Los pacientes en tratamiento con rituximab pueden experimentar una evolución prolongada y atípica de la enfermedad arboviral.
Es importante que los profesionales de la salud estén conscientes de los posibles riesgos asociados a las enfermedades transmitidas por vectores al prescribir medicamentos inmunosupresores. Asimismo, resulta fundamental que se brinde a los pacientes información sobre las medidas preventivas para evitar las picaduras de garrapatas y mosquitos.
Con la llegada de climas cálidos, es importante que los profesionales de la salud brinden asesoramiento a sus pacientes acerca de las enfermedades asociadas a las picaduras de mosquitos y garrapatas, especialmente aquellos que están bajo tratamiento con fármacos inmunosupresores como rituximab u otras terapias inmunológicas que reducen los linfocitos B.
Estos medicamentos se recetan con frecuencia a pacientes oncológicos que padecen cáncer, así como a aquellos que presentan afecciones reumatológicas y neurológicas, y pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, también existe un riesgo de contraer enfermedades graves transmitidas por virus a través de mosquitos y garrapatas.
Cinco aspectos importantes en la prescripción de estos medicamentos
Por ello, se deben conocer cinco aspectos importantes que se deben tener en cuenta al prescribir este tipo de medicamentos y al proporcionar orientación a los pacientes sobre la prevención de infecciones arbovirales, como el virus del Nilo Occidental.
1. Los pacientes sometidos a inmunoterapias depletoras de células B corren un alto riesgo de padecer una enfermedad grave por infección arboviral.
Las inmunoterapias que eliminan los linfocitos B, como rituximab y ocrelizumab, pueden aumentar el riesgo de enfermedades graves transmitidas por vectores, como el virus del Nilo Occidental. En un estudio reciente con 21 pacientes tratados con rituximab, todos ellos desarrollaron enfermedad arboviral neuroinvasiva, como encefalitis o mielitis flácida aguda.
De los pacientes cuyo desenlace se informó, el 79% falleció debido a complicaciones relacionadas con la enfermedad arboviral. La suspensión de la medicación inmunosupresora puede ayudar a los pacientes a desarrollar una respuesta inmunitaria, aunque puede tomar hasta 12 meses para que las células B vuelvan a la normalidad después de suspender el rituximab.
2. Los pacientes sometidos a inmunoterapias depletoras de células B suelen presentar signos y síntomas atípicos de enfermedad arboviral.
Los pacientes en tratamiento con rituximab pueden experimentar una evolución prolongada y atípica de la enfermedad arboviral, con una letalidad superior a la esperada, como se observó en la serie de casos mencionada. Aunque la mayoría de las infecciones arbovirales en personas sanas son asintomáticas o presentan síntomas febriles leves, los pacientes con enfermedad neuroinvasiva tienen un riesgo significativamente mayor de complicaciones graves, como se evidenció en la letalidad del 79% observada en la serie de casos.
La reducción de las células B debido al tratamiento puede prolongar la replicación viral y dar lugar a características clínicas inusuales. Por lo tanto, es fundamental considerar las enfermedades arbovirales en pacientes en inmunoterapia que presenten fiebre o síntomas neurológicos, incluso fuera de la temporada típica de actividad de mosquitos y garrapatas.
3. Dar prioridad a las pruebas moleculares si se sospecha de una enfermedad arboviral en pacientes con inmunoterapias depletoras de células B.
El diagnóstico oportuno de infecciones arbovirales en pacientes es crucial para guiar el tratamiento clínico y evitar procedimientos innecesarios. En pacientes con inmunoterapias depletoras de células B, las pruebas serológicas pueden dar resultados falsos negativos, como se observó en la serie de casos donde 19 de 20 pacientes obtuvieron resultados negativos.
Se recomienda priorizar las pruebas moleculares, como la RT-PCR, para detectar ARN viral en muestras de suero, líquido cefalorraquídeo y tejido. La disponibilidad de la prueba puede variar para diferentes arbovirus, por lo que se sugiere contactar con el departamento de salud pública estatal o local para solicitar pruebas especializadas.4.
4. Comprender el impacto global de los arbovirus.
Es esencial que los médicos que prescriben inmunoterapias que eliminan los linfocitos B estén informados sobre las enfermedades arbovirales y brinden orientación a sus pacientes sobre la prevención de las picaduras de mosquitos y garrapatas tanto en su entorno local como durante los viajes.
El virus del Nilo Occidental es común en los Estados Unidos y otros arbovirus causan casos y brotes en regiones específicas del país. También existen arbovirus que se encuentran predominantemente fuera del territorio continental de los Estados Unidos, como el dengue, Zika, Chikunguña, fiebre amarilla y encefalitis transmitida por garrapatas.
5. Es fundamental que los médicos brinden orientación a sus pacientes sobre la prevención de las picaduras de mosquitos y garrapatas.
Esto es especialmente relevante para aquellos que se encuentran en inmunoterapias que agotan las células B, como el rituximab. Junto con los beneficios de estos tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes, es importante informarles sobre los riesgos asociados y hablarles sobre medidas de protección personal para evitar las picaduras.
Por estas razones, es importante recordar a los pacientes que:
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