El doctor Manuel Velilla: protagonista entre el Salón de la Fama del Deporte y el quirófano.
Yizeth Arellano
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
El Dr. Manuel Velilla, es un puertorriqueño que ha sido protagonista de la historia de este país en tres oportunidades y desde distintas perspectivas. El Dr. Velilla asistió el parto de uno de los bebés más grandes nacidos en Puerto Rico que pesó más de 13 libras. Como deportista y doctor fue reconocido en el Salón de la Fama deportivo como jugador de voleibol y doctor de la selección nacional de esa disciplina. Recientemente, como fiel creyente de la medicina y los avances científicos, se convirtió en el primer hombre y médico en recibir la vacuna contra el COVID-19 en la isla.
El Dr. Velilla suma más de 40 años de servicio al cuidado de pacientes desde tres especialidades: medicina deportiva, ginecología y obstetricia. “Acuérdate, tu te gradúas de médico, haces 4 años de especialidad, yo hice 2 de medicina deportiva, más 4 años de ginecología después, más llevo 34 años en el presbiteriano ya como ginecólogo” relató el doctor quien explicó que 38 años de su profesión los ha ejercido en la isla.
Desde temprana edad, el doctor Velilla se interesó por la medicina y luego de que una de sus tías tuviera un laboratorio y le permitiera visitarlo algunas veces, se comenzó a interesar por la ciencia, y todo lo que se relacionaba a la medicina.
“Desde niño me gustaba la medicina, yo me crié en un campo, allá Toa Alta y siempre me gustó mucho la medicina. Yo tenía una tía que tenía un laboratorio y a veces me daba una vuelta para verlo. Parece que uno nace con eso ``, narró el Dr. Velilla
Paralelamente, fue un deportista destacado en Voleibol, conocido como Manuel “Nolito” Velilla, representó a Puerto Rico en la Liga Nacional en competencias en: Venezuela, Aruba, Estados Unidos, Cuba, México, en el mundial celebrado en Sofía, Bulgaria, los Centroamericanos en Panamá y Centroamericanos de Cali, Colombia.
El extranjero no solo fue un lugar propicio para demostrar su talento deportivo, sino que le dio la oportunidad de prepararse como doctor.
“Yo hice medicina en Guadalajara, México. Cuando terminé fui a Houston, hice una especialidad en medicina deportiva y luego vine a Puerto Rico. Pero, en el trabajo de medicina deportiva nadie pagaba, todas las federaciones querian todo gratis, especialmente para la de voleibol que era para la que yo trabaje más. Entonces solicité para ginecología en Centro Médico, en el Hospital Municipal y estudié ginecología los cuatro años ahí.” detalló el doctor.
Cambió el patrón familiar, y a pesar de que divago en algún momento sobre la elección de la carrera que quería a futuro, su vocación por la medicina fue mayor y decidió ir por lo que quería. “Bueno en mi familia hay muchos abogados, en algún momento pensé estudiar leyes. Pero, solo lo pensé. Después se me quito rápido.” indicó entre risas el doctor Velilla.
Luego de ver que la medicina deportiva no era lo que pensaba en la isla, decidió redireccionar el ejercicio de su profesión a la ginecología y obstetricia que tanto le apasiona. “Lo primero que me gustó es que casi todo lo que uno traía era alegría, la mayoría el 99.9% de los niños que nacen, nacen sanos y cada vez que tu entregas un niño pues tu entregas alegría a la familia y puedes ayudar a mucha gente. Tu haces muchos partos, haces sobre 8.000 o 10.000 partos en la vida tuya como obstetra y uno comparte un montón de alegría, conoce a muchas familias de toda la isla, gente que todavía me encuentro con muchachos de esos que tienen 34 años y te dicen usted me trajo al mundo” explicó el doctor.
Es disciplinado, exigente y le gusta la versatilidad de su especialización. El doctor Velilla explicó que los años y la experiencia le regalaron la satisfacción de ver como ha avanzado la tecnología y con ello la capacidad de ofrecer la mejor atención a sus pacientes. “Por la parte de ginecología tú haces muchas cosas, tú operas, también haces medicina interna porque estás viendo pacientes embarazadas que son diabéticas, hipertensas y otras condiciones de medicina interna. Trabajas con algo de pediatría por los bebés también. Estás cuidando dos personas a la misma vez: a la madre y al bebé.
Hoy en día con todas las cosas que se ven para detectar un problema en un bebe, pues es mucho más fácil. Cuando yo empecé los partos a veces no se sabía ni lo que era, a veces venían gemelos y tu no lo sabías a menos que te hicieran una placa u otra cosa. Hoy en día ya a las 10 semanas tu sabes todo, si tienes problemas congénitos. La mayoría de los programas lo puede detectar” acotó.
El doctor Manuel Velilla, narró los retos que ha tenido que enfrentar a lo largo de su labor como profesional de la salud. De manera humana, reconoce que es una carrera caracterizada por la entrega, el compromiso y el sacrificio en algunas oportunidades.
“Es la parte más difícil. Es un compromiso que uno hace, pero es bien sacrificado, no solamente para uno sino para la familia. Muchas veces uno se pierde fiestas, reuniones con la familia, con los hijos, porque te llaman a cualquier hora. Ahí no hay horario. Tu no puedes disponer de un tiempo, pero esa es la parte más sacrificada. Lo demás uno puede bregar con ello” explicó el doctor.
