La artista de origen canadiense confesó en sus redes sociales que padece una rara condición que le provoca espasmos y le impide cantar.
Recientemente, la cantante Céline Dion anunció a través de sus redes sociales que cancelaba su gira por Europa en el año 2023 por motivos de salud. La artista padece el síndrome de persona rígida, una rara enfermedad que afecta al sistema nervioso central, causando rigidez muscular progresiva y espasmos.
Los síntomas que Céline Dion ha experimentado son espasmos musculares, sin embargo, se han exacerbado con el tiempo. “Los espasmos afectan todos los aspectos de mi vida, a veces me dificultan hasta caminar y tampoco me permiten usar las cuerdas vocales como lo hacía antes”, afirmó.
De acuerdo con la literatura médica, las manifestaciones clínicas del síndrome de persona rígida son similares en todos los tipos. La rigidez muscular y los espasmos progresan en el tronco y el abdomen y, en menor grado, en piernas y brazos.
Además de eso, se considera una enfermedad rara, ya que afecta a 1 persona por cada millón y es más frecuente en mujeres que en hombres.
Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos explican que la enfermedad puede tener un origen autoinmune, es decir, el que propio sistema inmune de la persona ataca, en este caso, al cerebro y la médula espinal. También se asocia a otras enfermedades de este tipo como la diabetes y el vitíligo.
En la población que padece el síndrome de persona rígida, los síntomas suelen aparece entre los 30 y los 60 años de edad: en este sentido, la cantante cuenta 54 años, aunque los espasmos llevan presentes algún tiempo.
Como consecuencia de los espasmos y de la rigidez, los pacientes de este síndrome pueden sufrir caídas cuando caminan o se ponen de pie. Además, también se han observado en ellos posturas anormales como encorvarse sobre ellos mismos e, incluso, parálisis cerebral y epilepsia.
Sin embargo, el pronóstico de esta enfermedad es relativo, ya que depende del caso, puede progresar y expandirse a otros músculos o no. Por otro lado, para contrarrestar sus efectos, el tratamiento para esta enfermedad consiste principalmente en terapia física y el uso de fármacos.
Los fármacos utilizados en esta condición se individualizan en cada paciente, de acuerdo a los síntomas que presente. Algunos de ellos son: benzodiacepinas, diazepam o baclofeno.
Los NIH explican que la inmunoglobulina intravenosa o las células madre autólogas son algunos de los tratamientos más investigados en la actualidad para esta enfermedad y podrían resultar efectivos.
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