Una nueva generación de catéteres permite mejorar la eficacia de la ablación, reducir riesgos y acortar significativamente los tiempos de sala, lo que se traduce en mejores resultados clínicos y mayor comodidad para el paciente.
La Fundación Valle de Lili se posiciona como la primera institución en Colombia en incorporar el catéter QDOT Micro, una tecnología de última generación que mejora el tratamiento de la fibrilación auricular, la arritmia más frecuente a nivel global.
Esta innovación permite procedimientos más precisos, seguros y con menor tiempo de duración, lo que representa un avance significativo en el abordaje de las arritmias cardíacas complejas.
"Llevamos años trabajando para contar con la mejor tecnología y mantenernos a la vanguardia en tratamientos médicos e intervencionistas de las arritmias cardíacas", señaló el Dr. Christian Adams, cardiólogo electrofisiólogo de la institución.
Además, el especialista subrayó que la fibrilación auricular está aumentando conforme la población envejece, lo que exige nuevas soluciones terapéuticas. En este contexto, la tecnología QDOT Micro representa una alternativa más efectiva para abordar a pacientes con cuadros clínicos complejos.
"Por las características de la clínica, tratamos personas de muy alta complejidad, no solo con fibrilación auricular, sino también con enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca u otras patologías que hacen que el tratamiento sea mucho más complejo", explicó el Dr. Adams.
Gracias a su diseño avanzado, este catéter permite personalizar el abordaje de los casos más difíciles, con procedimientos de menor duración y menores tasas de complicaciones. Su integración ha sido posible gracias a una infraestructura tecnológica que facilita la incorporación progresiva de nuevas herramientas, insumos y actualizaciones que optimizan los resultados clínicos.
Por otra parte, el acceso a este tipo de innovación implica desafíos financieros. La institución ha buscado estrategias para compensar los costos asociados, principalmente a través de negociaciones con aseguradoras. El argumento es claro: al reducir los tiempos de procedimiento, anestesia y recurrencia de la arritmia, se generan ahorros que podrían equilibrar la inversión inicial.
Todo ello requiere una evaluación cuidadosa de los costos y beneficios, "no solo para la aseguradora, sino para el paciente, en cuanto a calidad de vida y reducción del riesgo durante los procedimientos", apunta el experto.
A su vez, el especialista indicó que, aunque existen múltiples tecnologías en el mercado, su incorporación debe evaluarse con cautela, sopesando beneficios y riesgos. En medio de la reforma al sistema de salud que cursa en el país, los aseguradores son cada vez más exigentes con la justificación de nuevos insumos.
"Actualmente en nuestro país estamos atravesando un ajuste del sistema de salud, reflejado en una reforma en trámite. Esto ha llevado a que los aseguradores estén resguardando un poco los gastos, y al momento de incorporar estas tecnologías, nos exigen demostrar los beneficios que obtendremos", explicó
En ese sentido, los estudios que respaldan la efectividad del QDOT Micro permiten mostrar su impacto local: menos complicaciones, menor tiempo en sala y una recuperación más rápida. No obstante, su adopción también depende de factores técnicos, como la disponibilidad de generadores de energía especializados, que aún son escasos en la región y requieren procesos de importación e instalación que pueden retrasar su implementación.
Asimismo, el especialista explicó que el tratamiento de la fibrilación auricular se divide en dos grandes enfoques: el médico y el intervencionista. Aunque el primero busca controlar la arritmia con medicamentos, su eficacia ha mostrado limitaciones. "En estudios recientes, hablo de los últimos diez años. se ha demostrado que este tratamiento solo controla el 60 % de las arritmias", indicó.
Esto ha llevado a un mayor uso del tratamiento intervencionista, que ha mostrado mejores resultados. "Este tipo de intervención ha demostrado ser mucho más efectivo, logrando un control de la enfermedad en aproximadamente un 70 a 85 %", añadió.
Entre las técnicas actuales, la crioablación se emplea mediante balones enfriados con nitrógeno líquido que generan lesiones para desconectar eléctricamente el foco de la arritmia. No obstante, su uso es limitado a pacientes con anatomía cardíaca conservada y enfermedad de corta evolución.
En cambio, la radiofrecuencia considerada el método estándar permite tratar distintos tipos de arritmia en un solo procedimiento, incluso en corazones comprometidos. Además, la ablación por campo pulsado, una tecnología emergente, utiliza ondas electromagnéticas para destruir de forma focalizada las células responsables de la arritmia, aunque su implementación aún enfrenta restricciones técnicas y de acceso en la región.
Ahora bien, el electrofisiólogo destacó que la principal diferencia del QDOT Micro frente a otros catéteres radica en la capacidad de control y precisión en la entrega de energía. "El catéter usual puede entregar entre 20 y 35 watts, como se hacía hace unos diez años, pero desde entonces se han implementado protocolos con mayor energía, alcanzando los 50 watts, lo que permite crear lesiones más profundas y efectivas", explicó.
Sin embargo, este enfoque más agresivo también mostró limitaciones. A pesar de lograr una ablación más extensa, las tasas de recurrencia seguían siendo altas y el riesgo de afectar estructuras cercanas, como el esófago, aumentaba. Esto se debe a la proximidad entre la aurícula izquierda (donde se realizan las ablaciones) y el tubo digestivo, lo que eleva el riesgo de complicaciones graves cuando se produce una lesión no deseada.
Procedimientos más rápidos, pacientes que se recuperan antes
En respuesta a estos desafíos, el QDOT Micro fue diseñado para generar lesiones más focalizadas y superficiales, reduciendo significativamente el riesgo esofágico. Además, incorpora sensores que detectan en tiempo real la temperatura del tejido, lo que permite ajustar con precisión la energía aplicada durante el procedimiento. "El QDOT Micro es una evolución de la tecnología estándar: más rápida, más efectiva y mucho más segura", añade.
En cuanto a la duración del procedimiento, el Dr. Adams explicó que la incorporación del QDOT Micro ha transformado los tiempos de intervención. Antes, una ablación estándar por fibrilación auricular podía tomar entre 100 y 120 minutos. Con esta nueva tecnología, ese tiempo se ha reducido prácticamente a la mitad.
"Al entregar mayor energía en menos tiempo, logramos acortar el procedimiento a unos 55 o 60 minutos. Eso representa un ahorro significativo, no solo en términos de tiempo quirúrgico, sino también en menor exposición a anestesia, lo que se traduce en una recuperación mucho más rápida para el paciente. Si todo sale bien en las primeras horas de observación, incluso puede irse a casa el mismo día", afirmó.
Este impacto también se extiende al diagnóstico y planificación del tratamiento. Las tecnologías previas ofrecían mapas electroanatómicos generales de la aurícula, pero con las nuevas herramientas es posible detectar alteraciones eléctricas y anatómicas con una precisión de hasta uno o dos milímetros.
"Ahora no solo identificamos con exactitud el foco de la arritmia, sino que podemos tratarlo de forma dirigida y eficaz. Eso nos permite decir con confianza que se logró ablactar la zona específica que la originaba, lo que reduce la posibilidad de recurrencia sin aumentar los tiempos en sala ni los riesgos asociados", concluye.