Un grupo investigador ha diseñado milirobots capaces de llevar fármacos o pequeñas cámaras a lugares específicos del organismo, captar imágenes e incluso llegar a realizar pequeñas operaciones.
Los robots de origami inalámbricos a escala milimétrica se han explorado recientemente con un gran potencial para aplicaciones biomédicas. Según el estudio, los dispositivos de origami de escala milimétrica existentes generalmente requieren componentes geométricos separados para la locomoción y las funciones, y ninguno de ellos puede lograr la locomoción tanto en el suelo como en el agua.
Sin embargo, investigadores de la Universidad Stanford han desarrollado un milirobot de origami anfibio accionado magnéticamente que integra capacidades de locomoción multimodal habilitada para girar, entregar medicamentos líquidos y transportar carga con operación inalámbrica.
Además, estos milirobots pueden servir potencialmente como dispositivos mínimamente invasivos para diagnósticos y tratamientos biomédicos.
Por lo tanto, investigadores sugieren que los pacientes puedan, en vez de tomar un comprimido ordinario, ingerir un robot en miniatura, capaz de transportar un principio activo a un lugar determinado del organismo. Así, los fármacos podrían dosificarse de manera individual y usarse con fines específicos.
Cabe mencionar que estos robots también podrían llevar cámaras diminutas para captar imágenes del interior del estómago o el intestino y quizá incluso llegar a realizar pequeñas operaciones.
El dispositivo es capaz de desplazarse en medios secos y líquidos, mide cinco milímetros de altura, es cilíndrico y plegable. También, puede rodar, inclinarse, nadar e incluso liberar líquidos de forma controlada con ayuda de un mecanismo especial de bombeo. El equipo interdisciplinar ha descrito el dispositivo en Nature Communications.
«En biomedicina, contar con un minirrobot controlado a distancia capaz de desplazarse en el suelo y en el agua podría resultar muy útil, sobre todo en entornos como el sistema urinario y el tubo gastrointestinal», exponen los investigadores.
El diminuto robot puede dirigirse por control remoto desde el exterior. Para ello dispone de una delgada placa magnética, unida a uno de los extremos hexagonales del cuerpo cilíndrico. Con ayuda de un campo magnético externo, el robot puede rodar hacia delante y hacia atrás, inclinarse, voltearse y rotar de forma controlada. El bombeo se lleva a cabo a través de una segunda placa situada en el otro extremo del cilindro e imantada en una dirección distinta, y este diseño permite mantener separadas la fuente de energía y el sistema de control del robot, lo que hace posible el funcionamiento de estas máquinas en miniatura.
Al respecto, los autores del estudio señalaron que, “los dispositivos a escala milimétrica suelen requerir componentes independientes para su desplazamiento y sus funciones, lo que aumenta la complejidad de los sistemas robóticos y de sus operaciones”.
Ninguno de los robots actuales puede moverse tanto en el suelo como en el agua, lo que dificulta su uso en medios complejos y desestructurados como los habituales en entornos biomédicos.
El equipo ha comprobado que el concepto funciona en el tubo gastrointestinalde un cerdo muerto: dejaron que un robot lleno de líquido recorriera un camino bien definido y administrara el fármaco en su destino. “Prevemos que estos "minirrobots origami" anfibios, magnéticos y multifuncionales permitirán realizar una gran variedad de intervenciones mínimamente invasivas con fines diagnósticos y de tratamiento biomédico”, destacaron los científicos.
Los robots podrían aplicarse a numerosas partes del organismo y presentarían menos efectos secundarios que los métodos habituales.
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