El profesor de medicina al que sus alumnos residentes le salvaron la vida

Conozca la historia del Dr. Juan González, jefe del departamento de Medicina de Emergencia de la Universidad de Puerto Rico, quien en un segundo se convirtió en paciente de sus residentes. Por su dedicación a la emergentología, este año recibirá el premio John A. Rupke Legacy, un reconocimiento a su longevidad e la inquebrantable dedicación.

Medicina y Salud Pública

    El profesor de medicina al que sus alumnos residentes le salvaron la vida

    Daniela Pinto M
    Agencia Latina de Medicina y Salud Pública

    El doctor Juan González, profesor y jefe del departamento de Medicina de Emergencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, sufrió un accidente que puso en riesgo su vida. En un segundo pasó de ser mentor a paciente y fue atendido por los residentes a los que supervisaba.

    El accidente sirvió para demostrar una vez más a sus colegas la importancia de tener especialistas de emergencia en los hospitales de la isla y Latinoamérica.

    En entrevista exclusiva con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP), el Dr. González afirmó que: “si yo no hubiera llegado a ese sitio yo estaría muerto y eso está pasando diario en nuestro país. Esta especialidad necesita ser reconocida, fortalecida y estimulada para que se continúen produciendo especialistas”.

    El doctor luego consolidar las bases de su formación, se desempeña desde 1991 como jefe de sección y luego como jefe de departamento de Medicina de Emergencia.  El Dr. González realizó su bachiller en biología, estudió medicina en la Escuela de Medicina de Puerto Rico, realizó la especialidad de Medicina de Emergencia en la misma universidad y un teaching fellowship del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas.

    Sucesos del 2 de noviembre

    El 2 de noviembre de 2018 a las 2:20 p.m. un vehículo impactó al doctor González empujándolo a otro carro donde se golpeó la cabeza y el hombro izquierdo. 

    El doctor había salido a comprar su almuerzo pues no quería nada de la cafetería y atravesó la avenida al frente del hospital. Comenzó a llover, por lo cual no regresó al hospital inmediatamente. Almorzó y se dirigió de nuevo a retomar su turno.

    Sin embargo, casi al llegar, cuando ya todos los carros estaban detenidos y el semáforo en rojo, un vehículo lo impactó y siguió su camino. “Es una avenida bien peligrosa donde anualmente matan a una o dos personas. Yo soy de los pocos que creo que ha subsistido”.

    “El carro que me impacta sigue su vía, no se para. Y entonces ahí yo pierdo el conocimiento y me levanto en el suelo, en la división de los carriles de la avenida. Ahí retomo el conocimiento y me toco la cabeza. Siento que tengo tejido, me asusto porque pienso que tengo el cerebro expuesto, pero me doy cuenta que estoy vivo y que estoy sangrando mucho ahí".

    "Se para un buen samaritano y me dice que no me mueva, pero yo le digo 'no, yo tengo que ir al hospital porque me estoy desangrando, por favor ayúdeme a cruzar aquí para yo ir al hospital', y entonces me da un abrigo que tiene, me lo pongo sobre la cabeza para controlar el sangrado y cruzó la vía”,

    relató a MSP.

    El Dr. Juan González subió las escaleras hacia la entrada de emergencia. “Ahí, el mismo grupo que estaba trabajando conmigo, me asiste y me entran inmediatamente a la sala. Tan pronto entré les dije: 'me dieron en el hombro y en el muslo izquierdo, no me duele la barriga, no tengo trauma al pecho. Fue solamente trauma aislado a la cabeza'”.

    Los residentes de los que él estaba a cargo lo estabilizaron, le realizaron procedimientos y una tomografía que dio negativa; pero luego desarrolló hipotensión así que le transfundieron sangre. Mientras esperaba para ingresar a la sala de operaciones perdió el conocimiento y relató:

    “Tuve como un sueño donde estoy pasando por un pasillo oscuro, es lo que recuerdo, pero que me sentía muy cómodo pasando por ese pasillo. Veía siluetas de personas que no podía identificar y entonces me levanto y escucho a la gente que dicen 'está convulsionando' y yo les digo que no, que estaba despierto. Así que me llevan rápidamente al quirófano y pues me suturaron la herida de la cabeza y trasladan a cuidados intensivos”,

    comentó el profesor.

    Un golpe para el hospital

    El doctor contó que la primera reacción de sus compañeros fue de incredulidad y todo el hospital se enteró. “¿Cómo va a ser Juanito si él no deja que nadie cruce por ahí? Eso es lo primero que dice cuando uno comienza a trabajar acá’”, decían.

    Fue una situación estresante ver a su supervisor y colega desangrándose cuando hacía unos minutos estaba bien. Sin embargo, abordaron la situación con profesionalismo; pese a la reacción de asombro y de preocupación siguieron haciendo el protocolo que se hubiera seguido con cualquier otro paciente.

