Detección temprana del alzhéimer sería posible a través de una prueba de sangre

Una prueba de sangre confiable para la enfermedad de Alzheimer sería un gran impulso en la investigación de la demencia, lo que permitiría a los científicos probar tratamientos en una etapa mucho más temprana

Medicina y Salud Pública

    Detección temprana del alzhéimer sería posible a través de una prueba de sangre

    Un hito en la medicina: un examen de sangre logró diagnosticar el alzhéimer con gran precisión. Este es un hito en la comunidad médica-científica debido a que evitaría que los pacientes deban someterse a técnicas costosas y bastante invasivas.

    La investigación, publicada en la revista JAMA, determinó múltiples beneficios para los pacientes que se someten a ella: identifica síntomas temprano de la enfermedad, incluso 20 años de que aparezcan problemas graves como pérdida de memoria y demencia. 

    Uno de los aspectos más importantes de este nuevo método diagnóstico para el alzhéimer es que resultó tan precisa como una punción lumbar o una tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés), que son los mayores estándares actuales para el diagnóstico del mal de Alzheimer.

    “Esta investigación representa un paso emocionante hacia el desarrollo de una prueba de sangre que podría ayudar a identificar la enfermedad de Alzheimer al enfocarse en subtipos específicos de tau, una de las proteínas clave que se vuelve anormal como parte de los cambios del alzhéimer en el cerebro”, explicó Clive Ballard, profesor de enfermedades relacionadas con el envejecimiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, Reino Unido, y quien no participó en el estudio.

    “Una prueba de sangre confiable para la enfermedad de Alzheimer sería un gran impulso en la investigación de la demencia, lo que permitiría a los científicos probar tratamientos en una etapa mucho más temprana, algo que a su vez podría llevar a un gran avance para las personas que viven con demencia”, señaló la Dra. Rosa Sancho, directora de investigación en Alzheimer’s Research UK, quien tampoco participó en el estudio.

    Según los investigadores, este exámen de sangre para el diagnóstico del alzhéimer podría estar listo para manejo clínico en tan solo dos o tres años. Además, los científicos resaltan que este análisis de sangre también podría usarse para predecir si alguien sin síntomas desarrollaría esta condición neurodegenerativa de gran prevalencia actualmente. 

    Metodología

    Para conocer los hallazgos y efectividad de este método diagnóstico se realizó un estudio de tres partes, investigadores de los Estados Unidos y Suecia midieron una versión anormal de la proteína tau llamada p-tau217 y encontraron más cantidad de esa proteína modificada en la sangre de personas con alzhéimer que en los participantes sanos.

     “La proteína tau se modifica y se agrupa de manera anormal en los cerebros de las personas con la enfermedad de Alzheimer y con algunas demencias frontotemporales, y parte de esta proteína tau se escapa del cerebro hacia la sangre”, explicó Tara Spiers-Jones, directora adjunta del Centre for Discovery Brain Sciences en la Universidad de Edimburgo, quien no participó en el estudio.

    Los investigadores informaron que la prueba de sangre puede distinguir el alzhéimer de otros tipos de demencia y del Parkinson con un alto grado de precisión: del 89% al 98%.

    Además, medir los niveles de p-tau217 también permitiría detectar cambios cerebrales 20 años antes de que aparezcan los síntomas de demencia.

    “Esta prueba, una vez verificada y confirmada, abre la posibilidad de un diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer antes de la etapa de demencia, lo cual es muy importante para los ensayos clínicos que evalúan nuevas terapias que podrían detener o ralentizar el proceso de la enfermedad”, escribieron los investigadores, liderados por el Dr. Oskar Hansson de la Universidad de Lund en Suecia.

    Múltiples expertos afirmaron también que los resultados tendrían que replicarse en ensayos clínicos en más poblaciones, incluidas aquellas que reflejan una mayor diversidad racial y étnica. La prueba también necesitará ser refinada y estandarizada para que los resultados puedan analizarse consistentemente en los laboratorios, y necesitará la aprobación de los reguladores federales.

    Según un artículo publicado en CNN, la formación de proteínas cerebrales, la amiloide y la tau, en grupos de placas amiloides y de nudos de tau son características físicas definidas del alzhéimer. Sin embargo, son difíciles de detectar sin las costosas tomografías PET o las punciones lumbares invasivas. Además, ninguno de los dos procedimientos está cubierto de forma rutinaria por los seguros.

    “Estos estudios (y otros) revelan que la presencia de tau en la sangre es un indicador de patología amiloide. Es muy interesante y nada de lo que se habría pronosticado hace 5 años”, afirmó John Hardy, presidente de Biología Molecular de Enfermedades Neurológicas en el University College de Londres.

    Prueba disponible dentro de poco

    Los resultados antes descritos quieren decir que dentro de no muchos años los proveedores de atención médica podrán hacer pruebas diagnósticas del alzhéimer a los pacientes y así prescribir un tratamiento en estadíos tempranos.

    “Es muy emocionante, porque todos sabemos que las pruebas de sangre son realmente importantes y necesarias como primer paso en la clínica, en el consultorio de tu médico general”, dijo Maria Carrillo, directora médica de la Asociación de Alzheimer.

    Los investigadores recalcan que aunque esta investigación parece extremadamente prometedora, aún se necesita una validación adicional en personas de entornos clínicos más rutinarios, y se requerirá mucho trabajo para lograr la estandarización de la prueba en todos los laboratorios.

    “Por lo tanto, podrían pasar al menos cinco años antes de que veamos una prueba precisa de bioindicadores de sangre para detectar demencia en el consultorio”, concluyó Clive Ballard, profesor de enfermedades relacionadas con el envejecimiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, Reino Unido, y quien no participó en el estudio.

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