Los fármacos prescritos durante más de 40 años como tratamiento estándar tras un infarto, no aportan beneficios en la mayoría de los pacientes con función cardíaca normal y podrían incluso triplicar el riesgo de muerte en mujeres.
Durante más de 40 años, los betabloqueantes se han administrado como tratamiento de primera línea a prácticamente cualquier paciente que sufría un infarto.
Su uso estaba respaldado por estudios de las décadas de 1970 y 1980, cuando la mortalidad cardiovascular era más alta y las opciones de intervención más limitadas.
Hoy, la realidad clínica es distinta: El acceso a stents, anticoagulantes y terapias de reperfusión inmediata ha mejorado drásticamente la recuperación de los pacientes, reduciendo la necesidad de betabloqueantes en quienes tienen una función cardíaca conservada.
El ensayo REBOOT —realizado en 109 hospitales de España e Italia con 8.505 pacientes— reveló que las mujeres con fracción de eyección superior al 50 % tratadas con betabloqueantes:
Tuvieron mayor riesgo de hospitalización por insuficiencia cardíaca.
Presentaron más reincidencias de infarto.
Registraron hasta tres veces más muertes en comparación con las mujeres que no recibieron el fármaco.
El Dr. Borja Ibáñez, director científico del CNIC, subrayó que estos riesgos fueron más evidentes en quienes recibieron dosis altas.
La investigación refuerza un punto clave: los medicamentos no siempre actúan igual en hombres y mujeres.
“Las mujeres suelen tener corazones más pequeños y son más sensibles a tratamientos para la presión arterial, lo que podría explicar la mayor vulnerabilidad a los efectos secundarios de los betabloqueantes”, explicó el Dr. Andrew Freeman, del National Jewish Health en Denver.
Además, históricamente los ensayos clínicos cardiovasculares se centraron en hombres, lo que retrasó durante décadas la comprensión de cómo se presentan y tratan los infartos en mujeres.
El Dr. Valentín Fuster, presidente del Hospital Cardiológico Mount Sinai Fuster de Nueva York y director general del CNIC, afirmó:
“Estos hallazgos redefinirán las guías clínicas internacionales y deberían impulsar un enfoque específico para cada sexo en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares”.
Actualmente, cerca del 80 % de los pacientes en Europa, EE.UU. y Asia sigue recibiendo betabloqueantes tras un infarto, pese a que las nuevas evidencias cuestionan su beneficio en la mayoría
El estudio aclara que los resultados solo aplican a quienes tienen fracción de eyección superior al 50 %.
En pacientes con menos del 40 % (insuficiencia cardíaca), los betabloqueantes siguen siendo el estándar por su capacidad de prevenir arritmias graves.
Un metaanálisis adicional, publicado en The Lancet, halló beneficios en quienes tienen fracciones entre el 40 % y el 50 %, reduciendo un 25 % el riesgo de nuevos eventos cardíacos y muerte.