboración de estrategias de prevención que no consideran las particularidades del organismo femenino.
Las mujeres suelen presentar síntomas cardiovasculares distintos a los hombres, como náuseas, fatiga, dificultad respiratoria o dolor en cuello y mandíbula, lo que frecuentemente retrasa el diagnóstico y tratamiento.
Sumado a eso, según evidencia científica, las mujeres esperan más tiempo que los hombres para recibir atención médica en casos de dolor torácico.
El estudio también exploró opciones terapéuticas. Los ensayos recientes revelaron que el uso de estatinas puede reducir en 38% el riesgo cardiovascular en mujeres con inflamación elevada, incluso sin factores de riesgo tradicionales. Esta evidencia respalda la necesidad de modificar los protocolos de prevención actuales.
Los especialistas recomiendan evaluar la PCRus en mujeres de mediana edad, especialmente si existen antecedentes familiares o complicaciones durante el embarazo.
La Sociedad Europea de Cardiología reconoce que sus guías de 2024 aún muestran predominio masculino en criterios y responsables, por lo que la actualización se vuelve prioritaria para lograr equidad en salud cardiovascular.
La comunidad científica plantea reformar la formación médica, actualizar los criterios de estratificación de riesgo y mejorar el reconocimiento de síntomas atípicos. El objetivo es evitar que mujeres en riesgo elevado queden sin tratamiento preventivo adecuado.