El maltrato no siempre ocurre en el hogar; también puede darse en otros entornos, como la escuela o actividades extracurriculares.
En el marco del día internacional de la prevención del suicidio, la Revista Medicina y Salud Pública conversó con la Dra. Patricia Landers, expresidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico sobre los indicadores de las conductas de riesgo en niños.
Si bien es cierto que el maltrato infantil no siempre se detecta a primera vista, la especialista señala que algunas señales presentes en los niños pueden ser evidentes, como las lesiones físicas.
"Hay unas más notables como los moretones, cortaduras o quemaduras inexplicables. A veces, los niños no saben cómo justificar estas lesiones", afirmó. Asimismo, hay otras señales físicas, como la falta de higiene, que también pueden ser indicativas de negligencia.
Sin embargo, las señales emocionales y conductuales pueden ser más difíciles de reconocer. "Cuando notamos cambios en el comportamiento, como agresividad, retraimiento o conductas autodestructivas, es una alerta de que algo está pasando", explicó.
Estos cambios, según la doctora, pueden manifestarse en la escuela, la comunidad o incluso en la iglesia.
La Dra. Landers enfatiza que cualquier cambio significativo en la conducta de un niño debe ser motivo de preocupación, independientemente de si se trata de maltrato físico o emocional.
"Es importante que los padres, maestros y entrenadores presten atención. Los niños a menudo expresan su angustia a través de alteraciones en el comportamiento, como ser más agresivos o, por el contrario, más retraídos", mencionó.
El maltrato no siempre ocurre en el hogar; también puede darse en otros entornos, como la escuela o actividades extracurriculares.
"Un niño que sufre maltrato en la escuela puede presentar síntomas como pérdida de apetito, dolor de estómago o buscar excusas para no asistir a clases", explicó.
El maltrato constante y repetido puede llevar a la desesperanza, lo que en casos extremos podría derivar en pensamientos suicidas. Aunque los casos de suicidio infantil son atípicos, la especialista advierte que no se deben subestimar.
"Un menor expuesto a violencia continua y sin apoyo emocional puede llegar a un punto en el que siente que no tiene salida", señaló.
Las influencias externas, como las redes sociales, también pueden tener un papel negativo. "Los retos virales y los contenidos que glorifican el suicidio pueden inducir a los niños a conductas peligrosas, incluso sin entender completamente las consecuencias", concluyó.
