El virus de inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis C se revirtió en algunos pacientes tras recibir tratamiento con Interferón.
La infección por el virus de la hepatitis C es una de las principales causas de enfermedad hepática crónica en todo el mundo, pero recientemente investigadores en España descubrieron que pacientes coinfectados por el virus de inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis C que se curaron de esta última tras lograr respuesta virológica sostenida.
Es decir, de acuerdo a la investigación la carga viral indetectable seis meses después de finalizar el tratamiento con peg-interferón-a/ribavirina, mostró cambios en la expresión génica en células mononucleares de sangre periférica asociados a riesgo elevado de enfermedad del hígado graso no alcohólico y el carcinoma hepatocelular.
Durante meses los interferones han protagonizado las publicaciones científicas por ser uno de los tratamientos utilizados para casos graves de COVID-19, pero este tipo de proteínas de señalización similares a las hormonas, esenciales en la defensa contra las infecciones víricas, ha sido utilizado durante más de 40 años para tratar otras enfermedades.
De hecho, hasta el año 2015 el tratamiento con interferón se utilizó como única terapia para el virus de la hepatitis C y se dejó de usar por sus efectos secundarios. Actualmente se emplean antivirales de acción directa que bloquean la replicación del virus. El interferón es una potente citocina descubierta en 1957 que actúa como antiproliferativa e inmunomoduladora y que supuso una revolución en la terapia ante la falta de otras alternativas. Actualmente también se utiliza en tratamientos de algunos tipos de cáncer y en la esclerosis múltiple.
Ciclo del hígado infectado por hepatitis C.
Resultados encontrados
El tratamiento con esta citocina funcionó contra la hepatitis C, ya que no solo reducía la mortalidad, sino que también mejoraba la enfermedad hepática, disminuyendo el desarrollo de cirrosis, la descompensación hepática, el cáncer de hígado o el trasplante hepático. Pero no siempre era efectiva, ya que en algunos pacientes sometidos a este tratamiento no conseguía detener la enfermedad del hígado y en otros se observaba evolución clínica negativa.
Por ello, el Dr. Isidoro Martínez, el Dr. Salvador Resino y su equipo de investigación quisieron hacer un estudio prospectivo para investigar qué pasaba con el sistema inmunológico después de curarse la hepatitis C con terapia peg-inteferón-a/ribavirina.
La hipótesis inicial de estos científicos del Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) era comprobar el impacto del tratamiento con interferón en los pacientes con virus de la hepatitis C.
Para los investigadores la sorpresa fue ver que había parámetros que mejoraban como algunos marcadores de respuesta inmune, de inflamación y de progresión de enfermedad hepática, pero otros no, también relacionados con la inflamación y el desarrollo de enfermedades hepáticas, incluido el carcinoma hepático y la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
Además, otras empeoraban, como el aumento de colesterol en plasma y de marcadores de riesgo cardiovascular. "No lo esperábamos", explicaron a Univadis España los investigadores Isidoro Martínez y Salvador Resino, líderes del estudio HCV eradication with IFN-based therapy does not completely restore gene expression in PBMCs from HIV/HCV-coinfected patients, publicado en Journal of Biomedical Science.