Una mala adherencia al tratamiento tiene consecuencias como la pérdida del control sobre la enfermedad y un empeoramiento de la calidad de vida.
La mala adherencia al tratamiento es una de las principales causas del fracaso del mismo y del consecuente empeoramiento en la calidad de vida de muchos pacientes. Según el Estudio Nacional de Adherencia en Patologías Crónicas del Grupo OAT (Observatorio de la Adherencia al Tratamiento), la adherencia continúa siendo un grave problema de salud pública, tanto que solo el 51,56 por ciento de los pacientes crónicos siguen las pautas prescritas por sus médicos de forma rigurosa,
La falta de adherencia viene determinada por múltiples causas, generalmente relacionadas entre sí y afecta a todo tipo de pacientes, pero especialmente a aquellos que padecen enfermedades crónicas que necesitan un seguimiento constante y coordinado por parte de los profesionales sanitarios y sociales. Por ejemplo, los pacientes con hipertensión (52%), diabetes (56%) y EPOC (41%) suelen presentar, en general, valores bajos de adherencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica en cinco categorías los factores que inciden en la adherencia: relacionados con el paciente, con la terapia, con el personal y el sistema sanitario, con el estado de la enfermedad y con los factores socioeconómicos.
Entre los factores de falta de adherencia de los pacientes se encuentra el olvido de la toma de la medicación como una de las causas más frecuentes, entre el 22,6% y 73,2% afirma que es su caso. Para mejorar estas cifras, existen soluciones dirigidas a los pacientes como calendarios, checklists y aplicaciones móviles que pueden ayudar a que el paciente conviva mejor con su enfermedad.
Las creencias y expectativas del paciente acerca de la efectividad de las pautas terapéuticas determinan también en gran medida su capacidad para implicarse y cumplirlas. Entre los factores asociados a la terapia se incluyen la complejidad, la presencia de efectos adversos, la percepción sobre la efectividad de los medicamentos, la conformidad y la flexibilidad en la elección del tratamiento por parte de los pacientes y la duración del mismo.
Como explica Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, “la adherencia terapéutica abarca un concepto más amplio en relación con la toma de la medicación y supone la implicación y el compromiso del paciente con su enfermedad, su tratamiento y con los profesionales sanitarios. Para que un paciente mejore y mantenga su adherencia debe adquirir un papel activo en el proceso de gestión de su enfermedad, aumentar su autonomía e incrementar su capacidad de autocuidado, para ello, es necesario que conozca la enfermedad y la entienda, así como el tratamiento y la importancia de ser adherente al mismo”.
Los factores relacionados con el estado de la enfermedad influyen en gran medida en los pacientes, especialmente aquellos que conviven con patologías crónicas. La ausencia o presencia de síntomas, la severidad de la enfermedad, la mejoría clínica y la duración son aspectos a tener en cuenta para un correcto cumplimiento de las instrucciones médicas. Además, uno de los mayores factores de riesgo asociados a la falta de adherencia es la polimedicación: cuanto mayor es la complejidad del tratamiento, mayor es la posibilidad de incumplimiento.
En relación con el profesional sanitario, la información proporcionada a los pacientes sobre la enfermedad que padecen, la comunicación o relación establecida y el seguimiento que realizan de la enfermedad se muestran como aspectos fundamentales a tener en cuenta. Los datos reflejan que el 87% de los profesionales sanitarios de Medicina, Enfermería y Farmacia considera que tiene claro el concepto de adherencia, sin embargo, solo el 60% realiza el seguimiento de la misma con sus pacientes.
Las patologías crónicas a menudo implican cambios en los hábitos de vida de los pacientes que pueden suponer una barrera importante en el cumplimiento de la terapia, ya que en muchas ocasiones están relacionados con el poder adquisitivo y el entorno laboral. Estos factores socioeconómicos también deben ser tenidos en cuenta, así como la necesidad de contar con una red de apoyo constituida por asociaciones de pacientes, servicios sociales y relaciones personales del paciente.
"La enfermedad siempre va unida al miedo y a la soledad. Estos son dos factores determinantes en la falta de adherencia al tratamiento. Por ello, es importante que el paciente cuente con una red de apoyo formada por amigos, familia, y también otros pacientes que estén viviendo una situación similar. El acompañamiento y la comprensión son factores clave que incentivarán que sigan el tratamiento prescrito”, declara Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes.
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