El cáncer de piel es el más común en el mundo y sigue en aumento. Es necesario reducir la exposición a la radiación ultravioleta y disfrutar del sol de manera segura.
Durante las vacaciones, muchas personas disfrutan de largas horas al aire libre, especialmente en la playa o la piscina, aumentando la exposición a la radiación ultravioleta (UV). Esta exposición, aunque placentera, puede traer serias consecuencias para la salud de la piel.
Por lo tanto, en una entrevista exclusiva con la revista Medicina y Salud Pública, la dermatóloga y cirujana de Mohs, Dra. María Soledad Aluma Tenorio, revela cómo la exposición solar durante las vacaciones puede poner en riesgo nuestra salud y ofrece valiosas recomendaciones para cuidar la piel y prevenir enfermedades como el cáncer de piel.
"Cuando estamos en climas cálidos generalmente usamos ropa más fresca y estamos más al aire libre porque en este tiempo de vacaciones queremos pasar más tiempo en la playa, en el mar o la piscina eso hace que nuestra exposición a la radiación ultravioleta sea mayor es importante tener en cuenta conceptos que se conocen como foto educación en donde nos van a permitir disfrutar de esas vacaciones pero siendo conscientes del cuidado que debe tener nuestra piel"
La Dra. Aluma destaca que una de las principales recomendaciones es reducir la exposición al sol en las horas de mayor radiación.
"Uno de los ejemplos sería disminuir la exposición al aire libre en las horas que son de mayor radiación, que son de 10 de la mañana a 3 de la tarde", señala.
La especialista también destaca que el protector solar debe ser considerado como parte de un conjunto de medidas de protección, y que es fundamental elegir el producto adecuado para las vacaciones.
Además del protector solar, la Dra. Aluma enfatizó la importancia de la ropa adecuada, los sombreros de ala ancha, lentes de sol con filtros UV y sombrillas, para reducir la exposición directa al sol.
¿Cómo elegir adecuadamente el protector solar para evitar quemaduras?
"Que sea idealmente con una protección de radiación de tipo UVB y UVA, que son las radiaciones que más están relacionadas con el daño en la piel, que se indique como alta protección", agrega. En la etiqueta debe estar indicadas como FPS o SPF, siendo ideal un factor 50+.
Además, es importante considerar que el protector solar sea resistente al agua, ya que en ambientes húmedos y acuáticos, el producto puede perder efectividad rápidamente.
Así mismo, añadió que: "como estamos en sitios con mucha humedad, nos metemos al agua o en la arena con el roce, se puede perder el producto. Por eso, que sean resistentes al agua, resistentes al agua quiere decir que van a durar más o menos 40 minutos después de la sumersión dentro del agua y ahí lo deberían posteriormente reaplicar", explica la experta.
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La dermatóloga advierte sobre los efectos dañinos de la radiación ultravioleta a largo plazo. El daño celular causado por el sol no solo se manifiesta en las quemaduras inmediatas, sino que puede generar un daño irreversible en el ADN de las células de la piel, lo que a futuro puede derivar en cáncer de piel.
"En general es aprender a disfrutar pero tratar de proteger un poco más nuestra piel en estos escenarios, porque finalmente en la cultura lo hemos banalizado un poco porque la mayoría de personas, cuando va a la playa, busca broncearse o quemarse. Este daño representa un daño en el ADN que será irreversible en la mayoría de los casos y que puede derivar en cáncer de piel", alerta la Dra. Aluma.
La Dra. Aluma explica que el bronceado es, en realidad, una respuesta del cuerpo al daño solar. La piel produce melanina como defensa ante la radiación ultravioleta, pero este proceso también puede dañar las células de la epidermis.
"Siempre que te bronceas, el bronceado significa daño celular. Desde la fisiología, lo que pasa para que cambie el color de tu piel es que la piel recibe esa radiación ultravioleta y su mecanismo de protección es liberar melanina. Esa síntesis de melanina muchas veces puede generar también inflamación y, muchas veces, no es suficiente y se daña el ADN de nuestras células epidérmicas", asegura la dermatóloga.
Las personas con condiciones dermatológicas como el acné, la rosácea o la psoriasis deben ser especialmente cuidadosas con la exposición al sol. Los tratamientos, como los retinoides, pueden aumentar la sensibilidad al sol y empeorar estas afecciones.
Es fundamental prestar atención a las manchas o cambios en la piel que puedan indicar un cáncer de piel. La Dra. Aluma explica cómo reconocer los primeros síntomas.
Los tres tipos de cáncer de piel más frecuentes son el carcinoma basocelular, el carcinoma escamocelular y el melanoma.
"Generalmente, el carcinoma basocelular se puede sospechar cuando, usualmente, los pacientes lo describen como un granito que no cicatriza en más de un mes" explica.
El principal síntoma del carcinoma escamocelulares es una protuberancia creciente que puede tener una superficie áspera y escamosa, y parches planos de color rojizo. Puede aparecer como un parche escamoso, con costra y grande de color rojizo, que puede ser de más de 1 pulgada (2.5 centímetros).
"En cuanto al melanoma, la mayoría de las veces se presenta como una lesión pigmentada que puede parecer un lunar, pero que suele verse de forma diferente, con más tonos o irregularidades", describe la Dra. Aluma.
Las opciones de tratamiento para el cáncer de piel y las lesiones precancerosas conocidas como queratosis actínicas dependen del tamaño, tipo, profundidad y ubicación de las lesiones.
En casos de cáncer de piel pequeño y limitado a la superficie, es posible que no sea necesario un tratamiento adicional, más allá de una biopsia inicial que elimine por completo el crecimiento anómalo.
La Dra. Aluma también ofrece información sobre el tratamiento quirúrgico para el cáncer de piel, en el cual ella es especialista, la cirugía micrográfica de Mohs, que se utiliza para remover tumores de manera precisa y conservando la mayor cantidad de tejido sano.
"La cirugía micrográfica de Mohs se utiliza principalmente para formas de cáncer de piel como el carcinoma basocelular y el escamocelular. El objetivo es delimitar bien la lesión y ahorrar tejido sano. En muchos casos podemos tener mejores resultados oncológicos, funcionales y estéticos", explica la cirujana.
Tomar conciencia y actuar con precaución
La Dra. Aluma enfatizó la importancia de tomar conciencia sobre los riesgos del sol, especialmente durante las vacaciones. La educación sobre fotoprotección es fundamental para prevenir daños irreversibles a largo plazo.
La protección solar no solo es una medida para prevenir el cáncer de piel, sino también para preservar la salud de la piel a largo plazo.
"Es empezar a buscar la forma en cómo yo puedo disminuir esa exposición a la radiación ultravioleta, aprendiendo a disfrutar esos espacios que traen las vacaciones. Y lo otro mensaje es tratar de ser muy coherentes entre el niño y el adulto para que el mensaje realmente pueda perdurar durante toda la vida", concluye la dermatóloga.