Cómo identificar si la resaca es por exceso de bebida o por intolerancia y alergia al alcohol

Los síntomas más comunes de la resaca son dolor de cabeza intenso, sed, náuseas, mareos y menor capacidad de concentración.

Luisa Ochoa

    Cómo identificar si la resaca es por exceso de bebida o por intolerancia y alergia al alcohol

    Los síntomas de la resaca aparecen como consecuencia de beber alcohol en exceso. Esto pone en marcha una serie de procesos internos en el organismo, ya que el alcohol es tóxico y debe ser convertido por el cuerpo en sustancia no tóxica, sin embargo, en algunas personas esta transformación no sucede de forma correcta, debido a que tienen una intolerancia a este compuesto.

    La duración y la gravedad de las resacas pueden variar, dependiendo no solo de la graduación y la cantidad de alcohol ingerido, sino también de la velocidad de procesamiento del cuerpo. 

    Las principales manifestaciones son: 

    • Fatiga y debilidad

    • Sed excesiva y sequedad de boca

    • Dolores musculares y dolores de cabeza

    • Náuseas, vómitos y dolor estomacal

    • Menos horas de sueño o sueño de mala calidad

    • Aumento de la sensibilidad a la luz y al sonido

    • Mareos o sensación de que la habitación gira

    • Temblores

    • Menor capacidad para concentrarse

    • Alteraciones del estado de ánimo, como depresión, ansiedad e irritabilidad

    • Latidos rápidos del corazón 

    Sobre ello, el Dr. Timothy Watts, médico consultor en alergias de adultos en The London Clinic, explicó que, “la deshidratación es un componente clave de la cruda, ya que puede dar lugar a muchos de los otros síntomas típicos, desde dolores de cabeza y fatiga hasta ansiedad y sensibilidad a la luz y el sonido”.

    Intolerancia genética

    Las personas que tienen intolerancia al alcohol pueden experimentar los mismos síntomas de la resaca, sin embargo, sus síntomas son debido a un trastorno metabólico genético que "hace que el cuerpo procese o metabolice el alcohol de manera incorrecta", señaló el Dr. Watts.

    Cuando las personas beben alcohol, la enzima llamada alcohol-deshidrogenasa (ADH) lo descompone en un compuesto llamado acetaldehído y otra enzima, la aldehído-deshidrogenasa (ALDH), convierte al acetaldehído en ácido acético no tóxico (vinagre).

    Los adultos mayores tienen una ALDH inferior a la media, lo que explica por qué la respuesta al alcohol parece empeorar a medida que se envejece. No obstante, las personas con intolerancia genética tienen una versión mutada de ALDH, afirmó Watts.

    "La mutación en esta enzima crucial conduce a la acumulación de acetaldehído en el cuerpo y luego a varios síntomas desagradables. Por lo general, estos incluyen enrojecimiento extenso de la piel y otras características como náuseas, vómitos, palpitaciones, dolor de cabeza y fatiga", añadió.

    Diversos estudios señalan que este es uno de los trastornos hereditarios más comunes en el mundo, afectando a 560 millones de personas (el 8 % de la población mundial). La prevalencia más alta (entre 35 % y 40 %) se encuentra entre las personas de ascendencia asiática oriental.

    Otros tipos de intolerancia

    Las personas también pueden ser intolerantes a los químicos que componen las bebidas alcohólicas. Por ejemplo: la histamina (que se encuentra en el vino tinto) y los salicilatos (que se encuentran en el vino, la cerveza, el ron y el jerez).

    Algunas personas son intolerantes a los conservantes del alcohol llamados sulfitos, y descubren que consumirlos puede desencadenar síntomas que incluyen congestión o secreción nasal, dolor de cabeza intenso, urticaria, picazón, respiración entrecortada y malestar estomacal.

    Al respecto, el Dr. Watts, explica que existen investigaciones que sugieren que hasta el 10% de los asmáticos son sensibles a los sulfitos, y la gravedad de las reacciones varía de leve a potencialmente mortal: "la dificultad para respirar y los síntomas nasales/sinusales en particular se deben a la liberación de gas de dióxido de azufre que causa irritación de las vías respiratorias".

    Alergias al alcohol

    Fiona Sim, asesora médica principal de la organización sin fines de lucro Drinkaware, indicó que, "una verdadera alergia al alcohol es rara. En lugar del alcohol en sí, es mucho más probable que una persona sea alérgica a uno de los ingredientes de su bebida alcohólica, como el trigo, la cebada u otro grano".

    Otro tipo de alérgeno, la proteína transportadora de lípidos (LTP, por sus siglas en inglés), se encuentra en frutas, verduras, nueces, semillas y cereales, y también puede estar presente en algunas bebidas alcohólicas.

    Los síntomas de una reacción alérgica a la LTP suelen aparecer entre 15 y 30 minutos después e incluyen hinchazón, picazón, problemas digestivos, dificultad para respirar y, en casos extremos, anafilaxia.

    Con relación a la diferencia entre la resaca por exceso de alcohol o intolerancia, el Dr. Watts afirma que es simple reconocerlo. "Las resacas generalmente se sienten intensamente por la mañana después de una noche de consumo excesivo de alcohol. Sin embargo, las intolerancias genéticas metabólicas ocurren más rápidamente, generalmente dentro de la siguiente hora de haber bebido", señaló.

    Sin embargo, distinguir entre una intolerancia y una alergia es más difícil, porque los síntomas pueden superponerse. Algunas reacciones alérgicas son casi instantáneas, pero no todas, "si tienes alguna duda, siempre consulta a un profesional de la salud", enfatiza Watts.

    Además, resaltó que, "las investigaciones de reacciones al alcohol normalmente consisten en análisis de sangre especializados para alergias, pruebas cutáneas y potencialmente, pruebas con comida".

    La asesora médica, Sim, aconseja a las personas con algún tipo de intolerancia al alcohol que eviten beberlo por completo, "aunque muchas personas están dispuestas a soportar la incomodidad del enrojecimiento de la piel y quizás síntomas abdominales leves para continuar tomando una bebida alcohólica ocasional".

    Es especialmente importante no beber alcohol si tienes una intolerancia genética, ya que "aumentará tu riesgo de daños relacionados con el alcohol en tus órganos, incluidos algunos tipos de cáncer y enfermedades hepáticas", complementó.

    Fuente consultada aquí.

    Más noticias de Gastroenterología