Es necesario que se tenga un seguimiento de aquellos pacientes con problemas mentales para un correcto desempeño interdisciplinario en un territorio determinado.
Eduardo Najar
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
Es necesario que se tenga un seguimiento de aquellos pacientes con problemas mentales para un correcto desempeño interdisciplinario en un territorio determinado
En las Américas, se presentan altas cifras de pacientes que pueden desarrollar algún tipo de desequilibrio mental, sin embargo, no existe alguna política pública que garantice un correcto seguimiento y le otorgue la suficiente importancia a esta condición dentro de la sociedad, ante esta falla, existen algunos daños colaterales multifacéticos originados por esta circunstancia.
En entrevista con la revista Medicina y Salud Pública (MSP), Heydi Arévalo, Gerente de Gestión del Conocimiento e Innovación de World Vision en Colombia, Rafael Mejia, psicólogo clínico y docente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y Suzanne Roig Fuertes, dirigente de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), explican los diversos daños colaterales que se pueden originar ante la ausencia de una política pública en la salud mental.
“Nosotros creemos que hay 3 tipos de impacto, uno en términos sociales, otro en productividad económica y otro político. El social, influye en la producción de estigmas que van a llevar a la discriminación de las personas y estas personas discriminadas son aquellas que muy difícilmente van a lograr un nivel de productividad, y, aun cuando no tuviera un problema mental, de base sino que a este individuo se le dio un trato inadecuado y pasó por ese proceso del estigma y termina en discriminación, ahí ya hay una ruptura y un impacto en términos sociales, el impacto en productividad es cuando no atendemos adecuadamente un evento mental y desconocemos que esa persona no está en las mimas condiciones de aportar productivamente en un modelo que se mueve por las competencias y por último, la necesidad de establecer una política que resalte y le dé prioridad a la salud mental” dijo la gerente Arévalo.
Existen varios ámbitos por los que una persona puede presentar un daño en su salud mental, está condición puede alterar su calidad de vida, además de la estabilidad emocional y en ocasiones físicas, de quienes lo rodean, su poca importancia por parte de los diversos estados ha ocasionado múltiples problemas sociales, económicos y políticos.
“En Centroamérica, Latinoamérica y el Caribe, existe como daño colateral el desempleo, porque muchas empresas están desvinculando a aquellos empleados que tienen altos salarios y cargos ejecutivos y están contratando a personas con salarios menores y con las mismas funciones. En Honduras, ha aumentado la incidencia del suicidio, la violencia doméstica, las adicciones y finalmente la migración, todo esto son secuelas de la salud mental” explicó el psicólogo clínico.
Los familiares y cuidadores han tenido que velar por la integridad de su pariente o de aquel paciente que padece de un problema de salud mental, la accesibilidad a los medicamentos y al seguimiento salubrista se ha visto beneficiado, ya que la telemedicina ha sido esa solución que ha brindado todas las herramientas necesarias para poder llevar una regulación médica y personal, capaz de tratar aquellas condiciones.
“Ese cuidador durante esta pandemia en particular, ha estado más encerrado que nunca y a solas con el paciente. En Puerto Rico, los principales proveedores de servicios para la salud mental y los pacientes se han adaptado positivamente a la telemedicina y esto a su vez ha logrado un mayor alcance y acceso a servicios, pues no faltan a sus citas, hablan y se comunican más de lo que hacían antes y son más abiertos a la continuidad del tratamiento, en términos de acceso la pandemia a través de la tecnología ha obligado a entrar al mundo de la salud mental de una forma más abrupta y beneficiosa” concluyó Susan Roy Fuertes.