La secuela afectaría a los niños y a los adultos.
El Doctor Miguel Colón, especialista del Hospital Auxilio Mutuo, no descartó hoy que puedan estarse produciendo daños neurológicos en niños que han contraído COVID prolongado y que igual que en el caso de cientos de adultos se hayan afectado con las secuelas de la infección.
El especialista, quien encabeza una intensa práctica en el tratamiento de los casos de Coronavirus, realizó el análisis durante una entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública al referirse a los diagnósticos incorrectos que están recibiendo menores de edad respecto a autismo.
Colón, que aclaró que no es pediatra, pero se refirió a su experiencia respecto a adultos que tras padecer COVID-19 como secuela de la infección manifiestan síntomas compatibles con una especie de Alzheimer temprano.
El mismo médico confirmó haber padecido la variante DELTA del COVID-19 el año pasado. Explicó que en su caso él mismo perdió concentración de manera temporal y hasta tuvo dificultades para regresar al trabajo de turina.
Estos pacientes afectados por el Long COVID, explicó, pierden concentración y memoria y apuntó que aunque aún no se ha estudiado el asunto, no descarta que lo mismo pueda estar pasando a menores de edad.
"No pondría mis manos en el fuego para negar que estos niños a los que se ha diagnosticado mal como autistas realmente no tienen Long COVID", dijo al referirse a dos estudios publicados esta semana que apuntan a daños psicológicos severos asociados en general al aislamiento generado durante los primeros dos años de la pandemia.
Los estudios fueron realizados por una investigadora dominicana y la Universidad Carlos Albizu y sobre los mismos el expresidente del Colegio de Médicos de Puerto Rico, Víctor Ramos, dijo que algunos menores atendidos por los pediatras han reflejado síntomas que pueden asociarse a condiciones como el déficit de atención.
Ramos, un destacado pediatra, dijo a MSP que es probable que niños que han sido aceptados en la corriente de educación especial sean realmente víctimas de las condiciones generadas por el COVID-19.
Por su parte, la Doctora Patricia Landers, presidenta electa de la Asociación, reconoció haber recibido por meses informes de niños que, tras su encierro y aislamiento por la pandemia, han padecido depresión, ansiedad, problemas de verbalización y aprendizaje.
Entre tanto, en un estudio publicado en The Lancet Child & Adolescent Health, que utilizó un muestreo a nivel nacional de niños en Dinamarca y emparejó los casos positivos de COVID-19 con un grupo de control sin antecedentes de infección. “El objetivo general de nuestro estudio fue determinar la prevalencia de síntomas duraderos en niños y bebés, junto con la calidad de vida y el ausentismo escolar o de la guardería.
Los síntomas más comunes entre los niños de 0 a 3 años fueron cambios de humor, erupciones cutáneas y dolores de estómago. Entre los 4 y los 11 años, los síntomas más comunes fueron cambios de humor, dificultad para recordar o concentrarse y erupciones cutáneas, y entre los 12 y 14 años, fatiga, cambios de humor y dificultad para recordar o concentrarse.
Vea la entrevista completo: