En el día mundial de la diabetes, es importante prestar atención a diferentes síntomas que transmite nuestro cuerpo para así tener una atención oportuna y así lograr abrazar la vida con diabetes.
Según la doctora Elsa Fernández Rubio como especialista del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Cruces, en Barakaldo (Vizcaya), el riesgo de un infarto de miocardio está en aumento en las personas con diabetes, de hecho, indicó que la mayoría de los estudios encuentran un riesgo entre 2 y 4 veces de sufrir un infarto en las personas con diabetes comparado con la población general.
Además, agregó que en los casos concretos de personas con diabetes tipo 2, es frecuente encontrar factores de riesgo cardiovascular asociados como lo son la hipertensión arterial y la dislipemia (niveles de colesterol elevados).
"Junto con la hiperglucemia aumentan el riesgo de sufrir este tipo de enfermedades. Además, ciertos hábitos de vida, como el tabaquismo, aumentan también el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares", dijo la Dra. Fernández.
Los hábitos de vida poco saludables aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular, el consumo de ultraprocesados, la falta de ejercicio, el tabaquismo, entre otros.
La especialista explica que un mal control de la diabetes (cifras de glucosa y de hemoglobina glicada elevadas), o un mal control de otros factores como: la hipertensión y el colesterol elevado, aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. Igualmente, "la presencia de complicaciones, como la nefropatía diabética, aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular".
La especialista destaca que los síntomas que presentan las personas al momento de sufrir un infarto de miocardio pueden llegar a ser diferentes a los de la población general.
"En ocasiones aparecen síntomas que no son los habituales del infarto de miocardio, y en otras ocasiones puede producirse lo que se denomina un 'infarto de miocardio silente', es decir, un infarto de miocardio que no produce síntomas".
Según la especialista, esto se debe, generalmente, a la presencia de una neuropatía diabética (condición que altera la conducción a través de los nervios de las personas con diabetes), por lo que la percepción del dolor puede ser diferente o puede que no se perciba dolor.
"Algunas personas pueden no tener ningún síntoma. Otras pueden sufrir algún tipo de dolor o de presión en el pecho; en ocasiones también puede presentarse como una quemazón que puede confundirse con reflujo gástrico o indigestión. También pueden aparecer síntomas como la fatiga, el dolor en la mandíbula, o en el cuello, o bien una dificultad para respirar", explicó la Dra. Fernández.
Aunque, indica que en las últimas décadas se ha observado un descenso de la enfermedad cardiovascular en el mundo, recalca que en las personas con diabetes sigue existiendo un riesgo en aumento de desarrollar este tipo de enfermedades.
"Este riesgo aumentado, lo está aún más en mujeres y en las personas más jóvenes. Por ello, es fundamental conseguir un control óptimo de la diabetes desde el inicio, principalmente en las personas que comienzan con una diabetes a edades jóvenes", concluyó la Dra. Elsa Fernández Rubio.
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