Un estudio reveló que el PTEN, un gen supresor de tumores, tiene una conexión importante con el gen ARID4B, que ofrece un nuevo objetivo terapéutico para el cáncer de próstata.
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Un estudio publicado en la revista Nature Communications y concretado por investigadores del Centro de Cáncer de la Universidad George Washington (GW), en Estados Unidos, reveló que PTEN, un gen supresor de tumores que se encuentra mutado en casi el 20% de los cánceres de próstata primarios, y en hasta el 50% de los cánceres de próstata resistentes a la privación de andrógenos, depende de otro gen llamado ARID4B para funcionar.
El descubrimiento aporta un posible objetivo terapéutico para los cánceres de próstata que portan la mutación PTEN común.
"La pérdida del supresor tumoral PTEN debida a mutación o deleción no solo es frecuente en el cáncer de próstata humano, sino que además juega un papel importante en otros tipos de cáncer. Queríamos obtener más información sobre PTEN y otros genes en los que podríamos confiar para ofrecer nuevas opciones de tratamiento a quienes poseen la mutación PTEN"
dijo el doctor Ray-Chang Wu, profesor asociado de bioquímica y medicina molecular en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de GW.
Agregó: "descubrimos que PTEN tiene una conexión importante con el gen ARID4B, que ofrece un nuevo objetivo terapéutico para el tratamiento".
Wu y su equipo examinaron datos de varios grupos de pacientes de cáncer de próstata e hicieron un interesante observación: los cánceres que contienen mutaciones PTEN casi siempre retienen a ARID4B. Una de las funciones del gen ARID4B es remodelar la cromatina que forma el cromosoma.
Dicho patrón “mutuamente excluyente” entre PTEN y ARID4B brindó al equipo la primera pista sobre su importancia potencial en el cáncer de próstata.
La investigación descubrió además que la supresión de la expresión de ARID4B en células cancerosas con mutación PTEN inhibe significativamente el crecimiento de células cancerosas e incrementa la muerte celular.
En comparación, se observaron efectos menos pronunciados cuando se utilizaron células cancerosas que contenían el gen PTEN funcional, lo que sugiere que ARID4B es dependiente del cáncer de próstata deficiente en PTEN.
Cabe destacar que el equipo pudo recapitular estos resultados mediante modelos de ratón con cáncer de próstata a los que se les eliminó PTEN. Como se esperaba, la eliminación de PTEN únicamente en ratones condujo al desarrollo de cáncer de próstata.
En contraste, los roedores con deleción de PTEN y ARID4B no desarrollaron tumores. En conjunto, los hallazgos llevaron al equipo a concluir que la función de PTEN depende de la presencia de ARID4B, identificando a ARID4B como un posible objetivo terapéutico en el cáncer de próstata, dada la pérdida del gen PTEN. Se requiere más investigación para desarrollar métodos que puedan dirigirse a ARID4B.