La obstetricia como especialidad, si bien es cierto que le regala la satisfacción y alegría de recibir niños que llegan al mundo, también genera estrés por la responsabilidad que implica esta labor. “La responsabilidad es un estrés bien grande. Porque tu tienes que traer una persona al mundo que sea completamente saludable, más proteger a la madre a la misma vez, y a veces las cosas se complican por más sencillas que sean. Muchas veces lo que tu esperas que se vaya a complicar no se complica y la que tu crees que es un parto completamente normal empieza a complicarse. Son cosas impredecibles por más que tu los cuides. ”
Su labor lo ha convertido indirectamente en una personalidad. Y el doctor reconoce con agrado, que los saludos llenos de cariño, agradecimiento y buenos deseos se multiplican cada vez que sale y por casualidad tiene la dicha de encontrar alguno de los niños que ha recibido al nacer y a sus familias “A veces voy a Plaza a comprar algo y me encuentro con familias que me reconocen y que no he visto en 8 o 10 años. He tenido partos de tres generaciones, de la abuelita, la madre y está la hija pariendo. Osea que ya van 4 generaciones, la nena que nació, la madre que yo traje al mundo, la mamá que yo atendí y la abuelita que vino a ver el parto. Esa parte es muy bonita y le da a uno mucha satisfacción.”
Para mantener el equilibrio, y recargar lo positivo de sí mismo, acostumbra hacer actividades al aire libre que además incluyan un tiempo en familia y rodeado de sus afectos. “A mi me gustaba mucho bucear y me entretenía. Yo no me sobrecargaba de partos, yo elegía un número razonable de partos para yo hacer mis cosas con la familia, y eso me ayudó mucho, porque la obstetricia especialmente tiene una cosa bien estresante, es una responsabilidad tan grande que no puedes descuidarte. Yo siempre tenía un espacio para ir a la playa, jugar voleibol y entretenerme un montón”
El buen humor es una de las características que describen al Dr. Velilla, y encuentra gran parte de su razón en la felicidad que le transmiten sus pacientes al recibir una nueva vida. “Todos los partos son emocionantes porque son diferentes. Yo por ejemplo tuve un parto de una paciente que el bebe pesó 13 libras y media en el Centro Médico cuando era estudiante que salió el bebe más grande del año. También tuve en privado un parto de trillizos, que fue muy emocionante. Y esos bebés gracias a Dios están de lo más bien y ya son hombres los tres. Es que son tantos partos y todos son diferentes, y hay una cosa emotiva, porque recuerda que cada bebé es una cosa importante para esa familia y ellos celebran eso como si no hubiese otro bebe en el mundo y le transmiten a uno esa alegría”
El Doctor Velilla narró que la sociedad puertorriqueña y la cantidad de nacimientos, al igual que la edad de los padres primerizos ha variado considerablemente. Sin embargo, entiende que los primeros años de su formación fueron necesarios e indispensables para lograr cada paso de su carrera. “Antes tu entrabas a las 7:30 de la mañana y salías al otro día y estabas de guardia hasta las 3:00 de la tarde si habías terminado todo tu trabajo, corrido, sin dormir y sin nada. Sin descanso. y también era un momento cuando se hacían 500 partos al mes o más en el Centro Médico. Hoy en día no se hace tanto parto, especialmente los muchachos jóvenes hoy en día no quieren tener mucha responsabilidad todavía. Primero, esperan que pase más tiempo. Antes los muchachos o jóvenes de 19 o 20 años era mucho parto de muchachitas jovencitas y de 15, 16, 18 adolescentes que son alto riesgo todos. Hoy en día hay menos partos, antes era como 3 o 4 veces más que ahora. Era bien fuerte cuando estabas haciendo la especialidad, de verdad era un abuso.”
El doctor indicó que desde su perspectiva, para la medicina se nace. Es un valor natural, y aunque parezca difícil destacarse en otras disciplinas u oficios, es posible con enfoque y determinación” “Me escogieron en el Salón de la Fama del deporte puertorriquenño por el voleibol y ellos me hicieron también un reconocimiento por eso. y como médico también. Pero, no es fácil estudiar medicina y a la vez ser reconocido de las pocas personas que están en el salón de la Fama del deporte puertorriqueño.” contó de manera espontánea.
Tiene a Dios presente en su vida, en cada paso que da y cada logro obtenido. Entiende que ha podido cosechar éxitos durante años al servicio de una profesión que no siempre es color de rosas. “Yo nunca he tenido gracias a Dios en mi labor ningún problema. Sino por el contrario he ayudado a muchos hospitales. Ya yo no hago partos, pero yo estoy activo y opero casi todos los miércoles en el hospital ginecologia. Tengo sala todos los miércoles y eso es un privilegio porque las otras personas tienen que toparse para poder conseguir la sala, el primero que ponga una paciente para operar a ese le dan la sala. Pero, yo ya la tengo fija, como la tienen otros médicos más.”
Antes de concluir el Dr. Velilla compartió con los doctores en formación una breve recomendación para que sus años al servicio de la salud sean mejores de lo que lo imaginan. “Primero Deben ser siempre bien humanos, ser humildes, y trabajar duro por lo que quieren. Piensen que si pueden lograr lo que quieran. El dinero no es tan importante, es más importante tener una satisfacción y el equilibrio de que puede desarrollarse como persona y junto a su familia. De qué vale tener una familia o hijos y nunca poder verlo. La generación de hoy en día es muy luchadora, pero en lo que están haciendo deben tener un buen balance de disfrutar el trabajo y también otras cosas de la vida.” finalizó.