Dos de cada cinco cepas de levadura demostraron un efecto significativo en la reducción de la inflamación.
Los hongos, parte esencial de la historia de la alimentación de la humanidad, podrían ser la clave para abordar la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) a través de nuevos probióticos, según un estudio reciente.
Aunque los humanos hemos utilizado hongos en la fermentación de alimentos durante miles de años, el papel de las levaduras transmitidas por alimentos en la salud intestinal ha sido poco explorado. En este artículo se exploran los hallazgos publicados en la revista mSystems de la Sociedad Estadounidense de Microbiología.
Una enfermedad desafiante
Esta enfermedad, según detalla el Centers for Disease Control and Prevention (Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) afecta a aproximadamente 3 millones de adultos en los Estados Unidos.
Se caracteriza por la inflamación crónica del tracto digestivo y se divide en colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Actualmente, no existe una cura para estas afecciones, y el tratamiento se centra en el control de los síntomas, lo que a menudo implica medicamentos antiinflamatorios, inmunosupresores y cambios en el estilo de vida.
Hongos como probióticos
El estudio liderado por Mathias Richard, Ph.D., director de investigación del INRAE en el Instituto Micalis en Jouy-en-Josas, Francia, investigó diferentes cepas de levadura en modelos de ratón. Los resultados sorprendieron a los investigadores.
“Las cepas de levadura se han utilizado durante décadas en la producción de alimentos, pero sus efectos sobre la salud no se han monitoreado exhaustivamente. La sorpresa vino con el número, al descubrir que dos de cada cinco cepas tuvieron un efecto significativo en un modelo de ratón, lo que nos pareció un número alto", explicó el doctor Richard.
Las dos cepas de levadura que mostraron efectos positivos en el tratamiento de la inflamación en un modelo de ratón con colitis, fueron la Cyberlindnera jadinii y Kluyveromyces lactis.
Mecanismo de acción de los hongos de levadura
Si bien se ha demostrado que estos hongos tienen efectos positivos, el estudio no precisó completamente sus mecanismos de acción: “Parte del mecanismo de acción de C. jadinii parece pasar por la modificación de la microbiota bacteriana, lo que podría explicar esta remodelación positiva”.
Potencial en el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal
Esta enfermedad que incluye condiciones como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, se caracteriza por la inflamación crónica del tracto digestivo. Aunque el estudio en cuestión se realizó en ratones, abre la puerta a futuras investigaciones sobre el uso de estos hongos como tratamiento en humanos.
"Queda un largo camino por recorrer antes de que se pueda hacer algo para los pacientes con EII basándose en nuestro estudio, ya que nuestros datos provienen de análisis in vitro en modelos de ratón, pero es un camino adicional de investigación que es interesante seguir”, concluyó el investigador.
El papel de los hongos en la salud intestinal
Rhianna Jones, una enfermera especializada en salud intestinal, señala que el papel de los hongos en la salud intestinal es un campo en desarrollo.
"La diversidad de levaduras transmitidas por los alimentos y sus posibles efectos sobre la salud intestinal es un área de interés emergente. Si bien se ha estudiado el potencial probiótico de algunas levaduras transmitidas por los alimentos, aún se desconoce mucho sobre su impacto específico en el microbioma intestinal y la salud humana", explicó Jones.
Comparando hongos con probióticos bacterianos
El estudio se torna particularmente intrigante porque, a diferencia de los probióticos convencionales que provienen de bacterias, estos probióticos potenciales para tratar la enfermedad inflamatoria provienen de hongos.
"Los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos, generalmente bacterias, que pueden favorecer la salud intestinal cuando se consumen en cantidades adecuadas, estos pueden ayudar a mantener un microbioma intestinal equilibrado y se han asociado con una mejor digestión, inmunidad y más, por lo que están disponibles en varias formas, incluidos suplementos y alimentos fermentados como el yogur”, detalló la enfermera.
Enfermedad sin cura
Actualmente no existe una cura para estas afecciones y, según se explica en los estudios recientes, debido a la delicada química del intestino, no parece que haya una cura en el horizonte.
Sin embargo, también se asocian numerosas opciones para controlarla como los probióticos. Como siempre, el mejor lugar para comenzar es con una consulta médica, ante lo que finaliza, la enfermera Rhianna, mencionando que: "La utilización eficaz implica seleccionar cepas (probióticas) con beneficios comprobados, considerar las necesidades individuales y consultar a un proveedor de atención médica".
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