Cada día las mujeres se abren más paso en el campo de la cardiología, un área médica en la cual solía predominar el hombre.
La presidenta de la sociedad puertorriqueña de cardiología, doctora María Ramos, y primera mujer que preside esta prestigiosa institución, la cardióloga Karen Rodríguez, presidenta del comité científico del American College of Cardiology y la prestigiosa doctora Ana Finch, cardióloga pediatra, son una muestra de que cada día las mujeres se abren más espacio dentro del campo médico científico, sobre todo en el área de la cardiología, un campo que hasta ahora había sido dominado por los hombres.
Cabe destacar que el año pasado las enfermedades cardíacas fueron la razón principal de las causas de muerte en Puerto Rico, con un 16, 5 % de decesos reportados, por lo que este tema continúa siendo importante, sobre todo en lo que respecta a la salud de la mujer.
Aún con la pandemia, la COVID-19 ha ocupado el tercer lugar en ocasionar muertes, pero la causa número uno siguen siendo las enfermedades cardiovasculares, tal como indicó la doctora Karen Rodríguez, pues, 1 de cada 3 mujeres muere de una condición cardiovascular.
En el caso de las mujeres, se ha observado que la muerte en ellas es mayor que en el caso de los hombres. Anteriormente, se creía que la mujer tenía una protección hormonal propia de su condición femenina, y que era en la etapa de la menopausia que este riesgo disminuía y aparecían las enfermedades cardiovasculares. Hoy día se sabe que esto no es justamente así.
En el grupo de mujeres que presentan preeclampsia, diabetes gestacional o alta presión durante el embarazo, se les debe observar de cerca porque pueden presentar enfermedades cardiovasculares más tarde en su vida; además de eso, otros factores que inciden son la falta de actividad física y la obesidad.
Los aspectos culturales en los eventos cardiovasculares
Al respecto, la doctora Ramos enfatiza que hay un aspecto cultural, pues las mujeres muchas veces son las que están a cargo del hogar y no quieren sentirse enfermas ni que se preocupen por ellas, por lo que pueden llegar a descuidar su salud y pasar por alto algunos síntomas como el cansancio extremo, sudoraciones, mareos, dolor en la espalda alta, en la mandíbula o en el cuello, pero como no sienten dolor de pecho, entonces el médico no busca la posibilidad de que esa mujer se pueda estar infartando.
Ramos también señala que las asociaciones deberían dar más atención a las mujeres postmenopáusicas, ya que ellas tienden a comer más, desarrollan resistencia a la insulina y tienen un potencial mayor y que, a su parecer, está en el olvido o no se le ha dado su importancia.
Por su parte, la doctora Finch, resaltó la importancia de la campaña "vístete de rojo" para concientizar sobre la importancia de los cuidados que la mujer debe asumir con respecto a su salud cardiovascular. Desde joven, a las mujeres se les debe enseñar que, para poder cuidar a su familia, ellas se deben cuidar.
A ello acota que las mujeres se dedican mayormente a cuidar de los hijos, al esposo, a ser amas de casa y son proclives a la obesidad, la cual es un riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. A medida que la mujer atraviesa cambios hormonales, hay un mayor riesgo, sobre todo cuando en la familia hay antecedentes de condiciones cardiovasculares.
De ello se deduce que, desde niña, la mujer debe recibir enseñanza sobre estos temas, especialmente porque hay una tendencia hacia la inactividad y muchas mujeres no se alimentan de forma adecuada; la alimentación chatarra que consumen muchas madres es la misma que comen sus niños, lo cual les podría generar daño a futuro.
Las mujeres tienen un gran reto porque son maestras, llevan dinero a la casa, cuidan a los niños y se sienten más agotadas, dedicando poca atención a la comida, tanto la que ellas consumen como la que dan a sus niñas.
Salud cardíaca, la pandemia y las emociones
La pandemia ha traído consigo una mayor inactividad y un difícil acceso a los centros de salud, lo cual ha provocado mayores enfermedades cardíacas y muertes, tal como lo resalta la doctora Rodríguez; pues, existe un gran número de mujeres que tienen un descontrol porque habían abandonado sus cuidados médicos y, por ende, descuidaron su salud cardiovascular.
Aunado a ello, hay un personal sanitario que se encuentra cansado, exhausto, infectado, que ha sido despedido de los hospitales, trabajando con el mínimo, como recalca la doctora Ramos, recordando las manifestaciones en los hospitales por falta de profesionales, pero recalcando que ocurre lo mismo en los centros privados en donde hay pacientes que están infectados con COVID, pero mueren de eventos cardiovasculares, de fallos renales, u otras patologías, por lo que con mucha esperanza, la doctora espera que traigan profesionales nuevamente para hacer frente a dichos retos.
En cuanto a la gestión de las emociones por parte de la mujer, la doctora Ramos también comentó que la depresión y la ansiedad son factores de riesgo en la enfermedad cardiovascular en la mujer, en cualquier etapa de su vida; estar deprimida, lleva a la persona a estar sedentaria, lo aumenta el colesterol malo y disminución del colesterol bueno, mala alimentación, y otras.
Todo esto representa un reto para la mujer porque sobre las mujeres muchas veces también recae la responsabilidad de cuidar de sus padres y ello trae consigo ansiedad y riesgos cardiovasculares.
Además, la mayor parte de las familias están conformadas por madres solteras, por eso es tan importante la formación que están brindando; pues, desde los veinte años, se deben empezar a atender ciertos factores para tener una buena salud cardíaca, cuidar la salud emocional es necesario, lo cual incluye hacer ejercicio, yoga, meditación, buscar apoyo espiritual y ver la medicina de una forma holística, agrega la doctora Ramos.
Finch, señala que el estrés hace que el corazón adopte una forma de bolsa pequeña, o enfermedad de Tako-Tsubo, en mujeres que reprimen sus emociones y su corazón se vuelve más pequeños o rígidos.
Estamos en campos virtuales, competencias, lo cual hace que los jóvenes sientan dolor en el pecho, pero esto es un reflejo del dolor a causa del estrés. Pues, no se cree que los niños o los jóvenes lo puedan padecer, pero sí, hay niños con cinco o seis años que se sienten estresados por el ambiente inseguro que están viviendo, recalcó Finch.
La doctora Rodríguez concuerda con la doctora Ramos, en el hecho de que somos un todo y debe existir un balance, por lo que el médico llega hasta un punto, pero luego le toca al paciente continuar, pues este debe introducir cambios en su vida para llegar a ese balance, dado que tener un pobre estado de ánimo predispone al paciente a tener eventos cardiovasculares.
Finalmente, el llamado es para que la mujer se empodere y comprenda que, para ayudar a otros, debe comenzar por cuidar de sí misma. Finch señala que es necesario conocer los riesgos para poder trabajarlos y no esperar a estar enfermos para visitar al médico, sino trabajar con la prevención.