La medicina es un pilar fundamental al momento de responder a los estragos causados por los desastres naturales, pero ¿qué puede hacer la población ante la llegada de un huracán?
Los desastres naturales dejan como consecuencias miles de muertos, heridos e incluso desplazados. Muchas de las personas heridas llegan a quedar incluso discapacitadas de por vida, sobre todo cuando los desastres son de impacto súbito, como el caso de los terremotos.
En cuanto a las instituciones de salud, estas pueden quedar destruidas afectando el desarrollo sanitario por años.
En el caso específico de la tormenta tropical Fiona, se estima que podría tener un impacto fuerte, en tanto que se presenten inundaciones repentinas y deslizamientos de tierras. Pero, la principal manifestación será la lluvia torrencial, desde las Islas de Sotavento hasta Puerto Rico. El centro de huracanes ha señalado que: “Es posible que se produzcan impactos de inundaciones considerables en las partes orientales de Puerto Rico”.
Por ello, se suele hacer referencia al área de preparación para desastres y emergencias en la salud, aludiendo al conocimiento y la capacidad para anticipar, responder y recuperarse de cualquier posible evento natural.
Las acciones que se tomen se basan en un análisis de los riesgos, aunado a la coordinación con sistemas de alerta temprana para contemplar planes de contingencia, equipamiento, provisiones, establecimientos, entre otros.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, entre 1970 y 2018, la región de las Américas experimentó más de 4.500 desastres que acabaron con la vida de 569.184 personas y dejaron más de tres millones de heridos.
Las pérdidas económicas son multimillonarias, además de los costes emocionales para las víctimas, por lo que es necesario que los países cuentan con una buena preparación y respuesta a las emergencias en salud.
Son relevantes los equipos médicos conformados por profesionales de la salud, como médicos, enfermeros, fisioterapeutas, paramédicos y otros que proveen apoyo y asistencia a las poblaciones afectadas.
¿Cómo se está preparando Puerto Rico para el paso de Fiona?
El último boletín realizado por el HCPR, emitió un aviso de huracán para la Isla. La tormenta tropical Fiona se encuentra en la latitud 16.3°N, Longitud 63.5°O, se mueve hacia el oeste a razón de 8mph, tiene una presión de 1004mb y vientos de 60mph.
En este nuevo boletín ahora se espera que Fiona toque tierra al suroeste de Puerto Rico como un huracán categoría 1 con vientos de 75mph. Un aviso de huracán significa que condiciones de huracán son inminentes en 36 horas o menos.
Por esto, la infectóloga y epidemióloga Ángeles Rodríguez, les da estas recomendaciones a los puertorriqueños:
-Si se tiene niños, se debe de acumular suficiente agua para mantenerlos limpios.
-Si existen personas en cama, es importante recoger agua en una cisterna por lo menos para abastecerse por tres días.
-Aunque el agua de Puerto Rico es potable, los eventos naturales traen turbiedad al agua y por ende pueden generar más bacterias que provoquen enfermedades gastrointestinales.
-Se recomienda tener agua embotellada por lo menos para tres días.
-Si se va a utilizar agua potable, es necesario hervirla por lo menos de 5 a 10 min. Si esta agua se requiere para bañarse, debe de agregársele 2 o 3 gotas de cloro por cada galón.
¿Qué hacer ante un huracán?
1- Conocer la zona de desalojo con antelación.
2- Preparar recipientes limpios para el agua.
3- Tener a mano medicamentos recetados o un botiquín de primeros auxilios.
4- Reunir los suministros necesarios: alimentos no perecederos, agua, mascarillas, desinfectantes para las manos.
5- Mantener equipos electrónicos cargados.
6- Asegurarse que los documentos importantes estén protegidos y los datos de identificación estén actualizados.
7- Mantenerse informado.
8- Proteger a las mascotas.
9- Investigar dónde están los refugios de emergencia.
10- Evitar el tránsito por áreas inundadas.
11- Si se va la electricidad, no cocinar con agua del grifo, a menos que se considere segura.
12- No tocar equipos eléctricos mojados, en el hogar.
13- Contar con un extintor de incendios.
14- Radio de pilas.
15- Linterna.
16- Pilas de repuesto.
17- Sacos para dormir.
18- Suministros para que el agua se pueda beber, como pastillas de yodo o cloro.
19- Usar zapatos para evitar heridas por los escombros.
20- Tener repelente de mosquitos y alcohol.
Además, se recomienda escuchar la radio para mantenerse informado, quedarse dentro de la casa y no salir hasta escuchar un mensaje oficial alertando que el huracán ha pasado, permanecer lejos de las ventanas o meterse dentro de un clóset. Por último, estar siempre preparado para marcharse.
Apnea del sueño y huracanes
Cuando pasa un huracán, es común que el cuarto se comparta al momento de dormir, sobre todo en las noches, momento en el cual alguien pudiese presentar apnea del sueño, que significa “no respirar”, es decir, queda impedido el flujo de aire al dormir.
Los síntomas más comunes incluyen un ronquido excesivo, con alto volumen y pausas entre la respiración. La apnea puede ser central u obstructiva. En el primer caso, el problema ocurre a nivel del centro respiratorio en el cerebro y suelen ser pacientes con derrames cerebrales o accidentes. Las apneas obstructivas son las más comunes, las personas dejan de respirar porque se obstruye la vía aérea.
Si no hay electricidad para las máquinas se pueden emprender estas acciones:
- Buscar máquinas de batería de larga duración.
- Conseguir una batería de litio para mantener la máquina por 7 horas.
- Si no se consigue una batería, entonces una planta eléctrica.
- No dormir boca arriba, sino de lado o boca abajo.
- Evitar ejercitarse 4-5 horas antes de ir a la cama.
- Evitar la luz de las pantallas cuando se va a dormir.
- El área de dormir debe estar oscura.
- Evitar bebidas alcohólicas.
- Evitar medicamentos para dormir o relajantes musculares.
- Bajar de peso.
- Usar melatonina puede ayudar a algunos pacientes.
Es importante mantener la calma y tan pronto sea posible, llamar al médico.