Hay tratamientos destinados a mejorar la salud de los niños.
Ante la preocupación generada por el comportamiento de los niños, la Dra. Patricia Landers, presidenta de la Asociación de Psicólogos de Puerto Rico, enfatizó en que se debe dar tiempo a los menores de aprender las habilidades de socialización, en vista de que pasaron tiempo sin poder conocerla, debido a la pandemia y otras situaciones en la Isla.
“Estamos viendo estudiantes que no tuvieron un inicio normal de clases por la pandemia, no se puede pretender que en pocas semanas puedan hacer relaciones significativas porque no pueden utilizar destrezas que no han aprendido. Es decir, necesitamos darle un periodo de adaptación para que los niños puedan aprender destrezas y luego esperar que las pongan en práctica”, dijo.
La dificultad de estos problemas de adaptación, según la especialista, es que los efectos no se ven de inmediato, por ello mencionó que los niños que han vivido el Huracán María, el terremoto y la pandemia han crecido enfrentando desafíos que impiden su desarrollo natural en el entorno escolar.
“Si tomamos en consideración a los niños en edad de 7 años, ellos han pasado por varios momentos críticos como el huracán María y luego la pandemia, así que para esas fechas ellos estaban aún más pequeños y no estaban formalmente en edad escolar”, dijo.
No obstante, aclaró que esto también afecta a los adultos, ya que se está perdiendo la destreza de socializar, de comunicarnos, los modales simples de antes y nos estamos aislando socialmente, situación que también afecta a los niños, aunque enfatizó que un niño retraído no necesariamente es autista.
En este sentido, la doctora indica que los niños tienen la destreza de comprender lo que decimos los adultos, “cuando ellos escuchan, captan y si nadie les aclara el asunto, ellos van creando su propia historia y lo hacen desde el punto de vista trágico y triste”.
Por ello, destaca que algunas manifestaciones de los niños tiene que ver con el factor socioemocional, “porque los niños a veces escuchan hablar a mamá o a papá sobre problemas como el pago de la energía y que van a cenar esa noche, así que si para un adulto se dificulta concentrarse teniendo una preocupación, también pasa lo mismo con los niños”.
Importancia del diagnóstico oportuno
Adicionalmente, destacó la importancia de realizar el diagnóstico oportuno en caso de que el niño tenga autismo o cualquier otra condición, ya que ningún tratamiento es efectivo o provechoso cuando alguien no lo necesita, por el contrario, se genera un efecto en cadena provocando en el menor un efecto de invalidación, sin atender lo que realmente necesita.
La especialista indicó que diagnosticar a un niño autista requiere de unos instrumentos específicos y validados para esos fines, por esa razón, no se debe creer que el comportamiento de los menores “así que tenemos que empezar por ahí, y segundo las personas generalizan, y todos deben comprender que los profesionales de la salud mental buscamos y evaluamos los criterios para confirmar o descartar el diagnóstico”, explicó.
El riesgo de que un niño sea diagnosticado como autista o cualquier otro problema de salud mental y sea incorrecto, es que “partimos de la premisa de que este menor de edad tiene algunas limitaciones que no son del todo ciertas. Una cosa es el tabú, y otra cosa es creer que no son capaces y se inician con tratamientos que no solo afectan al niño, sino a su familia, cuando esto no es lo correcto. Es como decirle a alguien, déjame darte comida cuando tú no tienes hambre”.
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Yolimarian Torres
