En cuanto al perfil epidemiológico del COVID-19, la Dra. Ángeles adujo que uno de los retos de salubridad más difíciles que enfrenta la isla actualmente es la falta de un perfil epidemiológico del nuevo coronavirus que determine las edades, zonas geográficas y sintomatología de este nuevo virus.
La preocupación por la pandemia va más allá del aumento en contagios por la nueva enfermedad que invade al mundo. Diferentes naciones ya están llevando a cabo, paulatinamente la reapertura de algunos sectores económicos, sin importar si esto pueda generar una nueva ola de casos.
Por su parte, la infectóloga, Ángeles Rodríguez, durante entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública, (MSP) manifestó su preocupación por la reapertura de la isla indicando que, del punteo entre la economía y la ciencia, ganó la economía y que, esto es algo en lo que los profesionales de la salud se deben reservar pues son ellos quienes llevan la carga mayor en cuanto suba la curva de contagios por COVID-19.
En cuanto al perfil epidemiológico del COVID-19, la Dra. Ángeles adujo que uno de los retos de salubridad más difíciles que enfrenta la isla actualmente es la falta de un perfil epidemiológico del nuevo coronavirus que determine las edades, zonas geográficas y sintomatología.
“Nosotros ni siquiera tenemos un perfil de cómo se comporta la pandemia en Puerto Rico. Nosotros no sabemos cuál es la población que tiene más anticuerpos en este momento. (…) Yo no sé si el Gobierno lo sabe, pero ellos tienen los datos y nadie los ha mirado y los datos que se recogen son para tomar acción, para mirarlos y evaluarlos, y a base de ello, empezar a diseñar una estrategia informada basada en el comportamiento de la enfermedad aquí, no en China, no en Estados Unidos, aquí en Puerto Rico”, alertó la ex epidemióloga.
Además, comentó que Puerto Rico debe desarrollar información para que los profesionales de la salud estén mejor preparados para atender a los pacientes. "Hasta que no tengamos un perfil claro de por dónde va la infección por dónde se mueve más dónde está la concentración mayor, cuál es el perfil de las personas que más se están afectando, en qué grupos de edades, con qué comorbilidades".
“El pueblo de Puerto Rico tiene una desconfianza sobre las agencias gubernamentales por consecuencia de lo que ha sufrido en los últimos años, empezando por el huracán María, donde se dijo que fueron 64 casos de muerte, cuando se sabía que eran muchísimos más”, recordó la ex epidemióloga del Estado.
Por otra parte, expuso su preocupación especialmente por los jóvenes quienes, a su juicio, se sienten invencibles y que creen que no les va a pasar nada “muchos de los jóvenes no tendrán consecuencias, pero hay otros que están arriesgando la vida. En su momento se dijo que a los niños no les iba a pasar nada y ahora se han visto varios casos. Aunque no son muchos los casos, los hay”.
Otro de los retos más grandes que se enfrentan los profesionales de la salud es la poca data incluida en la literatura, y la falta de tratamientos médicos para contrarrestar el virus, además de la efectividad de una vacuna a corto tiempo.
“No tenemos ni siquiera un año de haber observado el virus y saber que, una persona que está infectada al año todavía tenga anticuerpos, porque si no tiene anticuerpos protectivos le puede repetir. Este es un virus de la familia del catarro que repite y, aún no se sabe si estos anticuerpos que pueden proteger a corto plazo también lo hagan a largo plazo”, manifestó la doctora Ángeles.
Ante la apertura de las escuelas para los niños la galena menciona que es muy difícil, debido al hacinamiento que tienen las instituciones educativas en Puerto Rico, aunque recalcó que estos años escolares son muy importantes para los infantes.
“A menos que se abran más escuelas y se establezca un sistema donde haya más espacio y menos estudiantes, para que pueda haber una protección adecuada en grupos de intermedia en adelante. De intermedia para abajo no creo que los más pequeños tengan la capacidad de entender el peligro que viene del tocar, jugar, etc. Los seres humanos somos sociales y los puertorriqueños más que nada…”, exclamó Rodríguez.
Asimismo, reconoció que Suecia no cerró las escuelas y ahora tiene la tasa de mortalidad más alta por COVID-19, y lamentó que muchas de las decisiones que se toman ante la pandemia son de personas ajenas al sector de la salud, en quienes siempre primará la vida.
“Esta pandemia llegó en un momento en el que el respeto a la ciencia ha disminuido significativamente y personas que no tienen ningún conocimiento, ni técnico ni científico están tomando decisiones que afectan vidas, y que nos toca a nosotros después salir a resolverlos”, manifestó.