Catracho: método hondureño para reducir mortalidad por COVID-19

Catracho no solo es como coloquialmente se conoce a los oriundos de Honduras, sino que también es el nombre del método con el que este país centroamericano logró reducir significativamente la mortalidad por COVID-19 en la nación.

Medicina y Salud Pública

    Catracho: método hondureño para reducir mortalidad por COVID-19

    César Fuquen Leal
    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública 

    Catracho no solo es como coloquialmente se conoce a los oriundos de Honduras, sino que también es el nombre del método con el que este país centroamericano logró reducir significativamente la mortalidad por COVID-19 en la nación. Honduras se convirtió en uno de los países más azotados por el nuevo coronavirus, a la fecha registra más de 7.600 casos, por lo que este novedoso tratamiento podría implementarse alrededor de América Latina, el nuevo foco de la pandemia.

    Para conocer más sobre catracho -híbrido de varios medicamentos comúnmente utilizados en la práctica clínica-, la Revista Medicina y Salud Pública (MSP) habló en exclusiva con el médico hondureño Carlos Umaña, presidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño De Seguridad Social (IHSS) en San Pedro Sula, Honduras.

    Efectiva combinación de fármacos

    El doctor Umaña aseguró que cuando los pacientes con sintomatología asociada al COVID-19 como disnea o cansancio, dolor en el tórax, malestar generalizado y una baja de la saturación se presentaban a los centros hospitalarios de Honduras, inmediatamente se sometían al protocolo catracho.

    “¿Qué es el protocolo catracho? La C de colchicina. La A es de azitromicina. La R es de los antivirales que están autorizados en este momento como el remdesivir. Tenemos también la aplicación de las heparinas de bajo peso molecular, ya de forma hospitalaria, donde usted hace exámenes de laboratorio con tiempo de coagulación, ferritina dímero, interleuquina y le introducimos un ‘sistema de posturamiento’ al paciente. Lo colocamos boca abajo para que se entienda y usamos ventiladores no invasivos, pero de mascarilla de alto flujo. Hemos utilizado hasta 80 litros por minuto de oxígeno y con eso hemos reducido el ingreso a las unidades de cuidados intensivos. Lo podemos demostrar estadísticamente”, ahondó el galeno.

    El método fue ideado por el doctor hondureño Miguel Sierra-Hoffman quien actualmente reside en Texas, Estados Unidos. Un diestro grupo de especialistas hondureños apoyaron dicho protocolo y hoy sigue trayendo efectivos y promisorios resultados.

    “Lo importante de catracho es hacerlo tempranamente. Hemos sugerido este grupo de médicos que encabezó el doctor Sierra-Hoffman, el doctor Oscar Díaz, el doctor Fernando Valerio, el doctor Omar Bidea y su servidor -Dr. Umaña-, que nos hemos unido a este grupo, que hay que poner los medicamentos en los primeros síntomas. Si nosotros nos anteponemos al progreso de la enfermedad -COVID-19-  y agarramos la enfermedad en fase temprana evitamos la tormenta inflamatoria, la tormenta de citoquinas que produce esto y evitamos que el paciente empeore”, explicó el especialista Umaña.

    Mire la entrevista completa a continuación.

    https://www.youtube.com/watch?v=TjF1p-Kl8_o

    Reducción significativa de la mortalidad

    La implementación de catracho trajo múltiples beneficios en la disminución de las comorbilidad del COVID-19, lo que permitió un control más riguroso en la reducción de casos del nuevo coronavirus en Honduras. Según el Dr. Umaña:

    “En la primera semana de COVID-19 en el Seguro Social tuvimos 19 pacientes en la unidad de cuidados intensivos y se nos murió el 62 por ciento. Cuando empezamos a usar este protocolo, los pacientes moderados empezaron a reducir el día de estancia. Entonces el paciente de 14 días que pasaba en la unidad lo pasamos a siete días y después a cinco días con la introducción de las heparinas y la introducción de los esteroides a dosis altas, más el testeo de los exámenes de laboratorio”.

    Catracho evitaría que los pacientes deban ser intubados

    La práctica clínica ha evidenciado que cuando los pacientes son intubados a causa del estadío del COVID-19 al que se enfrentan, tienen mayor probabilidad de morir. Según el doctor Umaña, este método disminuye significativamente el riesgo de tener que intubarlos. 

    Todos sabemos que si intubamos a un paciente, del 62 al 80 por ciento de los pacientes van a fallecer dependiendo de las comorbilidades. (...) Lo más importante es que hemos buscado no intubar al paciente, por eso lo colocamos boca abajo con mascarilla de alto flujo. Cuando usted está sentado no está usando todos sus pulmones, pero en posición corona, es decir boca abajo, usted utiliza el 100 por ciento de sus pulmones. Esto nos ha ayudado que con el oxígeno de alto flujo hayamos reducido ese riesgo”. 

    Uso de hidroxicloroquina: ¿efectivo?

    La eficacia de la hidroxicloroquina sigue siendo evaluada por la Organización Mundial de la Salud debido a que se ha evidenciado que desencadena arritmias cardíacas. El método catracho hace uso de este polémico medicamento, pero simultáneamente se realizan otras pruebas diagnósticas para evitar efectos adversos en el corazón.

    “Cuando vemos que la situación está mal para el paciente le introducimos la hidroxicloroquina. Ya no la damos en el cuidado intensivo, pero sí la introducimos en el paciente moderado. Hacemos un testeo del corazón, tomamos un electrocardiograma y al tener un electrocardiograma negativo para arritmias introducimos la hidroxicloroquina y hemos visto buenos resultados. Es decir, la combinación de azitromicina, colchicina, esteroides, heparina de bajo peso molecular y el tocilizumab o el rendecibir ha regresado al paciente y ha logrado que el paciente no lo intubemos”, expresó el galeno.

    Catracho: ¿esperanza para reducir la mortalidad por COVID-19 en Latinoamérica?

    Los galenos hondureños no se llevan el crédito de haber creado los medicamentos utilizados en el catracho, sino de implementarlos en etapas tempranas de la enfermedad y así disminuir efectivamente el número de decesos por el virus Sars-CoV-2. El Dr. Urrea hizo un llamado a la comunidad médica-científica de América Latina.

    “Mi recomendación para América Latina es que al primer síntoma lo inicie -el catracho-. No hay que esperar ni siquiera que tengan una prueba positiva. Todos los médicos de Latinoamérica estamos bien entrenados para dictaminar si es o no es clínicamente, no tenemos porqué esperar una prueba. Si usted tiene dolor de garganta severo, perdió el olfato, tiene dificultad respiratoria, es COVID-19 hasta que no se demuestre lo contrario y estos medicamentos no le van a causar ningún daño si eso no fuera COVID. Lo único que nosotros descartamos y sí lo hacemos es dengue, porque tenemos aquí una mezcla de dos epidemias en Honduras el dengue y el COVID. El dengue también está matando población hondureña. Nosotros hacemos un hematológico, chequeamos que las plaquetas estén bien y si vemos que no se observa dengue y la prueba de dengue no sale negativa, aplicamos el protocolo catracho rápidamente y eso nos ha dado buenos resultados a nivel médico”, dijo el médico hondureño Carlos Umaña en diálogo con MSP.

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