Mononucleosis o la enfermedad del beso en los niños

Esta enfermedad al inicio es similar a la amigdalitis aguda, pero al ser viral no mejora con antibióticos.

Valentina Diaz Ospina

    Mononucleosis o la enfermedad del beso en los niños

    La mononucleosis infecciosa es una enfermedad provocada por un virus de la familia de los herpes. También conocida como la enfermedad del beso y suele producirse en el cuello.

    Es una enfermedad viral muy frecuente en la infancia y adolescencia.

    Esta patología está provocada por el virus Epstein-Barr (VEB) en más del 80% de los casos, aunque también puede estar causada por otros virus como el citomegalovirus o un toxoplasma. Sin embargo, el nombre del virus es irrelevante porque el tratamiento es el mismo.

    Esta enfermedad al inicio es similar a la amigdalitis aguda pero, al ser viral no mejora con antibióticos. Además, tiene una peculiaridad y es que al darles amoxicilina pensando que es una infección bacteriana, al 80% de los pacientes les produce manchas rojas en la piel.

    Síntomas

    • fiebre alta
    • Dolor en la garganta
    • Aparición de ganglios en el cuello
    •  Manchas en el cuerpo

    Tratamiento

    El tratamiento es sintomático, es decir, se trata por los síntomas. Si tiene fiebre y malestar puede utilizar el paracetamol o acetaminofén, además de mucho líquido.

    El niño debe descansar porque es muy habitual el agotamiento y también es frecuente la falta de apetito.

    Tampoco debe practicar deporte hasta que el hígado y sobre todo el bazo vuelva a su tamaño habitual. El bazo es un órgano que está muy superficial, no tiene a las costillas para protegerle como el caso del hígado. Por lo que, al estar inflamado, un golpe fuerte en el lado izquierdo del abdomen, le podría traer una complicación seria.

    Cómo tratar al niño

    La mononucleosis es una enfermedad que desaparece sola. No existe un remedio milagroso para combatir al virus, pero sí puedes aplicar consejos que han demostrado ser muy eficaces para mitigar su acción y hacer más llevadero el trastorno.

    • No des al niño alimentos sólidos ni calientes: le costará mucho ingerirlos. Y tampoco cítricos ni salsa de tomate, por lo irritantes que resultan.
    • Apuesta en cambio por los lácteos, yogures, cremas y purés tibios. No le fuerces a comer si no le apetece hacerlo.
    • Hidrátalo con frecuencia. Los líquidos ayudan a hidratar los tejidos de la garganta y mantenerla humedecida, aliviando su malestar. Además, las gárgaras de agua tibia con sal le aliviarán esta zona.
    • Logra que haga mucho reposo, ya que el descanso es muy recomendable, sobre todo durante los primeros días. Y recuerda también mantenerlo alejado de lugares con humo.
    • No le dejes realizar juegos bruscos o actividades físicas excesivas, ya que el bazo se inflama por culpa de este virus y cualquier traumatismo puede hacer que se fracture (tampoco le permitas saltar en el sofá).
    • Evita que comparta vasos, botellas, chupetes o cualquier objeto que pueda contener saliva (el virus puede sobrevivir varias horas fuera del cuerpo).
    • Prescinde (por unos días) de dar besos en la boca a tu hijo.

    Posibles complicaciones

    Por último, aunque no es una enfermedad grave, sí puede derivar en alguna complicación. La más habitual es la hepatitis (benigna, que normalmente no requiere tratamiento). Menos comunes, pero más peligrosas, son la ya comentada obstrucción de las vías aéreas (4%) y la rotura del bazo (un 0,5% de los afectados).

    Son, afortunadamente, casos aislados. Lo importante es valorar el estado general del niño. Si está con buen ánimo, no hay que preocuparse. Basta con que lo controle un especialista. Y que un simple virus no te quite la ilusión de besar a tu hijo cuando lo desees.

    ¿Es contagioso?

    Sí. Se contagia a través de las gotitas de saliva. La mayoría de los adultos han pasado por ella. Los niños pequeños al compartir juguetes, cubiertos, vasos y besos se contagian fácilmente. Entre los niños más pequeños esta enfermedad incluso puede pasar desapercibida porque tienen pocos síntomas.

    Como medida general para evitar la mayoría de las enfermedades infecciosas, lávate y lávale las manos con frecuencia. También tiene riesgo de complicación pero es muy bajo.

    Fuente: crecerfeliz.es y luciamipediatra.com

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