Un nuevo análisis clínico publicado por la Universidad de Harvard revela que la semaglutida, un medicamento inicialmente desarrollado para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Un nuevo análisis clínico publicado por la Universidad de Harvard revela que la semaglutida, un medicamento inicialmente desarrollado para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad, podría tener un impacto clínico significativo en la enfermedad hepática grasa de origen metabólico (MASLD) y su forma más avanzada, hepatitis esteatohepatitis metabólica (MASH).
La investigación, publicada en The New England Journal of Medicine, sugiere que este agonista del receptor GLP-1 puede revertir la inflamación hepática y evitar el daño progresivo al hígado que podría conducir a cirrosis y cáncer hepático.
Aproximadamente un tercio de los adultos estadounidenses vive con enfermedad hepática grasa, y entre el 20 % al 30 % de esos casos progresan a MASH. Esta condición, silenciosa y sin síntomas iniciales claros, puede desembocar en complicaciones hepáticas graves. Actualmente, no existe un tratamiento farmacológico aprobado por la FDA para MASH, lo que hace de este estudio un hito prometedor.
El estudio doble ciego aleatorizado incluyó a 802 participantes con MASH confirmado por biopsia. Los pacientes recibieron dosis semanales de semaglutida o placebo durante 72 semanas. El objetivo era evaluar la resolución de MASH sin empeoramiento de la fibrosis hepática.
El 59 % de los pacientes que recibieron semaglutida mostraron resolución de MASH sin progresión de fibrosis, comparado con solo 17 % en el grupo placebo.
No se observó una diferencia estadísticamente significativa en la mejoría de la fibrosis hepática entre los grupos, pero los investigadores resaltan la mejora sustancial en la inflamación y función hepática.
La semaglutida pertenece a la clase de los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), diseñados para mejorar la secreción de insulina y controlar los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, también induce pérdida de peso significativa, lo que podría ser clave en la reducción de grasa hepática.
El vínculo entre obesidad, resistencia a la insulina y enfermedad hepática grasa es bien documentado. Por ello, los medicamentos que actúan sobre múltiples frentes metabólicos ofrecen una ventaja terapéutica prometedora.
En Puerto Rico, donde la prevalencia de obesidad y diabetes tipo 2 supera el promedio nacional, este hallazgo adquiere especial relevancia. La posibilidad de abordar simultáneamente múltiples comorbilidades metabólicas con un solo agente terapéutico abre una puerta hacia la prevención de enfermedades hepáticas avanzadas en la población puertorriqueña y caribeña.
Aunque los resultados son alentadores, los investigadores enfatizan que se necesita más estudio para comprender completamente el potencial de la semaglutida en MASH, incluyendo ensayos más prolongados y con poblaciones diversas. Tampoco se descarta la necesidad de combinación con otros tratamientos para lograr una reversión significativa de la fibrosis.