Durante el siglo XVII se documentó una patología de "alta incidencia" que era muy frecuente en las adolescentes, casi más que en mujeres de otras edades, de hecho se tiene un registro de que fue considerada la enfermedad más diagnosticada, hasta el siglo XIX.
Durante el siglo XVII se documentó una patología de "alta incidencia" que era muy frecuente en las adolescentes, casi más que en mujeres de otras edades, de hecho se tiene un registro de que fue considerada la enfermedad más diagnosticada, hasta el siglo XIX.
En un principio, se explicaba como una anemia consecuente por déficit de hierro en el organismo, palideciendo a las jóvenes. El término clorosis proviene de la similitud con la enfermedad de las plantas que les da un aspecto amarillento, generalmente a las plantas verdes por la poca o nula actividad de los cloroplastos. Para los médicos de épocas anteriores, esta enfermedad en mujeres consistía no solo en el tono blanquecino de la piel, sino en desmayos constantes que se curaba con el matrimonio y con los presuntos efectos curativos del semen.
Este constructo social se creó a partir de diferentes criterios arbitrarios como la literatura y el arte. Además, debemos considerar que socialmente la belleza de la época constaba de palidez cutánea y una delicadeza casi forzada por la debilidad que sentía la mujer, y que se comparaba abismalmente con los hombres. Ahora bien, son dos las teorías que explican esta "enfermedad":
Los síntomas más frecuentes
Registros de la época afirman que los síntomas más comunes de la clorosis en adolescentes eran:
El tratamiento que se recomendaba
Para nadie es un secreto que la imagen de la mujer en la antigüedad, y aun en los tiempos actuales, se ha visto discriminada por una supuesta debilidad e inferioridad comparada con el género masculino. Para la época antigua, las mujeres eran sometidas a malas condiciones de vida producto de las creencias sociales de la época, tales como el desmedido uso del corsé, deficiencias de higiene y de alimentación.
Por consecuencia de esto, las mujeres de la época tendían a sufrir enfermedades como la astenia, y algunos trastornos psicológicos en mayor medida que los hombres.