Por lo general, el flujo durante el embarazo debe ser blanquecino, lechoso y sin olor. Si se vuelve verdoso, gris, rosa o rojo, requiere de una consulta médica.
El flujo vaginal durante la etapa de gestación puede sufrir múltiples cambios, algunos hacen parte del proceso normal del organismo, mientras que otros requieren de una evaluación médica, ya que pueden ser un indicio de un problema de salud para la madre o el feto.
El aumento del flujo es uno de los primeros signos del embarazo, se debe al aumento de estrógenos y a un mayor flujo sanguíneo en la zona vaginal, lo que ayuda a prevenir infecciones durante la gestación. Cabe mencionar que a medida que transcurren los meses, puede variar en consistencia y tonalidad, además en las últimas semanas se puede volver abundante, pegajoso y espeso.
¿Cuándo debería ser una preocupación el flujo?
De acuerdo con información médica, un flujo normal presenta un color blanquecino, con poco olor y con un aspecto lechoso, sin embargo, cuando cambia a otras tonalidades o consistencias poco comunes, es indispensable consultar con el médico.
Algunas presentaciones del flujo anormales son:
•Blanca y con grumos: esta presentación acompañada de picor en la zona vaginal puede ser una señal de candidiasis y pese a que no es grave, especialistas recomiendan que cualquier tipo de infección vaginal durante el embarazo sea tratada de forma temprana para evitar complicaciones.
•Verde o amarillenta: ocurre cuando existe una infección de trasmisión sexual como la clamidia y las ITS se deben tratar durante el embarazo, ya que algunas pueden causar problemas en el desarrollo del embrión.
•Gris: un flujo de este tono acompañado con picor y olor fuerte puede ser un síntoma de vaginosis bacteriana, la cual se debe a un desequilibrio en la zona bacteriana de la vagina. Además, si se produce durante el embarazo, las probabilidades de parto prematuro o abortos serán mayores.
•Café: puede producirse por una expulsión de la sangre vieja del cuerpo, y ocurre en periodos puntuales. Usualmente, no representa ningún peligro para la madre o el bebé.
•Rosado: si ocurre al principio puede significar la implantación del óvulo fecundado en el útero, pero si no se presenta de forma puntual o es persistente, es una señal de un embarazo ectópico, parto prematuro o infecciones.
Especialistas en ginecología apuntan a la importancia de la higiene en la zona vaginal, especialmente durante el embarazo, por lo que recomiendan: limpiarse una vez al día con un jabón neutro, mantener la zona seca, usar ropa de algodón preferiblemente y no usar tampones.
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