Experta recomienda ejercitarse durante un promedio mínimo de 30 minutos al día. Conozca que debe tener en cuenta al hacerlo.
El éxito de los tratamientos médicos en pacientes con condiciones adversas en su salud incluyen los hábitos y su estilo de vida. Por eso, el ejercicio es fundamental para tener mejor vitalidad, disminuir factores de riesgo y cuidar la salud mental.
Cabe resaltar que, la actividad física es diferente al ejercicio. De acuerdo con la Lcda. Wanda González, nutricionista y dietista, el movimiento que incluye la realización de actividades cotidianas constituye una actividad física, pero el ejercicio es una actividad programada y estructurada, que trae múltiples beneficios para el cuerpo humano.
En este sentido, la nutricionista, comparte las siguientes recomendaciones para pacientes y comunidad en general:
Este aspecto es clave, ya que determina hasta que punto puede llegar la persona. Antes de comenzar a ejercitarse, hay que definir la intensidad de la actividad, la duración más adecuada y el tipo de ejercicio que la persona va a realizar. “Hay que consultar con el médico que tipo de ejercicio se puede hacer y con cuanta frecuencia”, indicó González.
De igual modo, si se presenta dolor, malestar o alguna condición extraña, hay que consultar con el profesional de la salud.
Con relación a ello, la Lic., explicó, “el ejercicio, al igual que la nutrición y los medicamentos, es individualizado. Si quizás su vecino, amigo o familiar le dice que este es el mejor ejercicio que existe, no necesariamente esa actividad se adapte a sus necesidades, a su capacidad de lo que puede hacer”.
El descanso diario es importante para la recuperación del cuerpo y contribuye en la minimización del dolor. Por ello, es necesario dormir el tiempo requerido, que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son entre 7 y 8 horas
Las horas más adecuadas para ejercitarse son aquellas en las que el calor no es sumamente intenso ni la persona está expuesta a altas temperaturas o los rayos directos del sol.
Asimismo, González recomienda notificar a algún familiar el lugar y horario frecuentado para hacer ejercicio. “A veces podemos pensar que no es necesario, pero lo es en caso de que surja alguna situación. Por ejemplo, si usted, además de artritis, tiene condiciones como diabetes, alta presión o una condición diferente y le puede dar un bajón de azúcar o un aumento de la presión arterial, es necesario avisarle a un familiar para que pueda auxiliarlo”.
El ejercicio es parte de un tratamiento médico, es salud, es decir, que no busca afectar la salud propia. Por lo anterior, es crucial seguir las indicaciones de su médico de confianza o especialista, ya sea sobre la actividad o el consumo de medicamentos asignado.
Además, si está pasando por un momento de recaída, iniciando una nueva terapia o tiene un periodo con inflamación en alguna parte del cuerpo, la Lic., sugiere realizar solamente ejercicios de estiramiento o lo que se conoce como ejercicio de rango de movimiento. Ninguno que sea de alta intensidad.
La hidratación es esencial antes, durante y después del ejercicio. “Es importante que cada 15 minutos la persona esté tomando aproximadamente entre 6 a 8 onzas de agua”, afirmó la nutricionista. También, propone consumir algún tipo de alimento o merienda leve antes de comenzar.
Finalmente, la elección del calzado y la ropa es otro punto clave. En pacientes que tienen condición de diabetes, se recomienda usar ropa de color claro, para evidenciar lo más rápido posible si hay sangre producto de alguna laceración.
Estos aspectos contribuyen al funcionamiento de una correcta actividad física y pueden aportar a mejorar la salud de las personas, en especial a quienes padecen de enfermedades que requieren tratamientos complejos.