Un implante permite volver a andar a una mujer con una enfermedad neurodegenerativa

La paciente, quien había permanecido 18 meses postrada en la cama, ha logrado levantarse y caminar.

Sergio Nicolás Ortiz Cortés Sergio Nicolás Ortiz Cortés
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Un implante permite volver a andar a una mujer con una enfermedad neurodegenerativa

Una paciente que ha permanecido en la cama durante año y medio por una enfermedad neurodegenerativa debilitante ha sido capaz de levantarse y volver a andar, tras serle implantado un dispositivo de estimulación electrónica en su médula espinal.

El sistema, desarrollado por neurocientíficos suizos, ha logrado reactivar las neuronas que regulan la presión arterial, evitando así que la paciente pierda el conocimiento cada vez que esté en posición vertical, según los autores del estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine.

El equipo del centro NeuroRestore ha sido dirigido por Jocelyne Bloch, neurocirujana del Hospital Universitario de Lausana y por tres pacientes con parálisis habían vuelto a caminar con implantes eléctricos en la médula espinal.

El dispositivo ya se había utilizado para tratar la presión sanguínea baja en pacientes tetrapléjicos, pero es la primera vez que se aplica en una persona con atrofia multisistémica de tipo parkinsoniano (MSA-P), una enfermedad neurodegenerativa que afecta a varias partes del sistema nervioso, incluyendo el sistema nervioso simpático.

Tras la intervención para colocarle el implante, la paciente puede ahora caminar hasta 250 metros.

La AMS-P provoca la pérdida de las neuronas simpáticas que regulan la presión arterial, que tiende por tanto a descender drásticamente en cuanto los pacientes están en posición vertical —un problema conocido como hipotensión ortostática—, que provoca en algunos casos desmayos.

Esto les hace más propensos a caerse, limita su capacidad para estar de pie y caminar, y puede llegar a acortar la esperanza de vida. Igualmente, la calidad de vida de los pacientes se reduce considerablemente, ya que deben permanecer en posición reclinada para no desmayarse.

Impulsos eléctricos en la médula

El dispositivo consiste en electrodos conectados a un generador de impulsos eléctricos que se utiliza habitualmente para tratar el dolor crónico.

Tras implantarlo directamente en la médula espinal de la paciente, los científicos constataron una mejora en la capacidad del organismo para regular la presión arterial, lo que le permitió permanecer consciente durante más tiempo en posición vertical y comenzar la fisioterapia para volver a caminar.


Antes de recibir el implante, la paciente "se desmayaba todos los días muchas veces, por ejemplo, cada vez que iba al baño. Resultó sorprendente ver que podía mantenerse en posición vertical sin sufrir un desmayo inmediatamente, y cómo caminaba después de la intervención”, comenta la neurocirujana.

Para Bloch, este trabajo abre el camino a importantes avances clínicos en el tratamiento de enfermedades degenerativas.

“Ya hemos visto cómo este tipo de terapia puede aplicarse a pacientes con una lesión medular. Pero ahora podemos explorar las aplicaciones en el tratamiento de las deficiencias derivadas de la neurodegeneración. Es la primera vez que conseguimos mejorar la regulación de la presión sanguínea en personas que padecen MSA”, destaca.

Presión sanguínea mejor reguladaSegún explica Jocelyne Bloch a SINC, la terapia ha permitido a esta paciente dejar de tomar su medicación para la presión arterial. “Con la estimulación electrónica, no todo es perfecto, pero la presión está mucho mejor regulada. Ella vive ahora en su casa, ayudada por su marido y personal de enfermería”.

Por su parte, Courtine señala que esta tecnología estaba inicialmente pensada para el alivio del dolor, no para este tipo de aplicaciones. “Junto a nuestra empresa Onward Medical planeamos desarrollar un sistema dirigido específicamente a la hipotensión ortostática que pueda ayudar a las personas de todo el mundo afectadas por este trastorno”.

Los autores consideran que es importante sopesar los riesgos de la cirugía frente a los beneficios esperados a largo plazo. El equipo tiene previsto probar su método en más pacientes y realizar ensayos clínicos más amplios. 

Fuente consultada aquí.

Comunicador Social y Periodista egresado de la Universidad Sergio Arboleda en Bogotá. Periodista y Redactor en la Revista de Medicina y Salud Pública.

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