Paciente de 68 años con historial de diabetes y fumador, pero sin historial significativo en otras patologías, arribó a la sala de emergencias del Hospital de la Concepción
Dr. Pedro Báez, del Programa de Residencia de Medicina
Belinda Z Burgos
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
En la historia de la infectología, las infecciones parasitarias son una de las protagonistas.
Y es que un paciente de 68 años con historial de diabetes y fumador, pero sin historial significativo en otras patologías, arribó a la sala de emergencias del Hospital de la Concepción pues tres semanas antes había presentado dolor y se le palpó una masa en el lado derecho del cuello.
Precisamente este paciente demoró en atenderse en una institución hospitalaria por miedo al contagio de coronavirus, según sostuvo en entrevista exclusiva con Medicina y Salud Pública (MSP) el Dr. Pedro Báez, del Programa de Residencia de Medicina de la institución hospitalaria.
“El verdadero historial médico lo brindó la familia y nos cuenta que el paciente empezó a sentir escalofríos, presentaba un estado mental alterado al igual que tenía alterado los laboratorios de orina. El paciente también se veía deshidratado. No habían tomado la decisión de ir a un hospital por el miedo del contagio del nuevo coronavirus. Al paciente se le realizó un examen de la boca y se le dio un antibiótico y el primer diagnóstico fue de una faringitis”, explicó el Dr. Vélez.
“El paciente llegó además con la presión baja y con estadio inflamatorio por lo que se tuvo que intubar y se le tiene que dar resucitación de volumen. Inicialmente pensamos que el paciente tenía una sepsis por una infección determinada, pero lo más curioso es que al hacer estudios de entrada en las imágenes salen unas lesiones peculiares en el cerebro, el diagnóstico en este ámbito era uno bastante amplio”, abundó.
Precisamente el examen radiológico -”MRI”- reflejó hallazgos y lesiones que sorprendieron al equipo médico, que tuvo que enfrentarse a una infección parasitaria rara en Puerto Rico.
“En los resultados del estudio MRI se vio que el paciente presentaba lesiones particulares, quistes, cicatrizaciones y unas señales bien claras de infección por cisticercosis”, confirmó.
La cisticercosis es una infección causada por las larvas de la Taenia solium, después de que una persona ingiere los huevos del parásito. Las larvas se adhieren a tejidos como músculos y cerebro formando cisticercos (o quistes).
Los seres humanos son los únicos hospedadores de estos parásitos y se pueden infectar con estos parásitos al comer carne de res o de cerdo cruda o mal cocinada que contenga cisticercos infecciosos.
Una vez dentro del cuerpo de las personas, los quistes producidos por la Taenia migran al intestino delgado y maduran en tenias adultas que producen segmentos o huevos que luego se eliminan a través de las heces.
“Se le hizo una punción lumbar y salió sugestivo a inflamación. El paciente por imagen, por clínica y serología cumplía un criterio para cisticercosis, una enfermedad que no es tan rara en países de Sudamérica, en África y se han hecho estudios presentes en el Caribe, pero la realidad es que en Puerto Rico es muy extraño este tipo de condición”, afirmó.
“Él se trató con esteroides y dos medicamentos antiparasitarios, porque es bien importante disminuir la inflamación del cerebro antes de darles varios fármacos. Lamentablemente el paciente se complicó pues desarrolló una pulmonía y adicionalmente con el cuadro sintomatológico con el que llegó, manifestó fallo renal, actualmente en su estado mental no siguió mejorando, incluso con los tratamientos que se le administraron”, reveló.
El autor del caso concluyó diciendo que el cuadro de este paciente también fue uno raro porque la mayoría de veces no se presentan lesiones en el cerebro.
“Entendemos que la inflamación que tenía en este órgano, también desató un desorden electrolítico e hiponatremia, lo que ocasionó una mayor complicación”, finalizó.