Recientes estudios revelaron que casi la mitad de los pacientes con COVID-19 presentan síntomas gastrointestinales.
Especialistas indicaron que los pacientes con COVID-19 no solo ven afectado el sistema respiratorio, también pueden ocurrir manifestaciones gastrointestinales, lo que deja en duda una posible transmisión por medio de la materia fecal.
Para abordar este tema, la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP) entrevistó al doctor Luis Rivera, especialista en medicina interna y diabetes quien comentó el por qué están surgiendo problemas gastrointestinales en pacientes con coronavirus y cuáles deben ser los cuidados con respecto a la higiene en personas que padecen de úlceras y gastritis.
Recientes estudios revelaron que casi la mitad de los pacientes con COVID-19 presentan síntomas gastrointestinales como diarrea, descubriendo un efecto clínico agravado de la enfermedad.
“Se dice y se ha investigado que no necesariamente el paciente tiene que tener fiebre, tos seca para lograr un diagnostico positivo de coronavirus. Aun cuando siguen y seguirán saliendo estudios acerca de este nuevo virus se entiende que cuando se debilita el sistema inmunológico en las personas, por problemas de alguna infección viral se afectan las paredes intestinales, incluso la flora intestinal que es la que protege al intestino ante estas enfermedades”, explica el doctor.
Estas molestias generan dolor abdominal, náuseas, vómito, disminución del apetito, deshidratación, incluso diarrea lo que se debe tratar especialmente en pacientes mayores.
Aunque todavía no se ha confirmado si el COVID-19 se puede transmitir a través de la excreta, el doctor Rivera asegura que:
“Los pacientes que tienen problemas de gastritis y úlcera pueden estar más propensos debido a que hay una disminución en la defensa de la mucosa gastrointestinal, y además, un aumento del ácido a nivel de estómago y disminución de apetito. Al dejar de comer esto constituye más acrecentamiento del ácido que no es beneficioso para el problema gastrointestinal y, si a esos síntomas se les añade los del COVID-19 el daño será peor”.
Entre tantas investigaciones que surgen en torno al COVID-19 se ha encontrado que el virus dura más tiempo en las heces fecales que en el sistema respiratorio y en el sistema sanguíneo, sin embargo, no se ha probado si es contagioso por esa vía.
Ante esto el especialista en medicina interna recomienda para que los pacientes con úlceras y gastritis deben tomar bastante líquido, como jugos que contengan vitamina C, que no sean ácidos para proteger la flora intestinal. Además, el consumo de probióticos, una dieta saludable con frutas vegetales, no comer nada grasoso, tratar de disminuir la frecuencia -sin eliminarlos- aquellos medicamentos que pueden causar estas dolencias.
Teniendo en cuenta que el virus dura en la excreta de la persona infectada hasta 29 días y hasta 18 días en los pulmones el doctor Rivera recalca que, no se deben dejar de lado las precauciones como el lavado de manos, y agrega que se deben limpiar los baños después de cada uso con desinfectantes e higienizar con toallas húmedas las áreas genitales después de defecar.
Según un estudio publicado en Science, el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), causado por el coronavirus SARS-CoV, surgió en 2003 ( 1 ). A finales de 2019, se observó un coronavirus novedoso transmisible (SARS-CoV-2) para causar una enfermedad similar a la gripe que van desde síntomas respiratorios leves a graves lesiones pulmonares, fallo multiorgánico y la muerte ( 2 – 4 ). SARS-CoV y SARS-CoV-2 pertenecen al subgénero Sarbecovirus (género Betacoronavirus , familia Coronaviridae ) ( 5 – 7 ). El receptor SARS-CoV es la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) ( 8 , 9) Las proteínas pico de ambos virus se unen a ACE2, mientras que ACE2 bloquea la infección soluble por SARS-CoV, así como por SARS-CoV-2 ( 10 – 13 ). Se cree que la transmisión del SARS-CoV-2 ocurre a través de gotitas respiratorias y fómites. El virus se puede detectar en muestras del tracto respiratorio superior, lo que implica la nasofaringe como sitio de replicación. En el pulmón humano, ACE2 se expresa principalmente en el tipo epitelial alveolar células II y células ciliadas ( 14 – 16 ). Sin embargo, la mayor expresión de ACE2 en el cuerpo humano ocurre en el borde en cepillo de los enterocitos intestinales ( 14 , 17) Aunque los síntomas respiratorios dominan la presentación clínica de COVID-19, los síntomas gastrointestinales se observan en un subconjunto de pacientes ( 18 , 19 ). Por otra parte, el ARN viral se puede encontrar en frotis rectales, incluso después de la prueba de la nasofaringe se ha vuelto negativo, lo que implica la infección gastro-intestinal y una ruta de transmisión fecal-oral ( 20 – 22 ).
Los organoides son estructuras 3D, que se pueden cultivar a partir de células madre adultas (ASC) y recapitulan aspectos clave del órgano del que derivan las ASC. Dado que el SARS-CoV y el SARS-CoV-2 se dirigen al pulmón, agregamos virus al epitelio de la vía aérea humana derivado de organoides cultivado en 2D y observamos que el SARS-CoV y el SARS-CoV2 infectan fácilmente los cultivos diferenciados de las vías respiratorias. ( Fig. 1A ). La inmunotinción revela que los virus se dirigieron a las células ciliadas, pero no a las células caliciformes ( Fig. 1, B y C ).
Encuentre la nota completa sobre el estudio en mención, aquí