Un anticuerpo para la migraña podría ser la clave para combatir la rosácea

La investigación subraya la importancia de la vía del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP) en la fisiopatología de la rosácea y sugiere que la inhibición de esta vía podría ser beneficiosa para reducir los síntomas cutáneos.

Valery Cardozo

    Un anticuerpo para la migraña podría ser la clave para combatir la rosácea

    Un estudio liderado por investigadores daneses y publicado en JAMA Dermatology ha revelado hallazgos prometedores sobre el uso del erenumab, un anticuerpo monoclonal utilizado para prevenir la migraña, en pacientes con rosácea.

    Inhibición de la vía del CGRP: un enfoque prometedor para combatir la rosácea

    La reactividad neurovascular, una característica común tanto de la migraña como de la rosácea, proporciona un vínculo entre ambas afecciones. Con base en estudios previos que señalan niveles elevados de CGRP en pacientes con rosácea, el equipo de la Universidad de Copenhague se propuso investigar el efecto de la inhibición de esta vía en el trastorno cutáneo.

    En el ensayo clínico no aleatorizado, 30 pacientes recibieron erenumab cada 4 semanas durante 12 semanas. Los resultados mostraron una reducción significativa en el número de días al mes con enrojecimiento y eritema, lo que sugiere un potencial efecto positivo del tratamiento en los síntomas de la rosácea.

    Erumab y rosácea: resultados preliminares prometedores, pero se necesita más investigación

    A pesar de la promesa de estos hallazgos, los expertos enfatizan la necesidad de ensayos clínicos aleatorizados adicionales para confirmar la eficacia del erenumab en el tratamiento de la rosácea. Además, señalan que el acceso a este tipo de medicamentos podría plantear desafíos económicos debido a su coste relativamente elevado.

    El editorial destaca que, aunque se observaron mejoras en los síntomas cutáneos, estas fueron modestas en términos de calidad de vida. Sin embargo, la inhibición del CGRP sigue siendo una estrategia prometedora para personas con rosácea y migraña concomitante, así como para aquellos que no responden a otras opciones terapéuticas.

    Es importante tener en cuenta que este estudio proporciona datos preliminares y que se requiere más investigación para determinar el papel del erenumab en el tratamiento de la rosácea.

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