Eventración, tocofobia, herida emocional y los 5 aspectos más relevantes sobre la cesárea

Es importante conocer los posibles escenarios que pueden ocurrir durante y después del procedimiento.

Estefanía Santos

    Eventración, tocofobia, herida emocional y los 5 aspectos más relevantes sobre la cesárea

    La cesárea es una intervención quirúrgica que en algunos casos se programa con anticipación debido a complicaciones en el embarazo o porque la mujer ya tuvo una cesárea previa y desea evitar un parto vaginal después de operación cesárea (PVDC). No obstante, en muchos casos la necesidad de realizar una cesárea no se presenta hasta que el trabajo de parto ya ha iniciado.

    Existen algunos elementos importantes a conocer antes de pasar por una cesaría, como son:

    La recuperación física después de una cesárea

    Según Miriam Al Adib Mendiri, ginecóloga y autora del libro Hablemos de vaginas (OBERON), la recuperación de la madre dependerá de muchos factores: si hay o no complicaciones derivadas de la cirugía, del estado de salud de base de la mujer y si existe obesidad o enfermedades debilitantes acompañantes.

    “En general, si no hay complicaciones y el estado de salud es bueno, la recuperación física suele oscilar entre unos días a algunas semanas, dependiendo del ritmo de cada mujer”, señala

    Eventración: complicación

    “La cesárea, cuando hay alguna complicación, puede salvar vidas, pero hay que tener en cuenta que es una operación y, por tanto, tiene sus indicaciones precisas, pues como toda cirugía mayor, también tiene sus riesgos”, manifestó Miriam Al Adib Mendiri.

    La ginecóloga menciona que entre las complicaciones que pueden ocurrir tras una cesárea se encuentran la hemorragia, infección, efectos secundarios de la anestesia, tromboembolismos, hematomas, seromas y lesiones de órganos adyacentes.

    Asimismo, la recuperación puede variar significativamente entre mujeres, algunas pueden experimentar un crecimiento excesivo de la cicatriz, lo que se conoce como queloides, mientras que otras pueden sufrir una hernia en el lugar de la incisión quirúrgica, conocida como eventración.

    “Esto consiste en que una de las capas de la pared abdominal no cicatriza bien. En este caso queda un hueco por el que sale contenido abdominal, quedando así ese contenido de la hernia justo por debajo de la piel de la cicatriz, formando un bulto”, explicó Miriam Al Adib Mendiri.

    Una de las complicaciones más graves asociadas a la eventración es la estrangulación de las vísceras que salen a través del defecto de la pared abdominal. Si las vísceras no reciben suficiente vascularización, puede ser un cuadro muy peligroso que requiere una cirugía de urgencia. Además, hay ciertos factores de riesgo que aumentan la frecuencia de la eventración, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades que debilitan el sistema inmunológico, las infecciones de la incisión quirúrgica y una técnica quirúrgica inadecuada, según indica la ginecóloga.

    La herida emocional

    Para Sabina del Río, psicóloga perinatal y directora del centro de psicología especializado en maternidad Calma, aunque es importante no generalizar, hay cambios en el cuerpo de la mujer tras el embarazo y el parto que pueden vivirse muy mal (estrías, diástasis de rectos, incontinencia urinaria y/o fecal, suelo pélvico dañado). Y que pueden afectar en menor o mayor grado la autoestima de la mujer, su vida de pareja (muy importante también la vida sexual puede quedar afectada) y su vida social.

    Entre las consecuencias a nivel emocional de una cesárea destaca:

    • El trauma: “Si se ha sentido miedo a la propia muerte o del bebé, o ha sido una cesárea de urgencia, o ha habido mucho dolor porque no se ha podido esperar a que haga efecto la anestesia”.
    • La depresión posparto: “Se puede vivir la cesárea como un fracaso como mujer, sensación de parto robado ante las expectativas que se tenían…”.
    • La tocofobia: “Se desarrolla miedo al parto y muchas mujeres no quieren tener más hijos”.
    • Dificultades en la vinculación con el bebé y en la instauración de la lactancia: “En muchos hospitales todavía se separa a la madre del bebé tras la cesárea, cuando está demostradísimo que las dos primeras horas tras el nacimiento deben ser sagradas y madre y recién nacido deben estar en contacto piel con piel”.

    Un problema individual

    La visibilización es esencial para ayudar a las mujeres a hacer frente a los problemas de salud ginecológica-obstétrica. Sabina del Río sostiene que minimizar, estigmatizar o incluso humillar estos temas solo empeora la situación. En cambio, es importante reconocer y validar las experiencias de las mujeres, ofreciendo un ambiente de apoyo y comprensión.

    “El cuerpo de la mujer y todo lo relacionado con su funcionamiento, durante siglos ha estado oculto. Una gran parte de las mujeres no conocen su cuerpo ni se relacionan con él con normalidad, no saben de las fases del ciclo menstrual, no han observado nunca sus genitales ni saben nombrar sus diferentes partes. El desconocimiento, por tanto, lleva también al no cuidado y a "asumir" todo lo relacionado con lo femenino como algo a ocultar”, agregó la psicóloga.

    Para la psicóloga se trata de un tema familiar, social, educativo y sanitario. Sobre este último pilar considera que se están dando pasos porque son cada vez más los profesionales preocupados en formarse en el cuidado integral de la mujer: “Hay especialistas y centros sanitarios que ya incluyen unidades de la mujer donde se tratan específicamente todos estos problemas y donde se comienza a visibilizar, nombrar y normalizar su cuerpo y su funcionamiento”.

    Negar sentimientos y restarles importancia

    En muchas ocasiones, se tiende a minimizar los sentimientos negativos que puede experimentar una mujer tras una cesárea, ya sea a nivel social o familiar. Es importante comprender que estos sentimientos pueden ser muy significativos para ella y que negar su importancia o minimizar el daño causado en su cuerpo no ayuda a resolver la situación. Aunque estos comentarios puedan estar hechos con buena intención, decir que lo importante es que tanto la madre como el bebé estén bien, no reconoce la complejidad de la situación.

    Según Sabina del Río, no se trata de hacer un drama, sino de reconocer la importancia que puede tener para la mujer y de desdramatizar la situación sin restarle importancia. Este es un ejercicio complejo pero necesario para ayudar a la mujer a procesar sus sentimientos y emociones tras una cesárea.


    Fuentes consultadas aquí y aquí.

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