A través de diferentes métodos, expertos realizan diagnósticos exhaustivos en pacientes con posible enfermedad de Crohn para garantizar un buen tratamiento.
Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública
La enfermedad de Crohn hace parte de las enfermedades inflamatorias intestinales, su condición puede llegar a ser crónica y sus manifestaciones con normalidad afectan principalmente al tracto gastrointestinal.
Aunque no se conoce con certeza su origen, la ciencia lo relaciona con aspectos o componentes genéticos, químicos o ambientales.
Su diagnóstico se da luego de que el paciente consulta por la aparición de diferentes síntomas, principalmente, dolor abdominal, diarrea o vómito; o en otros casos, se detecta en chequeos médicos de control por temas hereditarios.
Para determinar la condición e iniciar el tratamiento adecuado, comúnmente se realiza un análisis de heces para infecciones incluyendo C. Difficile y parásitos de suplementos y laboratorios como el hemograma, niveles de albúmina, enzimas hepáticas, marcadores de inflamación (proteína reactiva C o CRP y calprotectina en heces).
El diagnóstico definitivo de la Enfermedad Intestinal Inflamatoria (EII) requiere de una endoscopía con histología o de radiografías.
En caso de llegar a requerir una colonoscopía, se hace necesaria la entubación del ileón distal y biopsias de la mucosa aunque a simple vista no se noten alteraciones.
Lo anterior para tratar paciente adultos, en el caso de los niños, el envolvimiento del tracto gastrointestinal superior por enfermedad de Crohn es más frecuente, por lo cual, usualmente se hace también una endoscopía superior.
El diagnóstico radiográfico En el caso de la enfermedad de Crohn, la enterografía por tomografía computarizada (CTE) con tecnología multidetectora e imágenes transversales se ha convertido en el estudio de elección, ya que provee información no solo de la parte afectada, sino de su dimensión de y el daño estructural que presenta el intestino. Además, permite detectar complicaciones como fístulas, estrecheces, abscesos y obstrucciones.
En cuanto a los avances en aparatos electrónicos, se han logrado reducir los niveles de radiación que recibía el paciente en la toma de pruebas, este es un logro importante sobre todo para quienes se enfrentan a enfermedades crónicas.
La enterografía por resonancia magnética es otra de las alternativas que ha demostrado ser tan precisa como el CTE para el diagnóstico de Crohn sin exponer al paciente a radiación.
Pese a sus buenos resultados, el estudio es más trabajoso y costoso, requiere más tiempo, y es menos accesible.
Por otra parte, el método para tratar la enfermedad perianal se utiliza la resonancia magnética pélvica, la cual compara favorablemente con el examen bajo anestesia y puede dirigir el tratamiento hacia médico versus quirúrgico.
Se ha reportado el uso de ultrasonido en el diagnóstico de Crohn y sus complicaciones, pero el estudio es dependiente del operador, la experiencia es menor, y aunque es menos costoso y no conlleva radiación, todavía no se ha aceptado como una alternativa diagnóstica equivalente.
Por su parte, el diagnóstico de colitis ulcerosa se establece por visualización endoscópica del colon y biopsias; el enema de bario para este diagnóstico ha sido remplazado y su uso es casi nulo.
Las técnicas para distinguir la fibrosis y determinar la necesidad de cirugía con imágenes es parte de un proceso que aún se encuentran en evaluación.
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