    “Ellos me hablaron luego de las decisiones que tuvieron que tomar porque que se les hizo difícil. Más difícil que si yo no hubiera sido el paciente pero las tomaron y fueron las acertadas”,

    expresó el especialista

    Un antes y un después del accidente

    El jefe del departamento de emergencias, de 59 años, tuvo varias reflexiones luego del accidente. 

    “La primera es que uno no sabe para quién trabaja y los mismos tuyos pueden salvar tu vida. Y salvaron mi vida. Yo estoy vivo gracias a la intervención rápida y efectiva de los médicos de emergencia, que estaban donde yo trabajo. Si hubiera llegado a una sala de emergencia y no hubieran habido especialistas esta área definitivamente no estaría vivo”,

    contó.

    La otra reflexión es que nunca ha tenido duda sobre la importancia de la medicina de emergencia y  “al vivirlo en carne propia todavía me convenzo más”. Pues el doctor ha estado involucrado hace más de 30 años en el desarrollo de la especialidad en su país y en Centro y Sur América.

    La última reflexión fue cuando salió del hospital y vio que sus hijos y amigos estaban afuera. “Pude llamar a mi hija que estaba estudiando en Estados Unidos. Siempre he querido a los hijos, a mi familia, pero luego de esto todavía los quiero, los aprecio y espero disfrutarlos cada día más”.

    Recuperación “milagrosa”

    A los cuatro días del accidente, el Dr. Juan González ya había salido del hospital. A las cuatro semanas estaba trabajando en ese mismo lugar de manera parcial y al segundo mes, tiempo completo. Hoy asegura que su recuperación representa el 95% de como estaba antes.

    El doctor González sufrió un daño traumático en cerebro que se manifiesta con dolores de cabeza y problemas de concentración, los cuales han ido mejorando paulatinamente. Todavía estoy en terapia para esto. 

    “Mi única limitación ahora es que no puedo leer durante mucho tiempo en la computadora como leía antes porque me da dolor de cabeza o cuando estoy haciendo trabajos que requieren mucha concentración”,

    explicó.

    La recuperación ha sido muy buena. Por la magnitud del accidente, una persona puede quedar incapacitada. Y gracias a Dios estoy trabajando”, dijo el especialista quien además acompañó su terapia con ejercicios, alimentación, hidratación y controles visuales y físicos, pues también presenta nistagmo, un movimiento incontrolable e involuntario en el ojo.

    Importancia de la especialidad en emergencia, según el Dr. Juan González

    El Dr. González en el hospital con fotos de residentes y

    colegas

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    La mayoría de países en Latinoamérica tienen asociaciones y especialidades en emergencia o urgencia. En Puerto Rico la especialidad empezó en los 80, cerró y se abrió nuevamente en 1994.

    Aunque hay países en Latinoamérica como México, Colombia, Argentina, Perú, Paraguay, Uruguay y República Dominicana donde también se encuentra la especialidad, no representa el reconocimiento que merece. 

    “La mayoría de los países celebran congresos anuales y he tenido la oportunidad de participar en varios. Desafortunadamente no hay la masa crítica para que estén cubiertas todas las salas de emergencia ni siquiera aquí en Puerto Rico. Además falta que las condiciones de trabajo, el reconocimiento y la remuneración sea como cualquier otra especialidad”,

    lo que también se convierte en un reto para el doctor.

    Explica que usualmente las personas que trabajan en la sala de emergencia son médicos internos, generales o que tienen otra especialidad que están muy bien intencionados y que han hecho muy buena labor. Sin embargo, “tienen su espectro de poder tratar y recibir pacientes diferenciados un poco limitados”, explica.

    “El  reto para el médico en la sala de emergencia es que tiene que estar preparado para recibir cualquier paciente que venga con cualquier condición de cualquier edad y cualquier problema. Entonces ahí es que surge la especialidad y de ahí es que es la importancia de la misma”,

    contó a MSP el Dr. Juan González.

    El mentor de 220 especialistas

    El departamento que dirige ha producido más de 220 especialistas en medicina de emergencia. “De los cuales aproximadamente la mitad y un poco más se han quedado trabajando en la isla. Ha sido la fuente mayor de especialistas en medicina de emergencia para Puerto Rico y ha sido la fuente de mayor médicos de emergencias bilingües para Estados Unidos”, reveló el especialista.

    Reconocimiento por su labor

    El próximo 2 de noviembre el Dr. Juan González  recibirá el Premio John A. Rupke Legacy, un reconocimiento a la longevidad y la inquebrantable dedicación al Colegio Americano de Especialistas de Emergencia. De igual forma fue nominado al premio Manuel A. Pérez en Puerto Rico, el máximo galardón por la labor en el servicio público.

    Con este reconocimiento resalta una vez más la importancia de la especialidad. “Yo quisiera que este golpe en la cabeza mío ha servido para yo repensar muchas cosas en mi vida y para establecer la importancia de tener especialistas de medicina de emergencia debidamente entrenados en todas las salas de emergencia de todos los países”, concluyó el Dr. Juan González.

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