La eficacia de los probióticos en los bebés es variada y diversa. Donde hay estudios más avanzados es en la afección de la diarrea.
Seguro que te has preguntado qué son los probióticos y cuáles son sus beneficios en los bebés. Habrás escuchado opiniones al respecto en varias ocasiones y sobre todo en los últimos años. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la FAO, recuerda que el término significa “a favor de la vida” y actualmente se utiliza para designar las bacterias o microorganismos que tienen efectos beneficiosos para los seres humanos y los animales, suministrados en la cantidad adecuada (según la Organización Mundial para la Salud).
Los recién nacidos no tienen ninguna de estas bacterias en el intestino. Por este motivo son más propensos a padecer trastornos gastrointestinales. Posteriormente, aparecen cambios en la microbiota por influencia de los factores ambientales, edad, sexo y la maduración inmune, volviéndose más estable al cumplir los dos años.
Por eso la función intestinal a veces les produce trastornos que, según los últimos estudios clínicos, pueden disminuir con los probióticos. Algo que no hay que confundir con el cólico del lactante.
Los probióticos y sus beneficios en los bebés
La eficacia de los probióticos en los bebés es variada y diversa. Donde hay estudios más avanzados es en la afección de la diarrea. Sin embargo, los complementos alimenticios con bacterias buenas no solo sirven para tratar la descomposición. Hay más casos analizados y demostrados clínicamente.
Diarrea infecciosa aguda
Varios análisis confirman que los probióticos disminuyen la duración y la severidad de la diarrea infecciosa aguda. Por tanto son eficaces, sobre todo con la gastroenteritis viral, más que con la bacteriana. Los probióticos asimismo son eficaces cuando se administran precozmente en el curso de la diarrea.
Enfermedad atópica
Algunos expertos defienden la administración de probióticos a lactantes con riesgo de enfermedades atópicas, especialmente a los alimentados con leches de fórmula. Esto se debe a que los niños atópicos tienen una microbiota intestinal diferente de la de otros niños.
Diarrea asociada a antibióticos
La alteración de la microflora autóctona causada por los antibióticos da lugar a un aumento anormal de su número y, posteriormente, a síntomas relacionados con la producción de toxinas. Normalmente la ingesta del antibiótico tiene el efecto secundario de que acaba con las bacterias buenas del intestino. Lo que conlleva una defensa inferior y, por lo tanto, una disfunción intestinal que deriva en diarreas.
Por consiguiente, la razón en que se basa el empleo de probióticos es que, en esos pacientes, es necesaria la administración de microorganismos comensales exógenos (es decir, probióticos) para restablecer la microflora hasta un nivel más próximo al de la flora normal, antes de la terapia con antibióticos.
Alimentación infantil y probióticos
La leche materna promueve la formación de la flora intestinal en el lactante. En el caso de las leches o fórmulas infantiles artificiales deben incluir los probióticos, para conseguir el beneficio de la leche materna, más allá de los primeros meses de vida.
Y estas bacterias buenas son necesarias porque los beneficios de los probióticos en la alimentación infantil, como la leche, son:
Fuente consultada: AraliaPharma